Un ejemplar de este animal en el centro de recuperación de fauna de la Santa Faz, en Alicante, en 2013
Un ejemplar de este animal en el centro de recuperación de fauna de la Santa Faz, en Alicante, en 2013 - efe
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La Guardia Civil imputa a dos personas por envenenar águilas imperiales

Se les acusa de haber matado a dos de estos animales, en peligro de extinción, para proteger a sus aves de corral

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Dos vecinos de la localidad de Alburquerque (Badajoz) podrían ser los autores de un delito relativo a la protección de la flora y fauna por el presunto envenenamiento de águilas imperiales en la Sierra de San Pedro. Así se desprende de la imputación realizada por un equipo del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de la provincia.

Esta investigación comenzó el pasado mes de mayo, en la Sierra de San Pedro, también en Alburquerque, cuando un trabajador de la empresa encargada del seguimiento del ciclo reproductivo y de la alimentación de aves protegidas descubrió en un nido el cadáver de dos polluelos de Águila Imperial.

Los cadáveres fueron enviados al Centro de Recuperación de Fauna de Sierra de Fuentes (Cáceres), y desde allí fueron trasladados laboratorio toxicólogo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura (Cáceres), con el objeto de averiguar la causa de las muertes.

El resultado de la analítica y de la necropsia de los cadáveres permitió averiguar que las aves fueron víctimas del envenenamiento, por la ingesta de un cebo impregnado con «Carbofurano», una sustancia que es «altamente toxica», tal como informa la Guardia Civil en una nota de prensa.

Investigación criminal

Desde aquel descubrimiento, el Equipo del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz puso en marcha una «meticulosa» labor de investigación y rastreo encaminada al esclarecimiento de los hechos. Para ello, contó con el apoyo del Servicio Cinológico de la Guardia Civil con sede en El Pardo (Madrid), así como con «perros detectores de cebos envenenados» y con una decena de agentes del Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.

La búsqueda se centró en las diferentes fincas de la zona y en un conocido «cazadero» donde las rapaces capturaban las presas para cebar a sus crías, ubicado la Sierra de San Pedro, a unos tres kilómetros del nido donde se localizaron los cadáveres.

De este modo, en una explotación ganadera anexa al cazadero, los perros detectaron varios recipientes con un contenido que reunía las características propias de estas sustancias. Después, un informe pericial de laboratorio confirmó estos resultados.

Doble imputación

Con las pruebas obtenidas en la investigación desarrollada, se imputó al propietario de la explotación ganadera donde se hallaron las sustancias toxicas, así como al de una finca anexa, como presuntos autores de un delito contra la protección de la flora y la fauna. El motivo que se baraja, es que pretendieran evitar los daños que pudieran ocasionar las águilas sobre sus aves de corral.

El Águila Imperial (Aquila adalberti), recibe la máxima protección de la legislación, y está en la categoría de «peligro de extinción».

Finalmente, las diligencias junto con las imputaciones han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Badajoz.

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