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José Manuel Sánchez (izquierda), de ABC Tecnología, ha moderado la mesa redonda de Tecnología y Discapacidad en la que han participado Juan Carlos Ramiro, Belen Ruíz, Borja Adsuara, Juan Antonio Cebollada y Javier Sepulcre - ERNESTO AGUDO
II Jornadas de Discapacidad y Dependencia ABC

Borja Adsuara: «Todos somos discapacitados y capaces»

En la mesa redonda de Tecnología y Discapacidad se ha llegado a la conclusión de que los avances técnicos deben facilitar la vida de las personas y ser lo más fáciles posibles de usar

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La tecnología debe mejorar la calidad de vida de las personas, independientemente de si tienen algún tipo de discapacidad o no, y debe ser lo más fácil posible de manejar. Estas son las conclusiones a las que se ha llegado en la mesa redonda de Tecnología y Discapacidad incluida en las II Jornadas de Discapacidad y Dependencia organizadas por ABC.

La ponencia ha sido moderada por José Manuel Sánchez, redactor de Tecnología en ABC, y ha contado con la participación de Juan Carlos Ramiro, director del Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad CENTAC; Borja Adsuara, experto en Derecho y Estrategia Digital; Belén Ruiz, directora gerente del Centro Español de Subtitulado y la Audiodescripción CESyA; Javier Sepulcre, co-fundador de la aplicación Disabled Park

; y Juan Antonio Cebollada, fundador de InSuit.

Durante una hora y media los expertos han intercambiado opiniones sobre cómo debe desarrollarse la tecnología para facilitar la vida de las personas con discapacidad. En este sentido, y coincidiendo con la tónica general de la conversación, Adsuara ha señalado que él prefiere hablar de «tecnología y personas, en lugar de discapacidad» porque «todos somos discapacitados y capaces». Es más, también ha insistido en que hoy en día le parece «más grave» padecer «una discapacidad digital que una física» ya que vivimos en un entorno plenamente digital.

Los participantes han recalcado la importancia de mejorar la accesibilidad al mundo virtual, dominado por los contenidos audiovisuales, su usabilidad y su disponibilidad tanto para las personas con alguna discapacidad como para quienes no padecen ninguna. «Los entornos se deben adecuar a todas las personas, si aprendemos eso vamos a mejorar mucho como sociedad» ha sentenciado Belén Ruiz, que también ha insistido en que los ingenieros y los desarrolladores «deben trabajar bajo el paradigma del diseño universal, que sirve a todas las personas».

Pero, ¿es realmente rentable para las compañías desarrollar tecnologías que favorezcan la accesibilidad a las personas con discapacidad? Todos los ponentes han coincidido en que sí, y la explicación es muy sencilla: cuanto más fácil de usar sea un servicio o producto, mayor será su cuota de mercado. Ramiro ha puesto como ejemplo el iPhone de Apple para sostener esta afirmación. «Hay 95.000 personas ciegas que usan el iPhone, y lo hacen por que es más accesible gracias a su asistente por voz Siri».

Además, y dado el gran peso de los contenidos audiovisuales en la era de la información, facilitar la accesibilidad a personas con discapacidades sensoriales es también «una cuestión de derechos». Así lo ha manifestado Belén Ruiz, que ha destacado la importancia de ofrecer sesiones de cine o de teatro especialmente subtituladas para invidentes y la necesidad de comunicar e informar de que estos servicios existen y que además son rentables para las empresas. «En 2014 había 500 sesiones de cine accesible, este año llevamos 45.000. Además de generar imagen para las empresas como Responsabilidad Social Corporativa, también se hace negocio».

Y es que, como ha reconocido Cebollada –cuya empresa desarrolla una plataforma que permite navegar a los invidentes por la Red–: «Desarrollar la accesibilidad no trata de hacer tecnologías para las personas con discapacidad, sino ganar clientes potenciales porque hay un círculo social que consumen con ellas y aumentan el gasto medio generando un retorno de la inversión». Según Sepulcre, que ha desarrollado una aplicación que localiza las plazas de aparcamiento disponibles para los vehículos adaptados, es necesario mejorar mucho tecnológicamente para ayudar a las personas con movilidad reducida y a sus acompañantes.

Por lo tanto, es necesario seguir invirtiendo en este tipo de herramientas, que es como se ha referido Adsuara a estas tecnologías: «Existe la impresión de que la tecnología nos deshumaniza, y no hay nada más humano que ella. Lo que hay que hacer es que no sean frías, darles inteligencia emocional e insistir en un uso inteligente». En este sentido, también ha destacado que cada vez somos más dependientes de los dispositivos y esto puede generar una perdida de capacidades. «De tanto usar las notas de voz del WhatsApp, creo que mis hijas algún día descubrirán que existe el teléfono.

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