Rodrigo del Prado, director general de BQ
Rodrigo del Prado, director general de BQ
ENTREVISTA

Rodrigo del Prado, de BQ: «El objetivo para 2016 es consolidarnos fuera de España»

El director general de BQ explica en una entrevista con ABC la nueva estrategia de la compañía española que ha revolucionado la telefonía en pocos años

La empresa presentará su nueva línea de «smartphones» en la feria Mobile World Congress de Barcelona

MADRID Actualizado: Guardar
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La firma española Bq no empezó en un garaje, pero casi… De hecho, fue en el sótano de la Universidad Politécnica de Madrid, donde seis estudiantes de ingeniería decidieron, en 2003, montar una empresa para vender memorias USB. De ahí pasaron a los e readers, a los tablets y, por fin, a los «smartphones». Pero su objetivo, a diferencia de otras empresas, era el de diseñar, por completo y desde cero, sus propios terminales, hito que se consiguió en 2014.

Ese año, en efecto, Bq se convirtió en la única empresa europea capaz de diseñar y montar todas y cada una de las piezas de un teléfono móvil. Las cifras hablan por sí mismas. La compañía cuenta hoy con 1.400 empleados y está presente ya en los principales mercados europeos.

Su facturación, que en 2010 fue de 3,8 millones de euros, ha pasado a ser de más de 202 millones en 2014. Y sus intereses, más allá de la telefonía móvil, se han expandido a las impresoras 3D, la robótica y la formación tecnológica de la sociedad. Rodrigo del Prado, Director general de la firma, explica a ABC la estrategia de su compañía.

¿Cómo ha sido para Bq el año 2015?

No ha ido mal, aunque aún no tenemos las cifras cerradas. Hay dos factores que han hecho que los números crezcan. Uno, que se han vendido más terminales que el año pasado. Y dos, que el precio medio de los terminales ha sido más alto que en años anteriores. El año pasado vendimos un millón cien mil terminales, y este año han sido más… No se aún si un millón y medio o un millón seiscientos mil, pero más.

Vuestros terminales son cada vez mejores…

Sí, nuestros smartphones tienen unas especificaciones cada vez más altas, y por eso su precio medio también es más alto. En 2014 el terminal más vendido fue el E5 HD, que alcanzó los primeros puestos de venta en mercados libres, y en 2015 ha sido el M5, que siempre han estado muy bien posicionados en el Top 10.

¿Qué objetivos tiene la empresa para este año?

En Bq no nos gusta ponerle número a los objetivos, porque este es un mercado muy cambiante. Pero nuestro objetivo para este año es consolidar nuestro proceso de internacionalización.

¿Dónde podemos encontrar sus teléfonos fuera de España?

En Francia, Portugal, Italia, Alemania, Reino Unido… En Suramérica aún no hemos entrado porque las bandas de frecuencia son distintas de las de Europa y aún no hemos desarrollado terminales para esas frecuencias.

¿Y cómo se comporta la marca en esos países?

Cuesta, porque es una firma nueva. Y nuestro posicionamiento nunca ha sido «low cost»… Nuestro modelo de construcción de marca va siempre asociado a los valores de la compañía. Y lo que pretendemos es que el cliente pruebe, porque sabemos que la experiencia es muy buena, y el cliente que pruebe probablemente repita y además hablará bien de nosotros. Lo que ocurre es que fuera de España aún nos cuesta conseguir esos primeros clientes que prueben.

«La condición necesaria para entrar en cualquier país es que podamos garantizar el mismo nivel de servicios que tenemos en España»

¿Puede Bq garantizar también fuera de España el mismo nivel de atención y de servicio post venta?

Sí. Esa es precisamente la gracia. Como estamos hablando de Europa, sí que podemos hacerlo. En Latinoamérica sería más complicado porque tendríamos que montar operaciones locales en cada país. Pero para Europa podemos hacerlo todo desde España. La condición necesaria para entrar en cualquier país es que podamos garantizar el mismo nivel de servicios que tenemos en España. Si no, no tendría sentido estar ahí.

¿En qué países se está vendiendo más y de cuántos terminales estamos hablando?

En Portugal y Alemania, y hablamos de decenas de miles de terminales. El nuestro es un modelo de lluvia fina, no de inundación. No hacemos grandes campañas de publicidad, preferimos el boca a boca de nuestros clientes más satisfechos. Es mejor vender menos, pero de una forma sana.

Bq empezó con teléfonos muy básicos y ahora ya estáis fabricando terminales de gama media-alta. ¿Cuál es vuestro segmento ideal?

En Bq eso de las gamas nunca nos ha gustado especialmente. ¿Cómo divides lo que está en una gama y lo que está en otra? Pues en cuanto a precio, a experiencia, a prestaciones… Nosotros lo que intentamos es ofrecer siempre la mejor experiencia al usuario. ¿Dónde se colocan nuestros terminales? Pues nosotros tratamos de ofrecer siempre la mejor experiencia posible a ese precio, pero no estamos haciendo terminales de 600 o de 700 euros. Es cierto que cuando empezamos, en el mercado había teléfonos muy baratos pero muy pobres, y teléfonos muy buenos pero caros. En medio estaba vacío, y ese es el hueco que aprovechamos nosotros. Y es un hueco que ahora mismo se está empezando a poblar, porque los clientes son cada vez más inteligentes, cada vez comparan más y al final lo que buscan es tener una experiencia muy buena a un precio asequible. Por eso, si me habla usted de experiencia, entonces nuestros terminales son de gama alta.

¿Cuál es vuestro teléfono más caro?

Es el M5.5 con 3 GB de RAM y 32 GB de memoria de almacenamiento, que está en 329 euros y que es un terminal excepcional. Y nuestra política de dar lo mejor está dando resultado, porque no hemos parado de crecer durante los últimos cinco años.

«Los terminales los cambiamos muy a menudo, y si la tecnología que incorpora el terminal no está madura, pues al final pagamos por algo que no vamos a usar»

¿En qué se diferencia vuestro mejor teléfono, el M5.5, de un Samsung Galaxy S6, o de un iPhone 6S, o de un Sony Xperia Z5?

Hay diferencias en cuanto a procesador, o en resolución de la pantalla, pero cuando nosotros elegimos las especificaciones que deseamos implementar, siempre elegimos lo mejor. Por ejemplo, si decidimos ir al Full HD, pondremos la mejor pantalla que hay en Full HD. Es cierto que hay terminales con pantalla 2K, y hasta 4K, pero yo no se el sentido que puede tener… Creemos que eso lo único que consigue es elevar el precio, pero los usuarios no pueden apreciar la diferencia. Nosotros lo que buscamos es el mejor rendimiento y la mejor autonomía al mejor precio. Nos centramos en lo que los clientes realmente utilizan. Al final, los terminales los cambiamos muy a menudo, y si la tecnología que incorpora el terminal no está madura, pues al final pagamos por algo que no vamos a usar… Por ejemplo, los usuarios que han pagado por un teléfono con NFC hace cuatro años, y en ese tiempo han cambiado de terminal tres veces, pues resulta que han pagado por algo que no han usado.

¿Cómo decidía entonces que se pone y qué no en un teléfono?

Nosotros lo que buscamos es, entre el enorme abanico de cosas que se pueden echar a la ensalada que es un teléfono, cuales le gustan más a la gente. A lo mejor hay a quien le gusta la piña en la ensalada, pero lo que seguro que le gusta a todo el mundo es la lechuga. Entonces, si estás haciendo ensaladas, pon primero una buena lechuga, una buena cebolla, un buen aceite y un buen tomate. El resto, pues a unos les gustan las anchoas y a otros la piña. Lo que buscamos son los mejores ingredientes y que las funcionalidades que todo el mundo usa sean las mejores y ofrezcan la mejor experiencia. Por eso, habrá especificaciones de otros teléfonos que nosotros no incluyamos, pero lo que garantizamos es que todos nuestros clientes van a tener una experiencia de uso inmejorable.

Bq tiene terminales

Nosotros pensamos que es bueno que haya opciones. Los terminales con Ubuntu funcionan muy bien. Y aunque Android es la locomotora que mueve el tren, consideramos que merece la pena apostar por otras alternativas.

¿Gana Bq dinero con Ubuntu?

Hombre, tratamos de ganar dinero con todo lo que hacemos… Pero también invertimos, y hay negocios que no son rentables desde el día uno. Y cuanto más grandes somos, más capacidad tenemos de invertir en ese tipo de cosas… Pero en el caso concreto de Ubuntu, se han vendido todos los terminales que hemos hecho, varios miles… El error habría sido tratar de venderle Ubuntu a todo el mundo. Pero si lo mantenemos en su nicho, pues la cosa cambia. Cyanogen, otro ejemplo, pues también ha funcionado muy bien, y tenemos previstos más terminales con Cyanogen. Un usuario que esté acostumbrado a Android puede dar el salto a Cyanogen sin problemas, porque es como un Android, pero con más cosas.

¿Y Windows?

Hemos trabajado con Microsoft, y no tiene por qué no haber un teléfono Bq con Windows…

«Pero me parece absurdo vender por 600 euros un producto que te cuesta 200. El coste de fabricación y el precio de venta no es lineal»

¿Eso quiere decir que lo habrá?

Cuando se lanza un nuevo terminal, el esfuerzo de fabricarlo se tiene que ver compensado con las ventas. Windows está creciendo en cuota y, aunque no inmediatamente, no nos cerramos a desarrollar terminales para esa plataforma.

Bq sigue creciendo. ¿Qué queda del espíritu original de un grupo de ingenieros de Telecomunicaciones que se juntan para montar una empresa?

Pues los seis del principio seguimos estando aquí. Y creo que conservamos intacta toda la ilusión. Estamos siempre en el filo, porque intentamos hacer lo mismo que hacen compañías mucho más grandes que nosotros. Pero me parece absurdo vender por 600 euros un producto que te cuesta 200. El coste de fabricación y el precio de venta no es lineal. Y cada fabricante tiene un margen bruto diferente. A nosotros la estrategia que nos parece más correcta es que el usuario reciba lo más posible por el precio que paga.

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