Familiares de alumnos entran y salen del Instituto Joan Fuster de Barcelona, donde falleció un profesor a manos de un alumno
Familiares de alumnos entran y salen del Instituto Joan Fuster de Barcelona, donde falleció un profesor a manos de un alumno - efe
EDUCACIÓN

Los profesores piden acabar con la impunidad de las agresiones de menores

Los ataques de alumnos van en aumento y para atajarlas reclaman acabar con la permisividad de padres y centros

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Los profesores españoles vienen denunciando desde hace tiempo la impunidad con que tanto los alumnos como sus padres se comportan de manera agresiva hacia ellos. Y el problema se agrava de año en año. Según el último informe del Defensor del Profesor del sindicato de enseñanza ANPE, las agresiones por parte de los alumnos a los docentes se incrementaron un 1% en el curso 2013-14.

«La creencia de que mientras sea menor de edad está protegido legalmente junto con las escasas repercusiones que estos actos le acarrean al agresor, acrecienta su sensación de impunidad y le induce a actuar de forma desproporcionada ante cualquier persona que se interponga entre él y lo que en ese momento quiere», señala el informe.

Es fundamental para atajarlo tomar «medidas inmediatas» aplicando las normas de conducta y que la acción no quede impune, explica. Ahora bien, «el verdadero problema en estos casos» es, advierte, «la actitud que adoptan los padres ante cualquier llamada de atención o medida correctora que se aplique y el posicionamiento que adopte la dirección o administración a la hora de hacer cumplir las normas de convivencia».

En esta línea, la experta en violencia escola Araceli Oñate asegura que los insultos, las amenazas, la falta de respeto y las agresiones «forman parte de la realidad diaria que alumnos y profesores sufren en el entorno escolar». «La falta de disciplina, el fracaso y el absentismo escolar, que en Cataluña alcanza el 48%, sitúan a un elevado porcentaje de nuestros jóvenes en alto riesgo de exclusión social», añade. A su juicio, «el acoso escolar y la violencia contra profesores son dos caras de la misma moneda que exigen la adopción de un plan integral contra la violencia».

Para el sindicato CSIF, el caso de Barcelona supone llevar a la última expresión y a una situación límite episodios de violencia que ocurren a diario en las aulas, como insultos, amenazas, la falta de respeto o incluso agresiones. Por eso, a juicio de este sindicato se debe «evaluar lo ocurrido y promover medidas preventivas».Según declaró a ABC el responsable de educación de este sindicato, Adrián Vivas, «estamos obsesionados con la calidad educativa y los currículos y descuidamos cuestiones básicas, como la pérdida de respeto y la falta de valoración del profesor». «Hay que profundizar en la recuperación de los valores», recalca.

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