«Muchos vieron cómo agredían a la mujer de Paco González, pero nadie bajó del coche para ayudarla»

El próximo cinco de febrero se cumplirá un año del trágico suceso. Mayte y María, mujer e hija del periodista Paco González, eran atacadas por dos desconocidos junto a un colegio en Boadilla del Monte. Los delincuentes asaltaron su vehículo y, sin ningún tipo de pudor, las acuchillaron. Como si de un milagro se tratara, María logró burlar a los atacantes y acudir en busca de ayuda mientras su madre recibía varias puñaladas a las puertas del centro escolar.

Afortunadamente Jesús Barrantes pasaba por allí. Como cada mañana, este trabajador acudía a dejar a sus hijos en el mismo colegio junto al que en aquel momento acuchillaban a Mayte. No dudó un segundo en acudir a la llamada de auxilio de María y, sin pensarlo, bajó del coche y consiguió que los agresores huyeran.

Aquel día Jesús Barrantes fue el héroe que salvó a la familia de Paco González, pero se convirtió al mismo tiempo en otra de las víctimas de esta cruel historia que, meses después, sigue grabada a fuego en sus pensamientos.

Por ello, y porque su hijo mayor no ha olvidado en todos estos meses la proeza de su padre, Jesús recibirá esta semana el premio Pie Derecho de Cadena Cien en reconocimiento a su hazaña, con la que logró que también Mayte y María puedan contar hoy esta terrible historia.

— Han pasado ya algunos meses de aquello. ¿Lo sigue recordando como el primer día?

Absolutamente. Es algo que nunca olvidaré y que tengo fijado en la mente como si hubiera ocurrido ayer mismo.

— ¿De qué manera lo recuerda?

Como una pesadilla nada grata. Que te levantes una mañana y dos chalados cambien tu vida de repente es muy duro. Lo recuerdo todo a la perfección y, de hecho, jamás he vuelto a utilizar el mismo camino para dejar a mis hijos en el colegio. Tampoco lo hace la familia de Paco González. Sabemos que no va a ocurrir nada pero, siempre que podemos, evitamos pasar por allí. Ojalá no hubiera sucedido nunca.

— ¿Sus hijos han sufrido también las consecuencias de aquel suceso?

Las han sufrido, y mucho. Mi hija, que en breve cumplirá 12 años, ha sido la más afectada, pues lo presenció todo. Hemos tenido que trabajar mucho para que lo supere, aunque afortunadamente ha seguido sacando muy buenas notas. Es curioso que, como padre, siempre he evitado que mis hijos vieran violencia en televisión para que, un buen día, sucediera esto y tuvieran que vivirlo en primera persona.

— Cuando vio que María pedía auxilio para su madre, ¿dudó en bajar del coche para ayudarlas?

Para nada. Siempre tuve claro que debía acudir en su ayuda. La niña vino hacia mí llorando y no pude quedarme en el coche. Volvería a repetirlo las veces que hiciera falta.

— ¿Nadie más bajó de su vehículo?

Nadie. Fui la única persona que salió del coche. Los demás padres estaban viendo lo mismo que yo, pues solo nos separaban tres metros del lugar en el que ocurría todo. Veían cómo Mayte era agredida y nadie acudió en su ayuda. Me parece tremendo que no bajaran del coche, aunque solo fuera para asustar y que los agresores salieran corriendo al vernos allí a todos...

— ¿Comprende esa actitud?

No, y he pensado mucho en ello. No logro entender entender cómo nadie acudió en ayuda de Mayte y María. Solo cuando los agresores huyeron comienzaron a salir de sus coches.

— Una vez bajó del coche, ¿no sintió que también podían herirle?

Si te digo la verdad, sabía donde me metía. El chico no pudo conmigo y decidió huir. Su compañera, al verse sola, le siguió.

— Si mañana encontrara una situación similar, ¿volvería a salir del vehículo?

Sin dudarlo. Soy enemigo de cualquier tipo de agresión y de las situaciones injustas como esta. Es algo que intento inculcar a mis hijos, siempre hay que dialogar y hablar, llegar a las manos es el último recurso.

— ¿Cómo está, a día de hoy, la familia de Paco González?

Físicamente se encuentran muy bien, pero psicológicamente no, al igual que me ocurre a mí. Nos vemos mucho, pero procuramos no hablar del tema porque nos hace daño a todos.

— ¿De qué forma se supera algo así?

Es como volver a nacer. En mi caso la familia y los amigos me han ayudado muchísimo a recomponerme. Sin embargo lo más importante ha sido nuestros hijos, intentar que superen esto y lo vayan olvidando en la medida de lo posible.

— Antes de olvidar por completo esta pesadilla deberá afrontar el jucio. ¿Se ve preparado?

No tengo ni idea. Solo sé que estoy muy nervioso. No sé si quiero ver la cara de los agresores, si tendré que declarar con un biombo... En cualquier caso, estoy deseando que llegue. Será cuando todo acabe cuando podamos empezar a olvidarnos, poco a poco, de esta pesadilla.