Muchas veces las escenas de violencia en el fútbol roban el protagonismo al juego en sí mismo
Muchas veces las escenas de violencia en el fútbol roban el protagonismo al juego en sí mismo - AFP

¿Por qué se dan conductas violentas en el fútbol?

Una psicóloga explica los beneficios y riesgos para la salud que conlleva ver un partido para sentir los colores de nuestro equipo pero con salud

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Ya está en marcha la temporada de fútbol: los jugadores ajustan los cordones de sus zapatillas, los entrenadores preparan las tácticas y los aficionados… ¿disfrutan o sufren? Yolanda Cuevas Ayneto, miembro de Saluspot y psicóloga en Psicología Salud y Deporte, explica que, «el fútbol es un deporte muy emocional» por el hecho de que «compartir emociones crea lazos entre las personas» y el sentido de pertenencia «es necesario en el ser humano». Suele inculcarse de padres a hijos y todas las experiencias en edades tempranas «dejan una gran huella emocional, buenos recuerdos que se transmiten a la siguiente generación».

Compartir el ocio con amigos o familiares, animar, entablar conversación con desconocidos que están a nuestro lado, desconectar de las preocupaciones… Todo esto implica, explica Cuevas, «disfrute y fomenta la liberación en nuestro cerebro de unas sustancias químicas llamadas endorfinas», que es la «hormona de la alegría, capaz de reducir el dolor y aumentar el bienestar emocional».

Sin embargo, añade, «cuando falta gestión y autocontrol, repercute en la salud física y mental de los hinchas: ataques al corazón, violencia verbal, agresiones, disturbios a la salida, enfados familiares, no poder conciliar el sueño, ansiedad, peor rendimiento en el trabajo, reacciones emocionales desproporcionadas…», que son «el resultado de una sobreimplicación».

La experta señala que existen diferencias entre ver un partido en el estadio o en la televisión ya que en el estadio «el contagio emocional aumenta debido a las neuronas espejo, responsables de la empatía y de la imitación entre las personas». Además, la masa protege el anonimato y permite conductas como el insulto» por lo que, en lugar de recriminarlo, las personas lo apoyan del mismo modo que dan credibilidad a la masa que protesta por una jugada aunque no hayan llegado a verla».

La gente aprende a enfadarse en los partidos y los niños absorben y reproducen estas conductas. «Gritar, insultar, amenazar, lanzar objetos y destrozar mobiliario implica una carencia de habilidades para la gestión emocional», destaca la psicóloga que añade que «la frustración que generan las expectativas no equilibradas lleva al desastre emocional». Asimismo, responsabilizar al árbitro de un mal resultado «es la respuesta cuando uno se siente impotente y amenazado».

Un enfado por culpa del fútbol puede provocar problemas de salud derivados de la rabia, el rencor, la envidia, la impaciencia… «Esto provoca ansiedad, estrés, rigidez mental, falta de empatía y dificultad para comunicarse, e incrementa las tensiones» destaca la experta. Se fomenta así un estado de intranquilidad e inseguridad que limita. Los ataques de ira están relacionados con la depresión y los trastornos de ansiedad, y suponen un riesgo de sufrir infartos, obesidad e hipertensión» relata la psicóloga.

Ante la pregunta de porqué el árbitro suele ser el centro de las críticas, Cuevas explica que «es fácil culpar a otro en vez de asumir la responsabilidad del equipo, del jugador o del entrenador». El juego no siempre es limpio y, en ocasiones, «el objetivo es engañar al árbitro, pero diferenciar entre realidad y ficción es difícil para el ojo humano y queda en manos del azar».

La psicóloga Yolanda Cuevas ofrece diez consejos prácticos para que los hinchas mantengan la calma en un estadio de fútbol:

1. Deja los enfados en casa, sal puntual y no tengas expectativas muy altas: son exigencias que fabricas en tu contra.

2. No bebas alcohol antes de los partidos: actúa como un filtro mental que condiciona los estímulos del exterior y la reacción tanto física como cognitiva.

3. Empatiza: los demás tienen derecho a opinar.

4. Piensa que te está grabando una cámara que retransmitirá después tu comportamiento: actúa para no arrepentirte de lo que verías.

5. Lleva agua para calmar la ansiedad: el cerebro interpreta por sus vivencias evolutivas que si bebemos agua no hay peligro.

6. Anima como te gustaría que lo hicieran si fueras tú el jugador: chillar e insultar no motiva.

7.No te pierdas el partido: si estás pendiente de grabarlo con el móvil, no verás las jugadas y te enfadarás.

8. Viste la camiseta de tu equipo solo si juega: llevar camisetas de otros clubes cuando no juegan puede interpretarse como provocación en determinados partidos.

9. No hagas del árbitro el único responsable del resultado: acepta que no es una máquina infalible.

10. Aprende técnicas de respiración y de relajación: son frenos que te devuelven el equilibrio.

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