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Charles de Gaulle en Sevilla: cincuenta años de una visita exprés

Se cumple medio siglo del viaje del expresidente de la República Francesa, el general de la Francia Libre, a España, en el que se incluyó una escala en la capital andaluza

De Gaulle y su esposa saliendo por la puerta de los Palos de la Catedral ABC

Javier Rubio

Por menos de un euro se podía viajar a las playas todos los domingos y festivos del verano. A Torrehiguera (anunciada no como Matalascañas sino como Rocío) costaba 130 pesetas el billete de ida y vuelta , lo mismo que a Mazagón. Por 140 pesetas se podía echar el día en las playas de El Puerto, Valdelagrana o Fuentebravía, y por 150 pesetas, el autopullman llevaba (y traía)0 cómodamente a Punta Umbría , Sanlúcar, Chipiona, Rota, Cádiz , La Antilla e Isla Cristina.

El turismo masivo de sol y playa empezaba a despuntar en el verano de 1970 en el que el régimen de Franco dispuso de un invitado de honor para la promoción turística de España a través de su red de paradores nacionales: el expresidente de la República Francesa Charles de Gaulle , héroe de la Francia Libre , artífice de la V República y encarnación de la «grandeur» con que se mostraba el país galo al mundo después de la Segunda Guerra Mundial.

Se cumplen cincuenta años de aquella visita de Charles de Gaulle a Sevilla, apenas cinco meses antes de su muerte en noviembre en Colombey-les-Deux-Églises . También es buen momento para recordar los ochenta años que se han cumplido del llamamiento del 18 de junio de 1940 con que el general De Gaulle rompía con el r égimen colaboracionista de Vichy al día siguiente de que el mariscal Pétain solicitara el armisticio a Alemania.

Desde los micrófonos de la BBC , De Gaulle se erigió el 18 de junio de 1940 en voz de la Francia Libre prometiendo la reconquista de la nación tras una lucha contra los invasores germanos.

Visita a España

Treinta años después de ese acontecimiento, en junio de 1970, De Gaulle mantenía la estatura moral de vencedor de la guerra, pero su momento político había pasado con la derrota en el referéndum del año anterior con el que buscaba una reforma constitucional para conceder más poderes autonómicos a las regiones y reformar el Senado para reforzar su legitimación contra el movimiento de protesta de Mayo del 68 .

La comitiva del expresidente galo, en el patio de la Montería del Alcázar ABC

En junio de 1970, España se abría al turismo y la visita de un personaje tan carismático como el expresidente de la República Francesa representaba una magnífica ocasión para presentar las maravillas naturales españolas a los visitantes del país vecino que empezaban a cruzar la frontera en creciente número.

De Gaulle pasó casi todo el mes en España: del 4 al 26 de junio . El día 8 de junio se reunió con Franco , a quien sacaba dos años de edad y más de una cabeza de estatura, en El Pardo con gran decepción del exmandatario galo, cuyo porte contrastaba con el declive físico del jefe del Estado español. En Madrid visitó el Museo del Prado también. Pasó por Granada exactamente una hora el 11 de junio procedente del parador de Santa Catalina de Jaén.

De Gaulle vino a España siguiendo las huellas de dos personajes que le resultaban especialmente atractivos: Don Quijote y el emperador Carlos V . Visitó Guipúzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias, Galicia, las dos Castillas, Extremadura, Andalucía, La Rioja y Navarra. Salvo en Toledo, donde pernoctó en el cigarral La Dolores a las afueras de la ciudad, propiedad de la familia del doctor Marañón , todo su viaje se desarrolló por la red de paradores nacionales de turismo, lo que suponía una publicidad extraordinaria para la red que había impulsado con denuedo Manuel Fraga como ministro de Información y Turismo a partir de 1962.

Refugio de cazadores

Del 13 al 22 de junio, Charles de Gaulle y su mujer se hospedaron en el refugio de cazadores del Juanar , en la Sierra Blanca malagueña, en el municipio de Ojén . Al día siguiente, la singular comitiva hizo noche en el parador de Arcos de la Frontera y de allí llegó a Sevilla al día siguiente, festividad de San Juan.

Charles de Gaulle montando en el automóvil Citroën Tiburón DS en la plaza del Triunfo ABC

El expresidente galo viajaba en un Citroën Tiburón DS -todo un símbolo de la automecánica francesa de la época- al que seguía un reducido séquito de ayudas de cámara, portaequipajes y escolta de la Policía Armada. El trayecto de Arcos a Sevilla por las carreteras de aquel año 1970 llevó hora y media y a las nueve de la mañana, el matrimonio De Gaulle entraba a la Catedral acompañado del cónsul francés en Sevilla y un intérprete.

«Charles de Gaulle visitó la Capilla Real y la capilla de la Virgen de los Reyes, patrona de la archidiócesis, siéndole mostrado el tesoro catedralicio y el altar mayor. El general De Gaullñe se detuvo unos minutos ante la hermosa custodia de Arfe, de la que hizo encendidos elogios. Más tarde visitó la sacristía de los Cálices , y antes de abandonar la Catedral oró breves momentos ante la Virgen de los Reyes. Esta visita a nuestro primer templo duró exactamente quince mintuos«, recogía la crónica de entonces en el ABC de Sevilla del 25 de junio de 1970, que dedicaba su portada a tan ilustre visita.

De Gaulle en el Alcázar ABC

El mismo tiempo que le dedicó al Alcázar , al que se trasladó de seguido visitando el patio de la Montería, el de las Doncellas, la capilla, la galería de grutescos y el «palacio de Carlos V», en referencia al cenador levantado en recuerdo de los esponsales del emperador con Isabel de Portugal en 1526, con paseo incluido por los jardines. «Tanto en su visita a la Catedral, como a los Reales Alcázares, el general De Gaulle y su esposa recibieron los cordiales saludos de las personas que se apercibieron de su presencia en dichos lugares», sentenciaba la crónica donde Juan de Mairena hubiera resumido: el público con el que se cruzaron los saludó.

Rumbo a Jarandilla

Desde el Alcázar, a las nueve y media en punto, la caravana emprendió el camino hacia el paseo de Colón «a lenta velocidad, contemplando los distintos edificios monumentales» , entre ellos la Torre del Oro. Por Triana, la comitiva de honor se dirigió a la Pañoleta para tomar la carretera de Mérida camino del parador nacional Carlos V, en Jarandilla de la Vera, muy cerca del palacio de Yuste al que se retiró el fatigado vencedor de Mühlberg una vez hubo abdicado en su hijo Felipe II.

Allí paseó por el salón del Silencio, donde e l emperador pasaba horas y horas meditando en el castillo del conde de Oropesa entre el 11 de noviembre de 1556 y el 3 de febrero de 1557 mientras se terminaba de construir el monasterio de Yuste donde murió y donde reposan sus cuerpos.

Quién sabe si el propio héroe de la Francia Libre , que había desfilado por los Campos Elíseos el 26 de agosto de 1944 una vez liberado París, se sintiera, después de abandonar el poder, como el cansado emperador en su retiro de la Vera cacereña.

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