Alimentación

El arroz será menos nutritivo a medida que aumente el CO2 en la atmósfera

Más de 600 millones de personas en el mundo obtienen más de la mitad de su energía diaria del arroz

A. Acosta

El aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera llevará a una reducción del valor nutricional del arroz. Esta relación causa-efecto ha sido demostrada en un experimento de campo realizado por un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad de Tokio. Según detallan en la revista «Science Advances», las muestras del arroz que se cultivó bajo condiciones que simulaban concentraciones de CO2 más altas que las actuales –las que se esperan en la segunda mitad de este siglo, entre 568 y 590 partes por millón- tenían menor contenido de hierro, zinc, proteínas y de las vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B5 (ácido pantoténico ) y B9 (ácido fólico).

«El arroz no es solo una fuente importante de calorías, sino también de proteínas y vitaminas para muchas personas en países en desarrollo y para las comunidades más pobres dentro de los países desarrollados», explica Kazuhiko Kobayashi, profesor en la Universidad de Tokio, coautor del estudio y experto en los efectos de la contaminación del aire en la agricultura. Las poblaciones en aquellos países con un mayor consumo de arroz y con un Producto Interior Bruto más bajo pueden sufrir, por tanto, una mayor desnutrición a medida que disminuye el valor nutricional de los alimentos básicos de bajo coste como el arroz, advierten los investigadores.

Buscar variedades inmunes al cambio

Ahora bien, no todas las variedades de arroz respondieron de la misma manera a ese aumento controlado de la concentración de CO2, por lo que el estudio apunta a proyectos de investigación futuros que examinen la posibilidad de encontrar variedades de arroz que puedan seguir siendo nutritivas a pesar del cambio en la atmósfera.

Los investigadores analizaron un total de 18 variedades diferentes de arroz para los niveles de proteína, hierro y zinc, y otras nueve variedades de arroz cultivadas en China para analizar los niveles de vitaminas B1, B2, B5 y B9.

Seiscientos millones de personas -principalmente en Bangladesh, Camboya, Indonesia, Laos, Myanmar, Vietnam y Madagascar - obtienen al menos el 50 por ciento de su energía y/o proteína diaria directamente del arroz. Esto también ocurría en Japón durante la década de 1960, pero los japoneses actuales reciben solo alrededor del 20 por ciento de su energía alimentaria diaria a partir del arroz.

El arroz fue cultivado en China y Japón utilizando un método de campo abierto donde los investigadores construyeron tubos de plástico octogonales de 17 metros de ancho y una altura de unos 30 centímetros por encima del tamaño de las plantas dentro de un campo de arroz convencional. Una red de sensores y monitores se encargó de medir la velocidad y dirección del viento para determinar cuánto dióxido de carbono se liberaba de las tuberías para elevar la concentración local de CO2 al nivel experimental deseado, una técnica se conoce como enriquecimiento de dióxido de carbono al aire libre.

«Empecé a usar esta técnica en 1998, porque sabíamos que las plantas criadas en invernadero no crecen igual que las plantas en condiciones normales de campo abierto. Esta técnica nos permite probar los efectos de mayores concentraciones de dióxido de carbono en las plantas que crecen en las mismas condiciones en que los agricultores realmente las cultivarán dentro de sólo unas pocas décadas », dice Kobayashi.

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