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Retrato de Jacobo Serra en la portada de su primer elepé «Dont' give up» - abc
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Jacobo Serra, el beatle que nació en Albacete

Entre el pop y el folk-rock anglosajón, triunfa con Don’t give up y seduce a The Autumn Defense y a Marlango

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Cuentan que los primeros colonos que desembarcaron a finales del siglo XVIII en la ribera del río Cumberland celebraron que habían llegado sanos y salvos tocando acordes en el violín y con bailes de zapateo. En la capital del estado de Tennessee (EE.UU) siempre hay música en el aire, sea la hora que sea, unas notas que suenan por las calles incluso cuando la ciudad de Nashville duerme. Lo mismo ocurre en su cabeza: siempre está la música.

Podría haber nacido en Nashville, pero nació en Albacete; o terminado Derecho en la Universidad de Murcia y ser un brillante abogado, como la saga familiar. Pero viajó a Inglaterra y estudió Derecho anglosajón. Allí le esperaban el amor y la certeza de cuál era su auténtica pasión.

Los entendidos dicen de él que se mueve entre el pop y el folk-rock anglosajón. Pero, además, Jacobo Serra, el joven cantautor de moda, tiene también alma de poeta. Compone letras y melodías tristes, melancólicas, notas sostenidas, solemnidad elegantemente amortiguada, emoción a flor de piel. Domina casi todos los instrumentos: guitarras acústicas, eléctricas, clásicas, ukelele, banjolele, banjo, piano, acordeón...y hasta percusión. Pero cantando a solas con una guitarra española podría poner en pie a toda la orquesta.

Sus dos trabajos discográficos, «The word I never say» y «Don’t give up», han hecho que en solo unos meses la carrera musical de Jacobo Serra haya cogido velocidad de crucero, desde que los norteamericanos The Autumn Defense lo escogieran como telonero para su gira española. «Soy super fan de ellos y cuando vinieron a España les mandé mi disco, lo escucharon y me dijeron que si quería abrir para ellos en Madrid; eso fue en mayo y no solo abrí en Madrid sino en Valencia y Guadalajara», dice encantado. «Fue una gira increíble».

Jacobo Serra es un tipo normal, un antidivo con pinta de chico bueno y educado, aunque el gamberro vaya por dentro, como con los Beatles. Como ellos, canta todas sus canciones en inglés, y alguna de ellas, como «Say it loud», parece salida del repertorio de los de Liverpool allá por 1960, a lo que contribuye la perfecta dicción del albaceteño.

El pasado 8 de octubre triunfó en la sala Costelo de Madrid. Las críticas no pueden ser mejores, y ya tiene fijado otro concierto en solitario para el 6 de noviembre en la sala madrileña Clamores. Pero quizá lo que parece hacerle más ilusión es que será telonero de Marlango el 27 de noviembre en Barcelona y un día después en Madrid.

A la pregunta de si le está sorprendiendo el éxito, no sólo no contesta que no sino que dice que «tampoco lo veo como un éxito, son pequeños pasos que voy dando, pequeñas cosas que me van pasando». Humilde este joven de 30 años que asegura no estar pensando siempre en el futurible triunfo: «prefiero no esperar nada, aceptarlo todo como venga y disfrutarlo».

Algunas de sus canciones estremecen de verdad, pero hay que ir a sus conciertos para comprobarlo; su directo es excepcional, igual de redondo que sus temas grabados, de una calidad vocal e instrumental sorprendentes, ya sean los acordes de una guitarra, o de un banjo, o su propia voz, con una clara influencia de la música clásica. En la Universidad de Murcia estuvo durante cuatro o cinco años en un coro de polifonía clásica donde se cantaban piezas del Barroco o el Renacimiento, y allí curtió una templada voz de tenor cuyo timbre suena a veces muy parecido al del gran cantante y compositor canadiense-americano Rufus Wainwright. Cuando se le recuerda el parecido, contesta rápido: «bueno, eso es un piropazo, me siento muy afortunado, y en el caso de Rufus es un honor porque es buenísimo».

—Usted nació en Albacete. ¿Sigue en contacto con su ciudad?

—Sí, sí, mis padres viven allí. Mi madre es murciana y mi padre de Albacete, donde trabaja. Allí viví hasta los 18 años, tengo mucha familia. Voy mucho menos de lo que me gustaría, pero soy de allí y no reniego de mis raíces. Quizá me hubiera gustado nacer en Nashville...pero no es el caso, nací en Albacete, y siempre acabaré volviendo a Albacete porque allí está mi familia, aunque sea por Navidad, como el turrón. (Así bromea el cantante en una entrevista telefónica con ABC).

—¿Qué quiere expresar con sus canciones, qué le aporta la música?

—Siempre digo que me dedico a la música porque para mí es una cosa que no he sabido explicar con palabras. Para mí la música son emociones, cosas que siento dentro: es el estado de ánimo que expreso por medio de las melodías.

—¿Y sus letras, de qué hablan, qué le preocupa?

—Es que hablo de todo, desde amor a desamor hasta de «dont give up» (título del disco), no te rindas. Algo mío pero aplicable a todo el mundo. Hablo de que no hay que rendirse, de que hay que perseguir lo que crees que has venido a hacer aquí, a este mundo, y a no dejarte doblegar y a seguir, siempre seguir, ya sea con la enfermedad, o con tu trabajo. Y luego hay otras canciones que hablan de otras cosas, de los irlandeses que llegaron a Estados Unidos, un tema que habla en primera persona de alguien que se va allí a vivir y el «sueño americano» no es lo que le habían contado, no es lo que se esperaba, y quiere volver a Irlanda, pero no puede.

Jacobo se refiere a la canción «What I was told», una de las más, si no la más bella del disco. Un tema en que los acordes de la guitarra acústica potenciados por el punteo de lo que parece un banjo, unos coros, y la voz del cantante se fusionan de forma increíble hasta un largo grito de desarraigo, decepción, y anhelo de la tierra natal lejana y perdida para siempre.

No obstante, «dentro de la melancolía y la tristeza de mi música, la emoción, las canciones en clave menor», el autor es optimista, siempre vuelve al «don’t give up» obstinado que da nombre al disco.

—¿Por qué canta en inglés?

—Porque siempre ha sido la música que he escuchado. He vivido mucho tiempo en Inglaterra; mi pareja es inglesa, mi trabajo del día a día es todo en inglés. Estudié Derecho, hice traducción y sobre todo traduzco contratos y doy clases de inglés de negocios y legal. Para mí el inglés es parte de mi vida, de mi personalidad, y de la manera en que me expreso. La música que hago la entiendo en inglés.

El toledano Jero Romero, exlíder del desaparecido grupo «The Sunday Drivers», se pasó del inglés al castellano, le digo. Serra contesta que «Jero es buenísimo, de los mejores que hay ahora en España», pero él duda de que un día se pase al castellano. Y hablando de músicos de Castilla-La Mancha, dos de ellos acompañan a Jacobo Serra en sus conciertos y curiosamente pertenecen a la banda de Jero Romero. Se trata del bajista Alfonso Ferrer, de Toledo, y del batería Nacho García, de Talavera de la Reina, dos artistas de alto nivel.

Antes de comenzar a ser conocido en España, Jacobo Serra tocó mucho en Inglaterra, tanto en Bristol, donde vivía, como en Londres: « allí me forjé como compositor, como autor», dice, y añade que algún día le gustaría hacer una ópera. Como Rufus Wainwright, apostillo, y dice: « sí, tenemos muchas cosas en común. Aparte de que tenemos un timbre parecido, es que la educación musical es muy parecida. Él es muy fan de la ópera de Verdi y yo también lo soy, y de Rossini, de la música clásica romántica. Hemos escuchado a los mismos clásicos y la misma música americana e inglesa».

Pero realmente fueron los Beatles los autores modernos qué más le han inspirado: «siempre he dicho que ellos son los que han hecho que me dedique al pop. Es la música que escuchaba cuando era pequeño y lo que me hizo alejarme de la música clásica cuando vi la película ‘A hard day’s night’ y me dije: esto es lo mío».

También le gusta Frank Sinatra: « es de mis cantantes favoritos». ¿Es usted un crooner?, le pregunto. Y contesta: « como cantante creo que soy cada día mas crooner que otra cosa». ¡Que bien debe sonar «My funny Valentine» en la voz de Jacobo Serra!.

«Yet, you,re my favorite work of art...

Algunas canciones de Jacobo, como Valentine, son pequeñas joyas, además de la citada «What I was told», también «On & On», o «26» (atención a los coros). Parece mentira que aún no tenga conciertos programados en Castilla-La Mancha, pese a las ganas, dice, que tiene de tocar en Toledo y en su ciudad, Albacete: «es un poco triste...que uno no sea profeta en su tierra. Pero poco a poco...».

Jacobo Serra, dont give up.

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