Inglaterra cobrará a los pacientes de fuera de la UE por tratamientos no urgentes

El personal sanitario será dotado con lectores para el cobro a través de tarjeta a pie de cama

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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El Gobierno británico ha ordenado a los centros de la sanidad pública en Inglaterra que a partir del próximo abril empiecen a cobrar a los pacientes extranjeros de fuera de la UE por los tratamientos que no sean urgentes. Las emergencias continuarán siendo atendidas sin pedir pago previo. El Ejecutivo justifica la medida explicando que pretende atajar el llamado «turismo sanitario». Como ejemplo se ha citado el caso de extranjeras que viajan a Gran Bretaña para beneficiarse gratis de tratamientos de fertilidad. El Reino Unido gastó el año pasado 500 millones de libras en atención sanitaria a extranjeros y los países foráneos solo le abonaron 255 millones.

La nueva medida obligará a los pacientes a identificarse en los hospitales, aportando al menos dos pruebas de residencia (por ejemplo el pasaporte y un recibo, o el carné de conducir y una cuenta bancaria).

Quienes requieran un tratamiento no urgente, pero no logren acreditar que son británicos o ciudadanos del Espacio Económico Europeo (UE y Suiza), serán informados de su coste y obligados a abonarlo antes si quieren recibirlo. La iniciativa obligará a los foráneos a pagar operaciones quirúrgicas que no se consideran urgentes, como los reemplazamientos de cadera o las cirugías de cataratas.

Las medidas son tan drásticas que se dotará a parte del personal sanitario de lectores de tarjetas y podrán cobrar a pie de cama a los pacientes. Los sindicados médicos han protestado, diciendo que «estamos para curar, no somos agentes de aduanas». También anuncia que la medida traerá «caos y confusión».

Sin embargo el público apoya la iniciativa gubernamental. Según una encuesta de Ipsos Mori, tres cuartas partes de los ingleses está a favor de que se cobre a los extranjeros para que el NHS (la sanidad pública) disponga de más fondos.

«Crisis humanitaria»

Como telón de la iniciativa del Gobierno aparece la pésima situación de los servicios hospitalarios británicos esté invierno, totalmente desbordados, hasta el punto de que la Cruz Roja, tal vez de manera un poco exagerada, llegó a hablar de « crisis humanitaria». Según una investigación de la BBC, nueve de cada diez hospitales británicos registran ahora mismo un exceso de pacientes. Las pautas del NHS establecen que solo el 85% de las camas hospitalarias pueden estar ocupadas, para evitar infecciones y esperas en camillas por los pasillos, práctica que ya ha costado alguna muerte este invierno. Pero ese ratio se incumple sistemáticamente.

Como empieza a ser pauta en la Inglaterra del Brexit, todo se tiñe también de un cierto barniz de rechazo al extranjero. El debate se caldeó la semana pasada, cuando un documental del canal 2 de la BBC, titulado «Hospital», contó la historia de una nigeriana, Priscilla, que tuvo cuatrillizos en una clínica pública del Oeste de Londres. Su parto de alto riesgo costó 330.000 libras, pero no lo pagó. La paciente volaba de Estados Unidos a Nigeria cuando se sintió mal. Así que el piloto decidió aterrizar en el aeropuerto londinense de Heathrow para que fuese atendida. Es decir, se trató de una urgencia, pues corría peligro su vida y la de los cuatro fetos. Pero se ha contado como si la mujer hubiese buscado intencionadamente aprovecharse de la sanidad pública inglesa.

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