Lo que debes saber para hacer el Camino de Santiago por primera vez

Manuel López, presidente de la Asociación Galega de Amigos del Camino de Santiago, desgrana las principales recomendaciones para embarcarse en la aventura con seguridad

Dos peregrinos en el deslumbrante atardecer de la plaza del Obradoiro Miguel Muñiz

Ántar Vidal

Manuel López lleva en sus piernas siete peregrinaciones, más que suficientes para poder ser considerado como un experto en la materia. Por si fuera poco, ahora también vive y conoce las sendas en su calidad de presidente de la Asociación Galega de Amigos del Camino de Santiago. La experiencia y los kilómetros le han permitido ir anotando -aunque sea en la memoria- consejos y recomendaciones que le hubiera gustado saber la primera vez.

Siempre ha vivido el Camino de cerca. Desde que era solo un niño soñaba con andar los senderos históricos que le conducirían a la plaza del Obradoiro y a la imponente Catedral de Santiago . En pleno Camino Francés su padre regentaba un negocio, y él se preguntaba hacia dónde irían aquellos mochileros. Años después, Manuel López se convertiría en uno de ellos.

Siempre se ha dicho que las prisas no son buenas, y a la hora de emprender esta aventura, este aserto se torna completamente cierto. «Es fundamental un buen entrenamiento» , asegura. Y a continuación añade que muchos peregrinos, confiados con su estado de forma física, subestiman las exigencias que les esperan . «Este es el error más común y repetido en los peregrinos primerizos -«incluso entre los jóvenes»-, que además de no poder recomponerse del cansancio de las primeras etapas, pueden llegar incluso a lesionarse. Recomienda por ello hacer durante una semana un ‘simulacro’ de Camino de Santiago . Algunas semanas antes de comenzar la ruta de verdad, habría que dedicar cada jornada a una hipotética etapa: «Se trata de caminar 15 ó 20 kilómetros al día -y no sirven paseos por la ciudad- para preparar el cuerpo y la mente» para lo que se les viene encima.

López cree que, aunque «el Camino ideal debería durar entre dos o tres semanas», la primera vez es mejor plantearse una ruta de siete días . Será incluso así un ejercicio exigente, pero el objetivo se tornará más alcanzable y disminuirán las posibilidades de abandonar la aventura a mitad del trayecto. Por otra parte, claro, es importante recordar que el recorrido total debe tener al menos cien kilómetros para poder recibir al llegar a Santiago el documento acreditativo de la hazaña: la compostela.

Es importante planificar bien las etapas acorde al estado de forma física. El Camino no es una competición que haya que concluir en el menor tiempo posible, pero -opina López- sí es importante madrugar «para llegar pronto a los albergues» , sobre todo a los públicos, donde en muchas ocasiones no admiten reservas. En este sentido, lo tiene claro: sobre todo en invierno, que es cuando cierran muchos albergues públicos, es mejor optar por los privados, «que permiten reservar», para poder llevar un itinerario más planificado. De todas formas, son muchos los peregrinos que optan por los públicos, muy asequibles, pero en ese caso conviene apurar el horario para coger sitio. Sobre todo cuando los aforos no estaban al 100% en estos hospedajes, era habitual que muchos peregrinos se quedaran sin cama donde pasar la noche.

El Camino es -o por lo menos termina- en Galicia, y las lluvias, incluso en verano, pueden salpicar alguna de las etapas. Por ello, aunque a priori las previsiones meteorológicas sean positivas, no está de más «llevar siempre un chubasquero en la mochila». Por supuesto, «ropa cómoda, calzado de calidad y preparar las comidas» son otros detalles imprescindibles que hay que tener en cuenta.

Dice el veterano peregrino que para disfrutar del Camino al máximo «hay que vivirlo de cerca: hablar con la gente, visitar las iglesias y todos los monumentos, observarlo todo» . En definitiva, hacer el Camino «sin prisas». De hecho, en el caso de haya quedado algo sin visitar, López optaría por «pernoctar un día más en algún sitio».

A los peregrinos primerizos , López les recomienda hacer «el Camino Inglés desde La Coruña o Ferrol», el Portugués «desde Valença» o el Francés, pero este último lo prefiere «en primavera o en otoño», porque el verano suele estar mucho más concurrido y es más difícil encontrar sitio en albergues. En cambio, a quienes se planteen un reto más duro, quizá porque ya ha completado algún otro Camino, el presidente de la Asociación les sugiere el Camino de invierno («aunque no lo he hecho, dicen que es más difícil»), o el Primitivo, que tiene «zonas complicadas», con algunas etapas «rompepiernas».

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