Monseñor Bernard Fellay se reúne con los fieles después de una ceremonia de ordenación en Econe, suroeste de Suiza, en junio de 2009
Monseñor Bernard Fellay se reúne con los fieles después de una ceremonia de ordenación en Econe, suroeste de Suiza, en junio de 2009 - REUTERS

El Papa concede a los obispos la facultad de legitimar matrimonios de tradicionalistas lefebvrianos

Pretende «tranquilizar la conciencia» de los seguidores de la Fraternidad San Pio X sobre la validez de su boda

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En un nuevo gesto de apertura hacia los seguidores del fallecido obispo tradicionalista francés Marcel Lefebvre, el Papa Francisco ha otorgado al obispo ordinario de cada una de las diócesis del mundo la facultad de legitimar e inscribir matrimonios con un requisito mínimo, según ha informado este miércoles el Vaticano.

El obispo ordinario del lugar puede conceder, si le parece oportuno, a sacerdotes de su diócesis, o incluso de otra, la tarea de recibir «el consentimiento de los cónyuges durante la celebración del matrimonio que en la liturgia del ‘Vetus Ordo’ (ritual antiguo) se realiza al inicio de la Santa Misa. Ésta la celebra, después, un sacerdote de la Fraternidad San Pio X».

Lo esencial en el matrimonio es el libre consentimiento de los esposos, que son los ministros del sacramento, mientras que el sacerdote con jurisdicción otorgada por el obispo es un mero testigo necesario para la validez canónica. Si después de la manifestación del consentimiento de los contrayentes se celebra o no la misa, sea del rito que sea, es un elemento secundario.

El Papa ha autorizado que el obispo ordinario de la diócesis conceda esa facultad incluso a sacerdotes de la Fraternidad de San Pio X cuando no haya sacerdotes diocesanos disponibles.

El texto de estas disposiciones, firmado por el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Doctrina de la Fe, reitera que la medida «pretende tranquilizar la conciencia de los fieles, no obstante, que la situación canónica de la Fraternidad San Pío X continúa siendo, por ahora, objetivamente ilegítima».

Según la carta del cardenal Müller a todas las conferencias episcopales, el gesto conciliador del Papa permite «no solo remover los escrúpulos de conciencia de algunos fieles unidos a la FSSPX y la falta de certeza sobre la validez del sacramento de matrimonio, sino que al mismo tiempo, se avanzará hacia la plena regularización institucional».

No reconoce la autoridad del Papa

Es el segundo paso hacia el reencuentro, después de que, al término del Año Santo de la Misericordia, el Santo Padre extendiese a los sacerdotes lefebvrianos la facultad de confesar válidamente.

Las conversaciones entre la Fraternidad San Pio X, dirigida por el obispo francés Bernard Fellay, se llevan a cabo a través de Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», creada para facilitar el acercamiento y presidida por el prefecto de la Doctrina de la Fe.

Hace ya tiempo, el Vaticano ofreció a los sacerdotes y fieles lefebvrianos la posibilidad de constituir una prelatura personal si aceptan lo esencial del Vaticano II en lugar de criticar continuamente la liturgia en el idioma local, el ecumenismo, la libertad religiosa, el diálogo con otras religiones y el modo en que los sucesivos Papas, desde Juan Pablo II en adelante, han conducido la Iglesia.

Los obispos de la Fraternidad San Pio X, fueron excomulgados por san Juan Pablo II en 1988 y permanecieron bajo esa pena hasta que Benedicto XVI levanto la excomunión en 2009 como gesto de buena voluntad.

Esa hermandad de sacerdotes tradicionalistas, cuya sede central se encuentra en Menzingen, Suiza, no es un grupo cismático, pero su situación es ilegítima pues no reconoce en la práctica la autoridad del Papa ni de los obispos ordinarios de las diócesis.

En la actualidad está formada por tres obispos, unos seiscientos sacerdotes y unos trescientos religiosos y religiosas. Los fieles laicos son algunas decenas de miles de personas que se encuentran sobre todo en países francófonos.

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