Vista de una de las calles de Kiruna
Vista de una de las calles de Kiruna

Suecia traslada una ciudad del círculo Polar Ártico ante el peligro de ser tragada por la tierra

Kiruna se muda por la necesidad de aumentar las excavaciones en las minas de hierro de la compañía estatal

CORRESPONSAL EN DINAMARCA Actualizado: Guardar
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Aunque el ayuntamiento se ha dado de plazo hasta 2100, las obras para la mudanza de Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, situada 140 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, ya han comenzado. Un traslado forzado por la necesidad de aumentar las excavaciones en las minas de hierro de la compañía estatal, Luossavaara-Kiirunavaara AB (LKAB), que amenazan con engullir la ciudad en los próximos años. El plan para construir la nueva Kiruna, Kiruna, fue aprobado por el municipio en 2004 ante la disyuntiva de cerrar las minas, que dan empleo a la mayoría de los 20.000 habitantes, o desplazar la ciudad tres kilómetros al este. El coste total de la mudanza es difícil de calcular todavía, sin embargo, para una primera fase la empresa minera, que se hará cargo de la mayoría de los gastos, ha destinado 650 millones de euros.

A pesar de que ya han aparecido algunas grietas, el riesgo de desplome no es inminente por lo que el cambio se realizará en varias etapas a medida que se vayan construyendo las infraestructuras. Los primeros edificios de la nueva urbe serán el ayuntamiento, un edificio circular diseñado por el arquitecto danés Henning Larsen, y una residencia para estudiantes que se inaugurarán en 2019 y, a partir de ese momento, se irán añadiendo de forma gradual viviendas, comercios y otros servicios básicos, como el hospital y la escuela, y centros de ocio como la piscina y la biblioteca.

Edificios reconstruidos piedra a piedra

Tan solo se conservarán veinte edificios de la vieja ciudad que serán desmantelados y reconstruidos piedra a piedra, entre ellos la iglesia, una construcción de madera de 1912, cuya forma recuerda a los tipis de las poblaciones indígenas de Laponia (los samis) y que es considerada una de las más bonitas de Suecia, y la torre con campanario y reloj que se instalará al lado del nuevo ayuntamiento.

La Kiruna actual formada por casitas con jardín dará paso a una ciudad con bloques de apartamentos construidos alrededor de patios interiores y avenidas más protegidas de los vientos polares. Según los arquitectos encargados del proyecto, Kiruna tiene ahora la oportunidad de reinventarse y transformarse en un modelo de desarrollo sostenible.

Más oferta cultural

Los retos que presenta desplazar a toda la población son enormes y, por ello, en el proyecto, además de arquitectos, trabajan urbanistas, ingenieros, paisajistas, biólogos e, incluso, antropólogos ya que muchas personas pueden sentir una pérdida de identidad al desaparecer lugares asociados a su memoria, como el hospital donde nació su hijo o el banco del parque donde una pareja se dio el primer beso. El objetivo es hacer de Kiruna una ciudad más atractiva para los jóvenes, mediante una mejor oferta cultural, y para las mujeres que no encuentran oportunidades de trabajo fuera de la actividad minera. Una de estas áreas de desarrollo podría ser el turismo, ya que en las proximidades se encuentra el famoso Hotel de Hielo de Jukkasjarvi que visitan más de 100.000 personas al año.

Kiruna fue fundada en el año 1900 por la compañía minera LKAB, la mayor productora de hierro de Europa y la empresa que más energía consume en Suecia. Su situación en el Círculo Ártico, con temperaturas que rara vez superan los 15 grados bajo cero, la sumerge en la eterna noche polar durante varios meses al año mientras que, en verano, los días tienen 24 horas de luz, lo que se conoce como el «sol de medianoche». Para los amantes de la novela negra escandinava, es el escenario donde se desarrollan las novelas de la escritora sueca Åsa Larsson como «Aurora boreal»,«Sangre derramada» o «La senda oscura», en la que, curiosamente, aparece asesinada la ejecutiva de una compañía minera.

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