«Battleborn»: humor y ritmo sobre la arena

Abundan las aventuras espaciales en una industria, la de los videojuegos, que busca desesperadamente nuevas fórmulas que ofrecer y romper, ya sea de paso, con los patrones establecidos. A caballo entre la perspectiva subjetiva tradicional y los llamados MOBA (Campo de batalla multijugador masivo online), «Battleborn» viene a intentar cautivar al jugador ansioso de competición, ritmo de cooperación y batallas frenéticas.

Este videojuego, creado por el estudio Gearbox Software (creadores de la flamante serie «Borderlands»), permite al jugador enfrentarse en batallas por equipos de cinco jugadores. Hay varios modos de juego, pero la filosofía es sencilla: conectado a internet uno accede a diferentes sesiones (o partidas privadas) para ponerse en la piel de uno de los 25 personajes disponibles.

Disponible para PlayStation 4, Xbox One y PC, este título de estética futurista y animada va ganando enteros conforme avanzamos dado que el sistema de ganancias y progresión del personaje es efectivo. Da pie a asomarse a las batallas, aunque como sucede en estos casos depende del nivel que uno se encuentre puesto que los jugadores más avezados están llamados a seguir embarrados mientras que los neófitos pueden sentirse disuadidos por perecer constantemente.

Es necesario, en efecto, establecer un ritmo más cadencioso a la lucha y tomárselo con calma. Cuenta, además, con un modo historia compuesto por ocho capítulos que ejercen, básicamente, de tutorial para conocer las mecánicas y dominar a la perfección el sistema de disparos, pero la argumentación está demasiado cogida con pinzas y se tambalea constantemente. Es, narrativamente hablando, demasiado lineal y poco sugerente. Se puede jugar de forma individual o en cooperativo.

Dominar las armas no es complicado, pero requiere de una cierta práctica en el apuntado. Los jugadores comienzan, digamos, a la par, pero durante los enfrentamientos pueden subir de nivel, mejorar las habilidades y capacidades. Por cierto, tiene un sistema de niveles que se resetea al comienzo de cada enfrentamiento. Van desde el 1 hasta el 10. Destila constantemente un singular sentido del humor, pero tampoco logra el propósito de equipararse a la personalidad obtenida por Borderlands. Ahí es donde flaquea, puesto que las constantes comparaciones resurgen en muchos momentos.

Tiene tres modos de juego, que van desde Captura, Fusión o Incursión, que en resumidas cuentas están enfocados a conquistar zonas, ejercer de escolta y acabar con el súper centinela. Las dos últimas propuestas son las que se acercan a la idea de MOBA. Pese a ser interesante en su conjunto, la ausencia de un número mayor de mapas de juego hacen que pierda encanto, ya que da la sensación de revivir constantemente las batallas.