Público observa al famoso «Caballero de la mano en el pecho» en el Museo de Santa Cruz
Público observa al famoso «Caballero de la mano en el pecho» en el Museo de Santa Cruz - fundación el greco 2014
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Los secretos del Greco

«Toledo, tras el Greco, debería plantearse ser una ciudad de vanguardia, y para ello precisa también contar con una sociedad civil que esté a la altura de su historia»

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Hay un reconocimiento generalizado del carácter extraordinario que ha tenido el IV Centenario del Greco, y de la trascendencia social y económica de este excepcional acontecimiento cultural en la ciudad de Toledo. ¿Cuáles son los secretos que han hecho esto posible?

En primer lugar, la antelación con la que se ha organizado la Conmemoración, de espaldas a cualquier improvisación. En junio de 2009, en la entrega de premios de la Real Fundación de Toledo, en presencia del Rey, solicité a la Junta y al Ministerio de Cultura que asumieran y apoyaran la organización del IV Centenario.

Ese mismo día José María Barreda me propuso que encabezara este proyecto. Tuve que rechazarlo por la atención que requerían mis otras responsabilidades empresariales y culturales.

Lo cierto es que el presidente de la Junta no cejó en su empeño hasta que, finalmente, en mayo de 2010, asumí la presidencia de la Fundación El Greco 2014 no sin antes dejar la de la Real Fundación de Toledo.

En el acto de constitución celebrado en la Sacristía de la Catedral, terminé con estas palabras: «Con la ayuda de todos, y entre todos, vamos a hacer realidad lo que hoy es sólo un apasionante sueño… Para lograrlo nos ponemos a trabajar desde ahora mismo, pues nuestra principal dificultad es el reloj del tiempo. Quedan sólo 1.328 días hasta el 1 de enero de 2014».

La segunda clave ha sido el consenso político, aunque en realidad éste antecedió a mi aceptación. Considero indispensable que la gestión de los principales proyectos e instituciones culturales del Estado cuente con el apoyo de los diferentes partidos políticos, con el fin de que sea profesional, independiente y estable. José María Barreda y María Dolores de Cospedal asumieron ambos ejemplarmente este planteamiento, y luego la Presidenta lo ha honrado con su apoyo a la Fundación.

El tercer elemento que ha hecho posible el éxito obtenido, tan fundamental como los otros dos, ha sido la formación de un magnífico equipo profesional, dedicado en cuerpo y alma, sin límite de horarios, a la búsqueda de la excelencia, y unido por un mismo entusiasmo. Han sido nueve las personas que lo han integrado, al margen de las necesarias contrataciones externas del año 2014.

El cuarto secreto del buen funcionamiento del año del Greco radica en el apoyo de la sociedad civil. Tratándose de un proyecto público es natural que la Junta y el Ministerio hayan sostenido los trabajos previos al 2014, pero en este año el Programa de la Conmemoración se ha financiado casi íntegramente con el patrocinio privado y los ingresos de las actividades propias de la Fundación.

Este fenómeno, que no tiene comparación con ningún otro acontecimiento público celebrado en España, ha tenido la sola excepción del empresariado toledano, que solamente ha contribuido con el 0,20% del presupuesto de la Conmemoración, a diferencia del empresariado regional -con Globalcaja destacadamente al frente-, el empresariado nacional y el multinacional, que se han comprometido generosa y seriamente con el proyecto.

No deseo formular un reproche por la falta de unas aportaciones que finalmente no hemos necesitado, sino compartir una reflexión de futuro. Toledo tras El Greco debería plantearse ser una ciudad de vanguardia, y para ello precisa también contar con una sociedad civil que esté a la altura de su historia.

Por último, el propósito inicial de hacer de Toledo en 2014 una capital cultural europea ha contado con la decisiva ayuda de los dos principales protagonistas del año: los ciudadanos de Toledo, que desde que acudieron al repique de campanas del primer acto han hecho de la Conmemoración un proyecto propio, y el Greco. La vigencia de su modernidad y la sombra, tan enigmática como benéfica, de su enjuta figura han convocado a propios y extraños con la fuerza arrebatadora de la genialidad.

Por todo ello, como dice la última palabra de El Quijote, ha llegado el momento de decir: «Vale».

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