El pulso del planeta

30.000 euros por saber quién mató a Naya

El primer ejemplar de loba salvaje que había sido detectada en Bélgica en más de un siglo ha desaparecido misteriosamente

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Una loba llamada Naya había sido el primer ejemplar de esta especie que se veía en suelo belga desde hace más de un siglo. Como en casi toda Europa occidental, en este país los lobos fueron exterminados por la presión de la agricultura y la ganadería y la extensión de las actividades humanas. El retorno espontáneo del lobo fue tratado con bastante discreción, sabiendo que no hay un consenso en la sociedad belga: en las ciudades los grupos ambientalistas y animalistas están fervientemente a favor, pero en el campo los ganaderos y aquellos que viven en las zonas que deberían compartir con estos cánidos salvajes, no opinan lo mismo.

El caso es que hace algunos meses que Naya ha dejado de ser detectada por los servicios de protección de la naturaleza de la región de las Altas Fagnes (al este de Bélgica), donde se sabe que merodeaba, y los especialistas han deducido que ha sido víctima de un «profesional» que habría acabado con ella. Las organizaciones de defensa de los animales y un empresario privado ofrecen una recompensa de 30.000 euros para quien pueda dar pistas sobre el autor de la muerte de la loba.

De Naya se sabe que había llegado a Bélgica en enero del año pasado desde Alemania oriental y aquí le pusieron un collar con un aparato de seguimiento por satélite. La región en la que se la había detectado está precisamente en la frontera entre los dos países. La Agencia Flamenca de Naturaleza y Bosques había confirmado que cuando hace unos meses dejó de ser detectada por las cámaras automáticas que habían instalado en su área de actividad, se movía ya con otro macho llegado después que ella , que ahora se comporta de nuevo como «lobo solitario». Las pilas del collar de seguimiento se agotaron hace tiempo, así que la falta de noticias ha llevado a los expertos a la conclusión de que ha sido víctima de la acción de «especialistas» porque se encontraban en un área prácticamente deshabitada.

El hecho podría ser perseguido por la ley, pero a falta de pruebas o mayores indicios, en ausencia incluso de cadáver, la justicia había archivado el caso, lo que para algunas organizaciones medioambientalistas como WWF consideran que se trata de «una vergüenza para Bélgica». Las asociaciones Bird Protection Flanders, Animal Rights y Nature Aid decidieron entonces poner sobre la mesa la oferta de 20.000 euros de recompensa por cualquier información que ayude a identificar a los autores o a aclarar la muerte de Naya. Un empresario flamenco ha añadido por su cuenta otros 10.000 euros. Los habitantes de la zona, por ahora, han reaccionado con la mayor de las indiferencias.

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