Los embalses de España están un 15% por debajo de la media de la década

Aprobado ayer el tercer trasvase del Tajo al Segura, se avecina una nueva «guerra del agua», al anunciar Castilla-La Mancha que recurrirá la decisión del Gobierno central

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  1. 33.313 hectómetros cúbicos en toda España

    La temporada es seca. A pesar de las lluvias caídas durante el invierno, los datos de las reservas de agua en los embalses de toda España lo demuestran. Solo Cataluña y Baleares están mejor que el año pasado. El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente publicó ayer los datos actualizados de la capacidad hidráulica total, que está al 59,5%, en concreto, 33.313 hectómetros cúbicos (hm3) de los 55.978 para los que disponen capacidad las cuencas hidrográficas. El dato clave es que la media de la última década se sitúa en 39.319 hm3 y el promedio del año pasado fue de 39.124 hm3. Además, según las previsionse proyectadas por la Agencia Estatal de Meteorología, no se espera una primavera lluviosa y las precipitaciones se mantendrán en valores normales, informa Érika Montañés.

  2. Galicia, en prealerta por sequía

    En el caso de la Comunidad gallega, la falta de lluvias también se ha dejado notar. Los embalses se encuentran, según el último boletín hidrológico publicado por Aguas de Galicia el pasado 10 de abril, al 74,4% de su capacidad. Esta cifra supone un descenso de 15 puntos respecto a lo que marcaban los datos en las mismas fechas del año anterior, cuando la ocupación alcanzaba el 89,4%.

    Por tipos de embalse, los de abastecimiento para la población han logrado recuperar los niveles del pasado ejercicio, llegando incluso a superarlo ligeramente en el último informe de situación publicado esta misma semana. Así, este tipo de emblases se hallan ahora al 85,6% de capacidad, dos puntos más que en el mismo periodo de 2016. El problema está en los de uso hidroeléctrico e industrial, que son los que cuentan con un menor volumen de agua, ya que en un año han pasado del 90% al 73,2%.

    De los 19 embalses gallegos (9 de abastecimiento y 10 de uso hidrológico o industrial), el de Barrié de la Maza, explotado por Gas Natural Fenosa y al que da servicio el río Tambre, es el que se encuentra en peor situación, con tan solo un 28% de volumen de agua. En el mismo periodo del año pasado, se encontraba al 78% de ocupación.

    Desde que la Xunta de Galicia estableció la situación de prealerta por sequía el pasado mes de enero, la situación ha ido avanzando hacia la normalidad, según apuntan en la Consellería de Medio Ambiente. «El nivel de los embalses se ha ido recuperando pero el caudal de los ríos continúa por debajo de lo que es habitual para esta época del año», añaden. En este sentido, el ejecutivo gallego destaca que es necesario esperar un poco para valorar la situación de pre alerta y tomar una decisión al respecto.

    «En ningún momento hubo ningún riesgo de desabastecimiento porque los embalses, aunque bajos, siempre estuvieron dentro de lo que se puede considerar normal, ahora, incluso están por encima de la media de los últimos 5 años», subrayan desde Medio Ambiente. Además, desde la Consellería recuerdan que aunque el abastecimiento a la población está garantizado, aunque hay que apelar al uso responsable de los recursos, informa Andrea Bouzada.

  3. Baleares deja atrás muchos meses de sequía

    En Baleares, al igual que en la mayoría de comunidades autónomas, la situación de los embalses ha mejorado de manera sensible con respecto a 2016 gracias a las lluvias caídas a principios de este año. Cabe recordar que la isla de Mallorca cuenta con dos embalses, el del Gorg Blau y el de Cúber, ubicados ambos en el municipio de Escorca. El primero de los dos es el más importante, ya que tiene una capacidad de 7,34 Hm3, mientras que el segundo tiene una capacidad de 4,64 Hm3. En Menorca y en Ibiza, en cambio, no hay embalses, pero sí acuíferos, informa Josep María Aguiló.

    El embalse del Gorg Blau se encuentra en estos momentos al 86,3 por ciento de su capacidad, cuando hace doce meses se situaba sólo en el 39,5 por ciento. Por lo que respecta a Cúber, en estos días se halla al 90,4 por ciento de su capacidad, mientras que en abril del pasado año apenas alcanzaba el 39,3 por ciento.

    El agua del Gorg Blau se bombea normalmente hacia Cúber, desde donde se regulan los caudales y desde donde sale la conducción del agua hacia la Planta de Tratamiento de Agua Potable ubicada en la localidad de Lloseta.

    Esa circunstancia sirve para explicar el motivo por el que normalmente suele haber pocas diferencias entre un embalse y otro por lo que se refiere a sus reservas. Como se ha señalado, ambos están interconectados y además se hace una gestión conjunta de los dos para mantener un nivel de agua similar. Por otra parte, al hallarse muy próximos, cuando llueve, tanto el Gorg Blau como Cúber suelen llenarse por igual.

    Ambos embalses, creados a principios de los años setenta del pasado siglo, proporcionan anualmente a Palma una media del 30 por ciento del agua que necesita la capital balear. En cualquier caso, se trata de un porcentaje variable. Así, la situación de alerta por sequía del año pasado hizo que desde el Gorg Blau y desde Cúber apenas se pudiera proporcionar a la ciudad el 10 por ciento de los recursos hídricos que necesitaba, mientras que ahora el aporte es del 50 por ciento del total.

  4. Los embalses de Cataluña, mejor que en otras ocasiones

    En Cataluña, las reservas de los embalses están mucho mejor que en otras ocasiones. En concreto, según cifras de ayer mismo, los pantanos de las cuencas internas están al 85% de su capacidad, mientras que hace justo medio un año estaban al 51,7%. Todos los embalses de la cuenca interna, a excepción del pantano de Foix, superan el 82% de su capacidad y algunos, como el de La Baells roza su capacidad máxima, con el 98,2%. Con las cifras actuales, se estima que las reservas de agua en Cataluña están garantizadas para el próximo año o año y medio, informa Anna Cabeza.

    Técnicos de la Agencia Catalana del Agua (ACA) argumentan a ABC que la mejora de las reservas se debe básicamente a la buena climatología de los últimos meses, con buenos episodios de lluvia y en un invierno en el que ha ido nevando periódicamente en las cotas más altas, lo que alimenta los embalses. Por otro lado, destacan la buena gestión de los embalses sumada al aumento de la producción de agua de la planta desalinizadora, con lo que se considera que los embalses están en un buen momento.

    Los embalses de la cuenca del Ebro que se ubican en territorio catalán, presentan un comportamiento más desigual: los hay que gozan de una plena capacidad, como el de Terradets o el de Ribarroja, que están al 95%. Otros más próximos a los Pirineos sí que están más vacíos, pero debido a que se están vaciando para asumir el agua del deshielo.

  5. Andalucía: los embalses andaluces, medio llenos (o medio vacíos)

    La gestión de los embalses andaluces está dividida entre la comunidad autónoma y el Gobierno central. A la Junta de Andalucía le corresponden tres demarcaciones en la región: Huelva, Cádiz y, conjuntamente, Málaga, Granada y Almería. Es el cuarto año consecutivo de precipitaciones inferiores a la media, pero no todas las zonas están en las mismas condiciones. En el caso de las dos primeras provincias, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente hablan de «normalidad absoluta», con niveles que rondan o superan el 60% de su capacidad, informa Leo Rama.

    Es la demarcación de las cuencas mediterráneas andaluzas –Málaga, Granada y Almería– la que presenta problemas más serios, pues los embalses que le corresponden apenas rozan el 49% de su capacidad. Aunque de momento no se han implementado restricciones, la Administración está fomentando el ahorro, especialmente en la zona de Málaga, donde podría haber problemas en los años venideros. El consumo, por ahora, está garantizado; lo que no quita que «disminuyan las garantías».

    Oriente y Occidente

    La parte que gestiona la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir –presente también en Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia– depende del Gobierno central. Sus embalses están al 55% –medio llenos o medio vacíos– de su capacidad, un dato similar al del año pasado y en la media histórica de los últimos 25 años. Sin embargo, en lo que respecta a Andalucía, no todas las zonas presentan una situación homogénea.

    Hay claras diferencias entre la franja occidental y la oriental. Ha sido un año húmedo en lo que respecta a las provincias de Córdoba y Sevilla, donde se han dado excepciones positivas, como la del embalse del Gergal, donde el agua ha rebosado. En cambio, el nivel en la parte oriental es inferior a la media; ha llovido menos que otros años. Es precisamente en esta zona donde se están dejando notar con más intensidad los efectos del cambio climático. Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir reconocen que la situación en Granada o Jaén es «más bien precaria» y ponen de ejemplo casos dramáticos, como el del jienense embalse del Quiebrajano, que en estos momentos se encuentra al 30% de su capacidad.

    Tanto el riego como el consumo doméstico están garantizados, «salvo en algunos sitios puntuales». Aún no se han acordado medidas restrictivas, pero hacen una llamada al ahorro. Todo depende de cómo se comporten las lluvias primaverales, que son clave a la hora de repartir el agua, no tanto por su aportación a los pantanos, sino por el ahorro que supone más tarde en el desembalse. Por el tipo de plantaciones que son más comunes en Andalucía, es en los meses venideros cuando las precipitaciones condicionan el consumo que se hace luego: «Si no llueve, el agricultor se ve obligado a regar con el agua de los embalses».

    El embalse de Quiebrajano, quizás el caso más dramático, en Andalucía se ubica en los términos municipales de Campillo de Arenas y Valdepeñas de Jaén, tiene una capacidad máxima de 31,6 hectómetros cúbicos, ahora está al 30% de su capacidad. Hace un año rondaba el 47%.

  6. Castilla y León vive una «extraordinaria sequía»

    De «extraordinaria sequía». Así es la situación en la «práctica totalidad» de la cuenca del Duero, la que abarca la mayor parte de Castilla y León. Únicamente la zona más suroeste, la bañada por el Tormes y el Adaja, suponen la «única excepción» a un panorama con los embalses muy por debajo en su nivel de llenado no sólo si se compara con 2016, con un arranque de año generoso con la pluviometría, sino también con el promedio del decenio, en el que se han alternado épocas de abundancia con las de necesidad de agua. Con la primavera ya entrada, están al 62,3 por ciento de su capacidad, 23 puntos por debajo del nivel que prestaban doce meses atrás (86,2%) y 19 si se compara con el promedio de los últimos diez ejercicios (79,3%), informa María Isabel Jimeno.

    En cifras absolutas, 1.797,2 hectómetros cúbicos de líquido elemento almacenados en unos vasos con capacidad para 2.877,5. Una cantidad máxima que ya supone una limitación para afrontar con garantías épocas rácanas en lluvias, pues el volumen tope que se puede guardar está entre los más bajos en función de las necesidades. En las tareas pendientes, una mayor regulación con más presas que siguen sin ejecutarse y que en muchas ocasiones chocan con la protesta social.

    La situación de escasez asumida por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha llevado a reconocer no sólo que habrá problemas para cumplir con la campaña de riego, en buena parte de la cuenca con limitaciones, sino también a poner la alerta sobre el abastecimiento a poblaciones. Por el momento, sin restricciones para dar el grifo, sí ha pedido a los ayuntamientos de León, Astorga, Palencia, Burgos y Valladolid que «extremen las medidas de control del consumo y utilicen, en la medida de lo posible, agua derivada directamente del río para labores como riego o limpieza».

    Y a los agricultores, «especialmente» a los que se nutren de líquido de las zonas más afectadas, que «seleccionen» los cultivos adecuados para una «situación de sequía».

    Tres son las zonas más problemáticas. En el Carrión, regulado por los embalses palentinos de Camporredondo y Compuerto, pese a que la disminución «no es significativa» –aún, así, están al 54,7 y 38,7%, respectivamente– la situación, según reconoce la CHD es «crítica». Un sistema de por sí «totalmente deficitario, con independencia de la climatología» y del que depende el abastecimiento de Palencia y la mitad de la ciudad Valladolid, que podría verse «afectado» en ambas capitales si persiste la situación. El organismo de cuenca advierte de que es una «lástima» no haber contado con otras presas para garantizar más recursos después de que 2015-2015 fue un año hidráulico «extremadamente generoso» en precipitaciones.

    El mismo lamento, de falta de más presas, para el Órbigo, donde la situación es «deficitaria y muy problemática». También en tierras leonesas, el embalse de Villameca no presenta una halagüeña estampa. De él depende el abastecimiento de Astorga. Y la CHD ya advierte de que «de repetirse una situación climatológica similar» a la del pasado otoño, «no se podrían garantizar sus necesidades a partir del mes de enero de 2018».

    Y dificultades en el resto, con problemas para afrontar la campaña de riego que puede aún tener que someterse a más restricciones.

  7. Castilla-La Mancha, sin lluvia y sin apenas reservas

    La situación hídrica de Castilla-La Mancha no hace más que empeorar. A la falta de lluvias prevista para la primavera y el verano, se suma la escasa reserva de agua que presentan los embalses, sobre todo los de la cabecera del río Tajo, en Guadalajara, debido a los continuos trasvases desde este río hasta el Segura. Así, según datos oficiales del 4 de abril, los pantanos de Castilla-La Mancha registran 1.858 hectómetros cúbicos de agua embalsada sobre una capacidad total de 5.755 hectómetros cúbicos; es decir, se encuentran al 32,28% de su capacidad, informa M. Cebrián.

    Pero, además, si se comparan esas cifras con las de las mismas fechas del 2016, cuando los embalses de la región acumulaban 2.221 hectómetros cúbicos, la reserva hídrica ha descendido en 369 hectómetros cúbicos, un 6,31% menos que en abril del año pasado. Los embalses que mejor ejemplifican esta situación son los de la cabecera del Tajo -Entrepeñas y Buendía- que, junto con el de Alarcón -en la provincia de Cuenca-, son los que tienen más capacidad y agua embalsada.

    Según los datos facilitados este lunes por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), los pantanos de cabecera del Tajo han bajado en 11,045 hectómetros cúbicos con respecto a lo que almacenaban en la semana anterior, hasta situarse en 430,96 hectómetros cúbicos, un 17,41% de su capacidad total de embalse de 2.474 hectómetros. Concretamente, el embalse de Entrepeñas ha bajado 6,04 hectómetros en los últimos siete días y almacena 169,49 de los 835 que puede embalsar; mientras que el de Buendía ha descendido cinco hectómetros y se queda en 261,47 de los 1.639 hectómetros cúbicos que puede contener.

    Un nuevo trasvase

    Pesa a ello, ayer mismo el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la orden del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del 7 de abril que autoriza un nuevo trasvase desde el río Tajo al Segura. En esta ocasión, el envío de agua para este mes de abril es de 15 hectómetros cúbicos, cuando lo normal es una cantidad trasvasada de 20 hectómetros. La resolución, que está firmada por la ministra, Isabel García Tejerina, apunta que los embalses de cabecera del Tajo -Entrepeñas y Buendía- se encuentran en nivel 3, de situaciones hidrológicas excepcionales, y que el 1 de abril de 2017, ambos pantanos acumulaban 399,6 hectómetros cúbicos.

    Este nuevo trasvase viene derivado de la reunión, el pasado jueves, de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura, que solicitó al Ministerio de Agricultura que aprobara un nuevo trasvase en abril. La Comisión Central de Explotación del trasvase Tajo-Segura también propuso, en la reunión del pasado jueves, revisar a principios de mayo la evolución de la coyuntura hidrológica, para elaborar una propuesta de trasvase para dicho mes.

    Obviamente, esta decisión no ha sentado muy bien en Castilla-La Mancha y, en concreto, en en el Gobierno socialista de Emiliano García-Page, que insiste en el fin del trasvase Tajo-Segura. Este es el decimosexto trasvase de la actual legislatura y el tercero de este año. De hecho, ayer se sucedieron las reacciones desde la región y, entre ellas, la de la recién nombrada consejera de Fomento, Agustina García Élez, quien sucederá en el cargo a la fallecida Elena de la Cruz y no ha podido tener un peor inicio en su mandato.

    De este modo, Agustina García Élez compareció ayer en rueda de prensa, en un receso de la reunión del Consejo de Gobierno, para informar del recurso que presentará el Ejecutivo autonómico al nuevo trasvase publicado ayer en el BOE y anunció que hablará con la ministra de Agricultura para insistir en que quieren formar parte de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura.

  8. Las cuencas del Júcar y el Segura, por debajo de la media de la última década

    Los temporales de lluvia que afectaron a la Comunidad Valenciana el pasado invierno han obrado lo que parecía un «milagro». Tras uno de los peores periodos de sequía más graves en medio siglo, los embalses de la región albergan a día de hoy 966 hectómetros cúbicos de agua, 150 más que la misma semana del año anterior. Con todo, apenas se hallan al 39,9% de su capacidad (la menor reserva de España junto a los de Murcia) y están por debajo de la media de la última década (1.044 hectómetros cúbicos), de acuerdo con la información suministrada por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, informan A. Caparrós y J. L. Fernández desde Valencia y Alicante, respectivamente.

    La medida de la gravedad que supone la carencia de recursos hídricos la ofrece el decreto de medidas extraordinarias para paliar la sequía en las cuencas del Júcar y del Segura, que entró en vigor en mayo de 2015 y que se prorrogó el pasado verano hasta el mes de septiembre de este año.

    Esta iniciativa ha permitido garantizar el suministro, que en el caso del Segura depende en buena medida de los trasvases desde el Tajo. La semana pasada, la Junta de Explotación acordó solicitar una trasferencia de quince hectómetros cúbicos para este mes de abril, que en el caso de ser aprobada por el Gobierno será la tercera en la que llevamos de año a pesar de la oposición de usuarios los embalses de cabecera del trasvase (Entrepeñas y Buendía), hecha suya por el Ejecutivo de Castilla-La Mancha.

    La cuenca alicantina, de hecho, ha empeorado su situación respecto al año anterior y en la actualidad apenas guarda 370 hectómetros cúbicos de agua (el 32,43% de su capacidad), lejos de los 463 que almacenaba hace un año y de los 590 de media de la última década.

    Los efectos de la sequía se aprecian en embalses como el de Crevillente, el que menos agua dispone, con tres hectómetros sobre trece posibles. Este pantano tiene como función regular parte del caudal procedente del trasvase Tajo-Segura.

    El Cenajo (el de mayor capacidad) cuenta a día de hoy con unas reservas de 150 hectómetros cúbicos, cuando puede almacenar hasta 437.

    En la cuenca del Júcar, en cambio, la situación es ligeramente mejor y sus embalses presentan un estado similar al del año pasado, con 1.317 hectómetros cúbicos de agua disponible (el 39%).

    El pantano de referencia del río (Contreras) cuenta con 133 hectómetros en la actualidad cuando puede llegar a embalsar 852. La sigue en importancia el de Tous-La Ribera, que con 238 sobre 378 hectómetros presenta la mejor situación de los últimos años.

    Consumo humano garantizado

    Con todo, los decretos contra la sequía han permitido priorizar el consumo humano y han permitido garantizar el abastecimiento, pero los datos revelan que resultarían necesarios nuevos episodios de lluvias para retornar a la situación de la última década para volver a niveles de reservas en el entorno del cincuenta por ciento (en el caso del Júcar harían falta 150 hectómetros cúbicos y en el del Segura 220).

  9. País Vasco

    En el País Vasco, los embalses han superado el 85% de su capacidad, por lo que se mantiene la buena tendencia de las últimas semanas, informa Adrián Mateos.

    Los recursos hidráulicos de la Comunidad Autónoma, que rondan los 214 hectómetros cúbicos, son cuatro puntos superiores a la media de la última década, aunque han caído uno respecto a 2016. El embalse más caudaloso es el Ibai Eder, en Guipúzcoa, que se sitúa al 91% de su capacidad. El Ibuir, que se encuentra en el mismo territorio, está al 87,5%, dos décimas por debajo del pantano alavés de Ullibarri.

  10. Aragón

    En la cuenca del Ebro, la sequía afecta especialmente a su margen derecha, a las tierras –y embalses- situados al sur del gran río, informa Roberto Pérez.

    Mientras que la red de presas situadas al norte del Ebro –las que se nutren de los caudales del Pirineo- están al 78% de su capacidad y seguirán recibiendo agua de la abundante nieve que todavía guarda la Cordillera, los embalses situados en la margen derecha del ebro se encuentran, de media, a solo el 46% de su capacidad.

    En su conjunto, las presas de la cuenca del Ebro tienen ahora unas reservas un 6% inferiores a las de hace un año y menores que el promedio del último quinquenio en estas fechas del año.

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