Personal sanitario retira el cuerpo de una víctima del ébola en Sierra Leona
Personal sanitario retira el cuerpo de una víctima del ébola en Sierra Leona - REUTERS

El ébola roza ya los 5.000 muertos

Diez meses después de la muerte del «paciente cero», se han registrado cerca de 10.000 casos, siendo Liberia el país más castigado, con más de la mitad de los fallecimientos

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Cuando en la primera semana del pasado diciembre un niño de apenas dos años falleció en la localidad de Meliandou, en la región guineana de Guékédou, ninguna alarma saltó. Pese al cruel episodio de vómitos y diarrea con el que se despidió de entre los vivos, el mundo permaneció ajeno a su muerte.

Cuatro meses después, eso sí, la sangre comenzaba a salpicar. El 4 de abril, la jefa médica liberiana, Bernice Dahn, reconocía a ABC el inicio de un posible contagio de ébola en su país. «Uno de los primeros casos, sino el primero, es el de un hombre que había acudido al bosque para poner 500 trampas para murciélagos. Posteriormente, a su regreso, comenzó a enfermar», destacaba la jefa médica.

Entonces, el número global de muertes era de 84, con 134 casos confirmados. La práctica totalidad, al sur de Guinea.

Ahora, más de diez meses después del deceso del pequeño guineano, considerado el «caso cero» o primer paciente, el panorama es otro. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud ( OMS), el número de muertes por el virus es ya de 4.877, así como se han producido 9.936 contagios. No obstante, las cifras reales podrían incluso triplicar estos guarismos, ante la dificultad de identificar los casos sobre el terreno.

Para ello, valgan datos como los de Liberia, país donde la situación es más dramática. Del primer caso denunciado a este diario por la jefa médica liberiana a comienzos de abril (aunque podría remontarse a marzo) se ha pasado a 4.665 contagios y 2.705 muertes.

De igual modo, la epidemia se muestra también especialmente virulenta en Sierra Leona, donde en la última semana de registro, por ejemplo, se produjeron hasta 454 casos (3.706 contagios totales).

Es cierto que los últimos días han dado lugar a noticias positivas: el lunes, la OMS anunciaba que Nigeria se encontraba libre de ébola, tras no haberse registrado ningún contagio en los últimos 42 días (el doble del periodo de incubación, 21 días). En este sentido, la puesta en cuarentena de los posibles infectados fue capital para el fin de una crisis, que se ha cobrado la vida de ocho personas, tras registrarse veinte casos.

Sin embargo, la realidad en Sierra Leona, Liberia y Guinea dista mucho de la de Nigeria o Senegal (que también se declaró libre del virus).

Objetivo, aislar el 70% de casos

A comienzos de octubre, la recién creada Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al Ébola ( UNMEER) establecía un plan integral de 90 días para controlar y revertir el brote. El principal objetivo es que, para el 1 de diciembre (60 días desde el inicio del plan de ataque), el 70% de todos los casos de ébola se encuentren aislados, así como que el 70% de los enterramientos se hagan de forma segura.

«Da miedo ser un trabajador sanitario estos días en Liberia (…) El equipamiento es insuficiente», denunciaba a este diario George Poe Williams, secretario general de la asociación de trabajadores sanitarios de Liberia (Nahwal). En Meliandou, en la región guineana de Guékédou, también dan fe de ello.

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