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Multa de 2.500 euros por gastar una broma sobre el ébola en un vuelo a Dublín

Un empresario italiano escribió en un vaso de plástico: «Atención ébola» para gastar una broma a su hija adolescente

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Una multa de mal gusto le cuesta a un empresario italiano una multa de 2.500 euros y casi la cárcel. Roberto Binaschi, de 56 años, viajaba con su mujer y una hija desde Milán a Dublín, para participar en un convenio, en un avión de la compañía irlandesa Aer Lingus. Durante el vuelo escribió en un vaso de plástico “Atención Ébola”, según él para gastar una broma a su hija, de 23años.

Al recoger las bandejas de los pasajeros, una azafata se percató del escrito y preguntó al empresario si el vaso era suyo. Recibida la confirmación, el comandante del avión avisó a las autoridades del aeropuerto de Dublín. De inmediato se iniciaron los protocolos de emergencia. Tras el aterrizaje, el avión fue bloqueado en la pista y los 142 pasajeros fueron sometidos a pruebas médicas previstas en caso de emergencias con el ébola.

Después de una hora, y tras un cierto caos en el aeropuerto, se comprobó que no había huella del virus ni en el avión ni en los pasajeros.

El empresario, su mujer y su hija fueron conducidos a una comisaría de policía. Las dos mujeres quedaron en libertad sin cargos y el empresario pasó allí la noche arrestado. En la mañana fue presentado al juez Anthony Halpin, declarándose culpable y arrepentido por el disturbo que había creado. Roberto Binaschi pagó 2.500 euros de multa, que serán destinados a beneficencia, en concreto el juez los destinó al Centro de capuchinos de Dublín, que ayuda a los sin techo de Dublín. El empresario ha corrido el riesgo de acabar en prisión, según las leyes irlandesas.

El magistrado calificó la broma de “mal gusto”: “Dado el temor extendido por el virus del ébola en todo el mundo, se trata de una falta muy grave. Creo que puede ser comparado solamente con alguien que escribe sobre un pañuelo 'hay una bomba a bordo'”, manifestó el juez. Seguramente el empresario Binaschi no le vendrá ya nunca más la idea de gastar una broma de mal gusto.

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