La campaña de la vendimia será este año un 25% más corta que en 2014, según Asaja

Este verano la campaña de la vendimia en Castilla-La Mancha será más corta que la de 2014. La recolección en las 440.000 hectáreas de viñedos será entre un 20 y un 25 por ciento más corta que el pasado año, lo que representará tres millones de hectolitros de mosto menos, según las previsiones del presidente de Asaja en la región, Fernando Villena.

Las malas condiciones climatológicas que ha padecido el secano, principalmente por las olas de calor, son uno de los motivos fundamentales para que la cosecha vitivinícola no alcance los datos de 2014. «Quiero ser prudente y no catastrofista. Hay mucho secano en la región que, desgraciadamente, está en malas condiciones, incluso lo que se riega no va a mejorar», ha afirmado Villena, cuya previsión es similar a la de otras asociaciones y organismos.

En julio, Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, organización que representa el 75,4% de la producción vitivinícola de la región, ya avanzó una estimación de cosecha de vino y mosto de 22 millones de hectolitros. Sin embargo, esta asociación advirtió que, si el calor seguía desgastando el viñedo de secano, esta cifra podría ir a la baja y quedarse en los 20 millones de hectolitros.

Calidad mejor que cantidad

No obstante, la calidad de la uva será muy buena precisamente porque el calor ha impedido la proliferación de enfermedades, como el mildiu, el oidio o la botrytis, según el secretario general de Asaja en Castilla-La Mancha, José María Fresneda.

Con estas previsiones, el sector recupera niveles anteriores a la campaña de 2013-2014, según Villena, lo que permitirá alcanzar precios que ayudarán a aumentar la calidad del producto y el viticultor pueda vivir de ello. «Si nos empeñamos en hacer reestructuraciones del viñedo solo pensando en la cantidad, nos estaremos equivocando», reflexionó el presidente de Asaja en la región.

La vendimia de algunas variedades de uvas tempranas, como la chardonnay, sauvignon blanc o la moscatel, ha comenzado con una semana de retraso con respecto a 2014 debido a la maduración del fruto, que tiene un grado menos que el pasado año a consecuencia de los efectos del calor y la sequía, según Villena. También se ha empezado a recoger uvas macabeo y algunas de tinto. Luego será el turno de los tempranillos, el verdejo y el airen.

Sin embargo, la recolección ha cambiado en los últimos años. «La vendimia no es como antes, no se empieza a saco cuando se abre la cooperativa, sino que se hace en función de lo que el agricultor tiene plantado», aclaró Fresneda. «Por fin el productor tiene claro que para conseguir calidad en sus producciones tiene que poner en valor lo que hizo en la reestructuración de su cultivo», añadió.

Sobre los precios, los vinos varietales (el vino elaborado con un solo tipo de uva o prácticamente solo con una) «ya apuntan más alto que en campaña anteriores, aunque aún es pronto para hablar de precios», precisó Fresneda. «Será una campaña normal que, si se hacen las cosas bien, el agricultor tendrá una rentabilidad adecuada», pronosticó. «El esfuerzo de Asaja es intentar que el beneficio que genera la producción de una hectárea de viña sea un equilibrio real entre la producción y la transformación», explicó el secretario general de la organización en Castilla-La Mancha.

«A Asaja le gustaría que todo se ponga negro sobre blanco», reclamó Fresneda. «Hay que erradicar las prácticas opresivas contra el agricultor y lesivas contra el modelo vitivinícola que necesita esta región. Todos sabemos cuál es, aunque hay gente que se empeñan en realizar ese tipo de prácticas opresivas hacia el agricultor», denunció el dirigente de Asaja. Este pidió a la Administración que vele por el control del fraude y defendió que las uvas «tengan nombres y apellidos, en eso trabajamos; hay que definir dónde va cada producto».

En cuanto a las previsiones de mano de obra durante la vendimia de este verano, Villena no tiene datos, aunque señaló que el 50 por ciento de lo que se recolecta se realiza ya mediante máquinas en Castilla-La Mancha. A su juicio, «se acudirá a la mano de obra familiar» o a la contratación de terceros dependiendo de la rentabilidad de la cosecha.