Un anciano se enfrenta en Florida a la policía porque le impiden repartir comida

Se llama Ardold Abbott. Tiene 90 años y reside en Fort Lauderdale, una zona turística de Florida (Estados Unidos). Cada miércoles este cocinero jubilado instala un puesto de comidas en la calle, pero no lo hace paga ganar dinero. Se trata de un gesto altruista, ya que estos alimentos se los ofrece a las personas sin recursos de la zona.

Y así durante los últimos ocho años. Ha conseguido hacerse muy popular en el vecindario. Y más en los últimos días. Una nueva ordenanza municipal prohíbe expresamente repartir comida a una distancia iferior a los 152 metros de un zona residencial. La nueva ley la nueva ley también obliga a tener un baño portátil y pasar varios controles sanitarios, por lo que tras ocho años, Abbott tendría que dejar ahora de ejercer esta actividad. La medida tiene como objetivo evitar que proliferen los indigentes en la zona par «no espantar al turismo».

Pero lejos de conformarse, Arnold Abbot se ha enfrentado a las autoridades, ya que haciendo caso omiso a la ley, y sobre todo a los policías que acuden a su puesto con la intención de que lo cierre, ahora su trabajo es doble. Seguir con su reparto de comida y enfrentarse a las posibles sanciones.

Ha recibido ya tres citaciones judiciales. Por cada infracción se enfrenta a una pena de hasta 60 días de cárcel y a una multa de 500 dólares. Eso sí, Arnold cuenta con todo el respaldo de sus vecinos.

Según recoge BBC-Mundo, el alcalde Jack Seiler ve a Abbott como un peligro, ya que cree que con su aportación de comida gratuita el anciano puede hacer que los indigentes caigan en el conformismo y la absoluta dependencia. Insiste el regidor que desde las administraciones existen otro tipo de medidas de asistencia.

El ejemplo de Abbott ya ha sido imitado por otros activistas, que al igual que él han emprendido sus particulares acciones de repartode alimentos en la zona.