JULEN, ENCONTRADO SIN VIDA

Totalán, todo un pueblo bajo estrés postraumático

Expertos en duelo piden apoyo para los vecinos tras el terremoto emocional vivido con el rescate del pequeño

Pancarta de apoyo a Julen, cuando aún se guardaban esperanzas sobre su rescate EP / Vídeo: El féretro de Julen llega al tanatorio de El Palo (Málaga)

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Impotencia, vacío, tristeza, dolor... No hay nadie en Totalán que no se haya sentido conmovido por la tragedia de Julen. La esperanza es la gasolina que ha alimentado durante trece días a los setecientos habitantes del pueblo malagueño y a sus rescatadores. Todos se han movilizado para ayudar en la operación de rescate y arropar a la familia en una «labor de ingeniería humanitaria» que ha conmovido al país, como alabó ayer el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Ahora ya solo queda la frustración y el vacío. «La esperanza moviliza lo más profundo del ser humano y aún más cuando se trata de un niño. Pero tras este desenlace el choque va a ser brutal. El pueblo ha experimentado una convulsión, un terremoto emocional y sus habitantes se sienten ahora bajo una situación de estrés postraumático», explica la psicóloga María Jesús Álava.

Cuando los focos se retiren

La mejor terapia ocupacional para ellos será convertir ese dolor en apoyo a la familia, recomienda Álava. No solo durante los primeros días de duelo sino después, cuando los focos se retiran y comienza el olvido.

«Es el momento de estar ahí, de acompañar en silencio y respetar el dolor y el sufrimiento . Es un difícil equilibrio para no caer en el consuelo barato», aconseja Roberto Álvarez, psicólogo del Programa de Atención Integral a Personas Avanzadas de “la Caixa” en la Fundación Instituto San José de Madrid. A este especialista en duelo, la situación le recuerda a la oleada de solidaridad que despertó el atentado terrorista del 11-M en Madrid. «Frente al sin sentido de la barbarie, a las familias de las víctimas solo les quedaba el amor, la oleada de solidaridad que despertó el atentado. A los padres de Julen, nada ni nadie les va a quitar la pena ni les devolverá a su hijo, pero lo único que tendrá sentido en esta tragedia es la humanidad , cariño y hospitalidad recibida», opina Roberto Álvarez.

El proceso de duelo no ha hecho más que empezar y durará años. Encontrar el cuerpo del niño cuando ya no se podía soñar en un milagro, no era solo clave en la investigación judicial. «También era importante para la familia; sin un cuerpo, nunca hubieran podido despedirse y cerrar su vida con él. Nadie supera la muerte de un hijo pero es bueno conocer una verdad soportable, sin muchos detalles, como por ejemplo, saber que el pequeño no sufrió una larga agonía. Ahora deben aprender a vivir sin él, dar rienda a las emociones y recolocar a su hijo en un sano recuerdo», apunta este experto en duelo.

¿Me puede pasar a mí?

Acompañar a los padres de Julen formará parte de la terapia para todos los habitantes de Totalán y de El Palo, la barriada de Málaga donde vivía la familia Roselló. Como participar de forma activa en iniciativas para que una tragedia similar no vuelva a ocurrir, recomienda María Jesús Álava.

A esta psicóloga, autora del libro «La inutilidad del sufrimiento», le preocupan también los niños de la localidad que han asistido en directo a la movilización de sus mayores. «Pueden sentir miedo y desamparo . Es fácil que se pregunten si a ellos también les puede ocurrir . Han visto cómo los adultos no han logrado proteger a Julen y ellos pueden sentirse vulnerables».

Álava aconseja trabajar con ellos, evitar la hiperprotección y dar apoyo en los colegios y las familias para canalizar emociones a flor de piel.

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