Sevilla, la ciudad amada para la duquesa de Alba

Era un idilio permanente. Porque Cayetana Fitz-James Stuart amaba a Sevilla como si hubiese nacido en la ciudad de la Giralda. De hecho, y sin temor a equivocarnos, se puede escribit que la duquesa de Alba era una de las sevillanas más insignes y llevó el nombre de Sevilla por el mundo entero.

Como amante de todo lo que tenía que ver con la ciudad, disfrutaba en muchos lugares de la misma y estaba presentes en sus fiestas más enraizadas, caso de la Semana Santa, la Feria de Abril, los toros y las hermandades del Rocío. Pero también era una mujer implicada en las acciones sociales y solidarias.

La Casade las Dueñas, fue no solo su refugio y su «cuartel general», sino el lugar idóneo para estar con su familia, recibir a sus amigos.

Una perfecta anfitriona que tenía siempre las puertas abiertas de su casa para todo aquel que llamase. Nunca puso impedimentos a peticiones para mostrar a los medios de comunicación cómo era su vida tanto en su casa como en los distintos lugares de la ciudad.

Como una sevillana más, Cayetana disfrutaba con la Semana Santa, que vivía intensa y devocionalmente todo el año, máxime en tiempos de Cuaresma. Y con su Hermandad de Los Gitanos, a cuyas imágenes titulares, Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias, profesaba una veneración extraordinaria. Era camarera de la Virgen y llegó a pertenecer a la junta de gobierno de la corporación de la Madrugada. Además solía ver el paso de las cofradías de los distintos días de la Semana Santa. Y como no podía ser de otra forma, muchos Jueves santos acudió a los oficios vestida de mantilla, como manda la tradición.

La Feria de Abril también era una de las fiestas preferidas de la duquesa de Alba. Asidua al Real, paseó por el mismo a caballo -era una consumada caballista-, que compaginaba con su presencia en las casetas. Vivía intensamente la feria en compañía de sus familiares y amigos y acudía allí donde le llamaban. Y, por supuesto, luciendo traje de gitana. Porque Cayetana siempre fue defensora de las tradiciones más acendradas de la ciudad.

Junto con la Feria de Abril, su amor a la Fiesta de los Toros y su presencia en la plaza de toros de Sevilla. Una grandísima aficionada que dio ejemplo siempre.

Le gustaba disfrutar de lugares de la ciudad como el Parque de María Luisa, donde tiene una glorieta a su nombre. Y también era asidua al Teatro de la Maestranza. Lo mismo que solía salir con sus amigos y familiares a almorzar y cenar en restaurantes como Porta Rossa (uno de sus favoritos), Oriza y Alhucema, en Sanlúcar la Mayor.

Benefactora

Junto a todo ello, no hay que olvidar su presencia constante en actividades y actos sociales y de solidaridad. No dudaba en colaborar con la Fiesta de la Banderita de la Cruz Roja; era presidenta de honor de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Sevilla; fue una de las impulsoras y «alma mater» de la Asociación Nuevo Futuro y su Rastrillo, que tiene como objetivo primordial el acogimiento y promoción humana y social de niños y jóvenes privados de ambiente familiar normal o que por cualquier circunstancia se encuentran de hecho fuera de una vida familiar organizada, con el fin de favorecer su desarrollo integral mediante una atención individualizada».

Auténtica benefactora de cuantas asociaciones solidarias pidieron su ayuda, Cayetan Fitz-James Stuart se implicó con Sevilla siempre. No nació en esta ciudad, pero en ella vivió y murió. Y aquí , en el Santuario de Los Gitanos, permanece para siempre. Como en la memoria de todos los sevillanos.