Mapas desclasificados

Sevilla, un objetivo para el desembarco aliado y bombardeo contra los nazis

Sale a la luz la cartografía que elaboraron espías británicos para planificar la «Operación Backbone» para atacar España por el sur si Franco apoyaba a Hitler

Mercedes Jiménez

Año 1943 . Los Aliados ponen en marcha la secreta «Operación Backbone» contra España en el caso de que Franco apoyase a Hitler en la Segunda Guerra Mundial . Un espía británico, Ian Fleming, por orden de Winston Churchill contactó con un geógrafo de la Universidad de Oxford, Kenneth Mason, para elaborar mapas de las ciudades más importantes de España para la aviación inglesa. Esa cartografía, que ha sido desclasificada por las universidades de Texas y de Princeton incluye a Sevilla como un objetivo para la invasión aliada.

En el mapa , elaborado gracias a los informadores aliados en la capital hispalense, los geógrafos marcan los edificios principales de la ciudad y los objetivos militares . Aparecen las fábricas de armamento -la Pirotecnia y la Fábrica de Artillería - o cuarteles como el de Intendencia de la Borbolla, el de Artillería junto a la Fábrica de Tabacos o el de Caballería (en el actual edificio de la Diputación ). Se señalan claramente otros edificios principales como el hospital militar y civil de las Cinco Llagas (actual Parlamento de Andalucía) o las estaciones de ferrocarril de Cádiz y Córdoba (Plaza de Armas).

Entre los objetivos de un ataque aliado se muestran los depósitos de combustible situados en Tablada y otros puntos de la ciudad marcados a tal efecto, así como los de gas, almacenes de carbón y minerales en el Puerto. Otros posibles blancos son las estaciones eléctricas, como la de Sevillana Electricidad junto al Puente de Triana, así como los puntos estratégicos de comunicaciones telefónicas (marcados en la calle Sierpes).

La Catedral, el Alcázar, el hospital de las Cinco Llagas, la Fábrica de Artillería o la Pirotecnia fueron objetivos

Se muestran claramente señalados en el mapa edificios religiosos, sobre todo la Catedral , y otros como el Palacio Real (el Alcázar), que pudieron ser objetivos de destrucción para los Aliados llegado el caso. Los británicos y americanos sabían dónde estaba el mercado principal (la Encarnación ), la Universidad (en la calle Laraña) o la cárcel del Pópulo, que están claramente marcados para que destaquen.

Un lugar estratégico

El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla Alfonso Lazo apunta a ABC que la entrada del Guadalquivir «era un punto estratégico para los barcos de guerra». Y eso, claramente, hacía inevitable que la aviación aliada bombardeara previamente la ciudad para facilitar el acceso de la Armada.

«Sevilla era una provincia que jugaba un papel de ayuda a los submarinos alemanes , que entraban por el Guadalquivir para repostar en los depósitos de carburante que había en el Puerto », asegura Lazo. Entonces, el Estrecho de Gibraltar era un punto caliente en la Segunda Guerra Mundial y la connivencia entre España y Alemania en los primeros años del conflicto, permitió que los nazis utilizaran los puertos del sur peninsular.

Y Sevilla, en este caso, dada su orografía y el hecho de tener un río navegable, aportaba mayor seguridad a Alemania. Por el Guadalquivir subían submarinos nazis y eso lo sabían los espías aliados que se movían por la zona.

¿España amiga de los nazis?

Pero, ¿hasta qué punto España estuvo cerca de entrar en guerra? Cuenta Alfonso Lazo que, al comienzo del conflicto en 1939, el régimen franquista estaba a favor de los alemanes: «La Falange -que era entonces el brazo ideológico del sistema de gobierno español- se veía semejante con el nazismo». Así, el profesor recuerda la frase de uno de los jerarcas del partido, José Luis Arrese , que decía que «el nacional-socialismo alemán, el fascismo italiano y el nacional-sindicalismo español son hermanos gemelos aunque no siameses».

«El nacional-socialismo alemán, el fascismo italiano y el nacional-sindicalismo español son hermanos gemelos aunque no siameses», decía la Falange

Así se mantuvo España durante los tres primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Lazo recuerda que, gracias a las comunicaciones entre el Régimen y los medios de comunicación en las que se mandaban consignas sobre lo que debían o no publicar, la historia demuestra que «apoyaba a las fuerzas del Eje contra los Aliados». Así, cuenta que la entrevista de Franco con Hitler en Hendaya fue mucho más allá de lo que la historia recogió posteriormente. Los nazis necesitaban a España para controlar el Mediterráneo y el Magreb. Y, «para entrar en la guerra, el dictador español le pidió al Führer los territorios de Marruecos, Túnez y buena parte de Argelia. Hitler no aceptó, y tan sólo ofreció Gibraltar. Franco no entró en guerra sólo por ese pequeño territorio».

«Operación Backbone»

La reunión tuvo lugar el 23 de octubre 1940. Pese a no llegar a un acuerdo y mantenerse neutral en el conflicto, el Régimen simpatizaba con Alemania. Churchill quiso adelantarse ante una posible invasión y por eso inició la «Operación Backbone» (columna vertebral). Desde Gibraltar despegaron vuelos de reconocimiento que fotografiaron gran parte del territorio nacional y, a eso, se le unió la información que dieron sobre el terreno los espías.

Los Aliados querían garantizarse el desembarco en el Norte de África («Operación Torch») y, como paso previo, en 1943 pusieron sobre el papel la «Backbone», que no llegaron a emprender. El objetivo era invadir el sur de España y, como parte fundamental, estaba Sevilla.

Franco supo que se planeaba una invasión e instaló búnkers por toda la costa de Cádiz y Huelva y por la ribera del Guadalquivir

Franco lo supo, y por eso a lo largo de la costa gaditana y onubense, así como en la ribera del Guadalquivir, se instalaron una serie de búnkers en 1943 en caso de un posible desembarco aliado.

No hizo falta usarlos finalmente, ya que el dictador español se dio cuenta de que Alemania tenía perdida la guerra y cambió su discurso. Fue, precisamente, ese año de 1943, tras la batalla de Stalingrado y el fracaso de la columna de Rommel en el Norte de África. «El gobierno de Franco, frente a las opiniones de la Falange, dio órdenes a los periódicos: había que apoyar a los Aliados».

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