En vídeo: una tuba, un fenómeno que se asemeja a un tornado, sorprende a los sevillanos

El mal tiempo está acompañando estos días de confinamiento debido al estado de alarma decretado por la expansión del coronavirus. Tiempo que obliga aún más a quedarse en casa porque, por ejemplo en Sevilla, lleva toda la semana lloviendo e incluso se han podido ver granizos a través de nuestras ventanas. Pero este jueves, el fenómeno observado en el cielo sevillano ha sorprendido aún más a los ciudadanos que una simple precipitación. Las redes sociales se han llenado este mediodía de numerosos vídeos que muestran lo que parece ser una tuba, esto es, la antesala de un tornado.

Aunque los tuiteros no se aclaran sobre la zona en la que se ha producido, sí se ha constatado varias localizaciones de Sevilla y su provincia como el aeropuerto o localidades como Guillena y Alcalá de Guadaíra. «Impresionante» ha sido el adjetivo más repetido para describir esta gran masa negra que se asemeja a un remolino pero que, afortunadamente, no ha tenido consecuencias.

Mar Gómez, doctora en Físicas y responsable del área de meteorología de eltiempo.es consultada por ABC explica que el fenómeno que se ha producido este jueves en Sevilla y que ha impresionado a sus ciudadanos es una tuba, «no un tornado ni una manga marina, ya que no toca tierra ni su base está sobre el agua».

Este fenómeno también se denomina nube embudo y se produce en nubes de tipo convectivo, que suelen dar lugar a tormentas intensas. «Es básicamente un vórtice de aire y vapor de agua condensado que gira rápidamente. Para que se forme se necesita inestabilidad y nubes de tipo cumulonimbus o supercelulas tormentosas, en las que predominan las fuertes corrrientes ascendentes y descendentes, que, junto con el viento y variaciones en intensidad y dirección, pueden acabar formando este vórtice», aclara la experta.

Por eso no se puede hablar de un tornado lo que ha se ha producido este 2 de abril en Sevilla: «Si este vórtice se prolonga hasta el suelo formaría un tornado». La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) , abunda en este concepto: «Si bien las tubas por definición no alcanzan el suelo, y por tanto no producen daños en superficie, su avistamiento puede ser indicador de condiciones favorables para el desarrollo de otros fenómenos convectivos que sí los puedan producir».