Es tan grande como poco operativa, al alcance de muy pocos R. MAESTRE
141 FUNCIONES DIFERENTES

¿Le gustan las navajas suizas? Esta cuesta 1.100 euros

Esta herramienta multiusos se fabrica desde 1889, cuando el Ejército suizo la encargó para que sus soldados desmontaran un nuevo fusil

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Es el no va más de las navajas multiusos suizas. Algo al alcance de muy pocos. Ochenta y cinco herramientas y 141 funciones. No le falta de nada. Tan curiosa como inútil por su tamaño y su precio; ni es precisamente para llevársela de viaje ni tampoco para un regalo cualquiera. 1.200 francos suizos, unos mil cien euros. Y eso que la moneda de la Confederación Helvética se ha devaluado recientemente para hacerse competitiva en las exportaciones, ya que se convirtió en divisa refugio con la crisis del euro y del dólar. Esta misma pieza llegó a costar no hace mucho 1.500 euros. La navaja está fabricada por la mítica casa Wenger.

Theodore Wenger
Theodore Wenger

Este tipo de herramientas están ligadas al Ejército suizo.

Su origen se remonta a 1886 cuando Suiza decidió equipar a cada soldado con una reglamentaria navaja plegable de una sola hoja. En 1889 se introdujo un nuevo rifle. Para desarmarlo se necesitaba un destornillador. Así que se tomó la decisión de crear una herramienta multiusos que incorporara una navaja, un destornillador, un escariador (herramienta usada en el acabado de orificios para colocar pernos y pasadores) y un abrelatas. En ese momento, la industria de la cuchillería en Suiza estaba bien establecida pero incapaz de producir en grandes cantidades. Así que las navajas se hicieron en Solingen, en Alemania. Sin embargo, un cuchillero suizo pronto estableció una empresa de fabricación de cuchillos, hoy Victorinox, y comenzó a hacer navajas suizas. Poco después en 1893 en Courtételle en el valle de Delémont, el segundo fabricante industrial de cuchillería de Suiza, Paul Boechat & Cie -y el futuro de Wenger- recibió un contrato del Ejército suizo para producir las navajas. En 1895 un grupo de empresarios de Delémont compró Boechat y construyó una nueva planta en Courtételle. Unos dos años más tarde, Theodore Wenger fue contratado para ser su director general.

La mayoría de sus doscientos empleados son residentes en ese valle de Delémont, que es también una zona de varias industrias de alta precisión, relojes, herramientas para máquinas, microtecnología, microelectrónica... Ahora la firma Wenger también fabrica cuchillos de cocina, relojes y equipajes para viajes. La famosa navaja de bolsillo ocupa una parte muy importante de la producción. Este artículo estrella representa una producción media diaria de más de 22.000 unidades. Los productos Wenger se venden en más de 135 mercados en todo el mundo a través de una red de distribuidores registrados.

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