Francisco bendice en el Vaticano miles de figuras del Niños Jesús
Pide preparar la Navidad comprometiéndose a ayudar a alguien, saldar una deuda o pedir perdón
Miles de niños romanos han acudido a la plaza de San Pedro para que el Papa bendijera los 'bambinelli', la figura del Niño Jesús que según la tradición italiana pondrán en el pesebre de sus casas en nochebuena. «Felicitad de mi parte a los los abuelos y a vuestras familias», les ha pedido Francisco a cambio.
En medio de un clima prácticamente navideño en la plaza de San Pedro, con el abeto gigante de 28 metros y el colorido nacimiento traído desde los Andes peruanos, el Papa ha recordado el desafío que cada año lanza la Iglesia católica con el Adviento para preparar la Navidad.
«Imaginad que un ser querido va a venir a visitarnos», ha explicado Francisco. «Para recibirlo como es debido, limpiaremos la casa, prepararemos la mejor comida posible, quizás un regalo... ». Del mismo modo, a medida que se acerca la Navidad, la propuesta del Adviento es prepararse a conciencia.
«Dios eleva esta idea de prepararse a un nivel superior», ha avisado el Papa planteando tres preguntas: «¿Qué hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado? ¿Qué es lo que me llena?».
«La vida nos plantea una tarea a cada uno. No es algo sin sentido, no se deja al azar. Es un regalo que Dios nos da, diciéndonos: ¡descubre quién eres, y trabaja para realizar el sueño que es tu vida!», ha asegurado el Papa.
«Cada uno de nosotros es una misión para cumplir. Así que no tengamos miedo de preguntar a Dios qué debo hacer, qué es bueno que haga para mí y para las demás personas, cómo puedo contribuir al bien de la Iglesia, de la sociedad», ha propuesto.
«Estamos ocupados con tantos preparativos, para regalos y cosas que pasan, pero preguntémonos qué debemos hacer por Jesús y por los demás», ha pedido el Papa. Francisco ha subrayado que la Iglesia no puede dar una respuesta generalizada, igual para todos, «pues la fe se encarna en la vida concreta, no es una teoría abstracta».
«Propongo que cada uno haga un compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a la propia situación, y que lo viva para preparar la Navidad», ha concluido el Papa.
Y luego ha lanzado una lista de ideas: «Llamar por teléfono a una persona que está sola, visitar a un anciano o a un enfermo, hacer algo para ayudar a los pobres. O aún mejor, pedir perdón a alguien, perdonar a alguien, aclarar una situación, saldar una deuda. O si se ha descuidado la oración y ha pasado mucho tiempo, es hora de acercarse al perdón del Señor. ¡Busquemos una cosa concreta y hagámosla!», ha animado Francisco.
Este domingo coincide con la fiesta de la Virgen de Guadalupe que se celebra en toda América, «desde Alaska hasta la Patagonia» como ha recordado el Papa.
Desde primera hora de la mañana unos alegres mariachis cantaban en la plaza de San Pedro, y miles de personas han rezado un rosario en el Vaticano en homenaje a esta advocación.
Francisco les ha dado las gracias y les ha pedido oraciones por la «conversión y la renovación de la Iglesia y la sociedad que tanto necesitamos en las Américas, pues la situación de tantos países americanos es muy triste».
«Me alegra que con actos de fe y de testimonio público como este comencemos a preparar el Jubileo Guadalupano de 2031 (por los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe), y el Jubileo de la Redención del 2033», se ha despedido el Papa.
Ha sido la primera mención que Francisco hace del Jubileo que en 2033 conmemorará los dos mil años de la Pasión y Resurrección de Jesús. Un aviso de que la maquinaria organizativa se está poniendo en marcha.
«Pero miremos hacia delante siempre, eh», ha pedido Francisco al margen del texto que tenía preparado. Quizá un aviso para no convertir los aniversarios en estériles recuerdos del pasado, ya sea el Jubileo o la Navidad.
