Partes de la valiosa corona sustraída en Santa Olalla
Partes de la valiosa corona sustraída en Santa Olalla - ABC
expolio a la virgen de santa olalla

El secreto de la corona

La pieza estuvo dando vueltas por los cajones de la iglesia hasta que el orfebre Ramon Orovio le puso precio

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Hacer nueva la corona de oro que unos ladrones expoliaron el lunes de la iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla costaría ahora unos 84.000 euros (IVA incluido). Es la estimación aproximada de Ramón Orovio, el orfebre que hace un lustro cifró en unos 120.000 euros el valor de la corona de oro de la Virgen de la Piedad, cuando este metal precioso estaba más caro que ahora. «Solo el oro que lleva vale un dineral, más cincelar este material…» Y habría que añadir el valor sentimental que la corona tiene para los feligreses, algo «incalculable», como recalca el orfebre.

Orovio fue precisamente quien reveló a la hermandad de esta virgen algo que sus miembros desconocían: mientras que el resplandor, una de las tres secciones en las que se divide esta pieza (ver fotografía), es de plata de ley chapada en oro, el cestillo y las imperiales están compuestas de oro «del bueno», lo que la cofradía no supo hasta la reveladora visita al taller de Orovio.

Además, el resplandor había sido fabricado con esmalte al fuego y lleva piedras engastadas, lo que da aún más valor a la pieza. Su composición fue toda una conmoción para la hermandad y también para el artesano, dueño del taller Orfebrería Orovio de la Torre, que desde Torralba de Calatrava (Ciudad Real) trabaja para hermandades, cofradías e iglesias de toda España.

La sorpresa

Ramón recuerda perfectamente el día que la pieza llegó a sus manos. «Fue hace cinco años. Miembros de la Hermandad de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla vinieron al taller, porque querían restaurar la corona y adecentarla un poco. Me contaron que esa corona estaba dando vueltas por los cajones de la iglesia. La llamaban la corona vieja, que consideraban menos importante que la corona de plata chapada en oro de la coronación canónica» en mayo de 1986. El orfebre se refiere a la otra pieza, de plata bañada en oro, que los ladrones también sustrajeron de la caja fuerte el lunes junto con otras joyas y que, seguramente, también destrozaron para poder llevársela.

Antes de reparar la infravalorada corona, el joyero hizo un pequeño estudio de la pieza de oro para dar un presupuesto a la hermandad. «La sorpresa fue cuando compruebo que el cestillo y las imperiales son de oro de ley, de 18 quilates, porque el de 24 quilates no se utiliza en orfebrería, ya que no se puede trabajar. En definitiva, era de oro bueno, bueno. Además, la corona está hecha en fundición, es decir, con un molde, de ahí la expresión de que es de oro macizo, ya que no era una lámina cincelada».

Ramón, un referente de la orfebrería en toda España, considera que el cestillo y las imperiales pudieran datar de antes de la Guerra Civil española. Luego fue añadido el resplandor, que bien podría ser de mediados del siglo XX. «Hay láminas y fotografías donde se ve la corona de la virgen nada más que con el cestillo y las imperiales. La hermandad habla de que la corona es de 1950 aproximadamente, pero creo que esta fecha haría referencia a la remodelación de la corona, cuando le habrían añadido el resplandor. Posiblemente no tenían dinero para hacerlo también de oro, por lo que lo construyeron con plata y lo chaparon en oro. Si todo fuera de la misma época, toda la pieza sería de oro».

«Ojalá aparezca»

El orfebre ha visto, en la fotografía publicada por ABC, el agujero por el que los ladrones sacaron la valiosa corona. «Por el tamaño de la pieza, tuvieron que destrozarla. Ojalá tengan la suerte de encontrar la corona, aunque sea en mal estado. Sería buenísimo, ya que intentaríamos aprovechar las piezas», especula. Ramón cree que los ladrones probablemente conocían el elevado valor del material, pero les daba igual que la corona estuviera rota o no.

Este joyero trabaja principalmente para cofradías, hermandades e iglesias de la diócesis de Toledo, que cuenta con un «patrimonio fantástico, con piezas buenísimas y muy antiguas». Precisamente por la relación que tiene con la provincia, debido a su trabajo de orfebre, sabe que la diócesis se ha convertido en blanco de los ladrones desde finales de 2013.

Por eso pide a las hermandades que hagan inventario de sus piezas y tesoros. «Las personas que se ponen al frente de las hermandades son gente de paso y muchas veces desconocen el legado que les dejan sus antecesores». Así no ocurrirá como en el caso de la hermandad la Virgen de la Piedad de Santa Olalla, que después de muchos años sus miembros descubrieron, por casualidad, que entre sus manos tenían un tesoro, una corona de oro, ahora en poder de unos ladrones.

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