Familia

Síndrome del nido vacío: qué es y cómo superarlo

Muchos padres experimentan esta sensación de tristeza cuando los hijos se marchan del hogar familiar

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La emancipación de los hijos puede afectar emocionalmente a los padres ABC

Pepe Trashorras

Criar a los hijos puede ser una tarea exigente, dura y que dé quebraderos de cabeza a los progenitores, pero a muchos les cuesta aún más asumir la llegada del momento de que estos echen a volar . Después de años conviviendo con ellos, desviviéndose para que todo les vaya bien y se conviertan en personas íntegras y autónomas, es posible que algunos padres no se sientan preparados para el momento de verlos marchar del hogar familiar.

Es entonces cuando aparece el síndrome del nido vacío , una etapa del desarrollo de las familias que puede darse de una forma u otra en función de las propias características de cada persona. Entre los sentimientos habituales de los padres que lo sufren se encuentran la tristeza, la soledad, una sensación de vacío y de una cierta falta de autorrealización.

Características del síndrome del nido vacío

Este problema social, pues no se considera enfermedad, surge en el ya mencionado momento de emancipación de los hijos , cuando se van a vivir solos o por su cuenta, pero a menudo se unen con otras circunstancias vitales que suponen cambios relevantes en la vida de los padres, tales como la jubilación, los cambios hormonales, la aparición de enfermedades y problemas de salud o la muerte de los abuelos.

Algunos progenitores, especialmente en el caso de las madres, se han centrado durante las dos (o tres) últimas décadas al cuidado de los hijos y a todo lo relacionado con su crecimiento, educación y salud, aparcando otras facetas de su vida como la del trabajo, su vida social o incluso la de pareja. En algunos casos esto puede conducir a una dependencia de los hijos o, al menos, a una situación en la que estos son el eje central de sus vidas.

El síndrome del nido vacío es bastante frecuente y forma parte de un proceso de crisis , un período de cambios con sus fases que generalmente se supera en más o menos tiempo. Sin embargo, si no se afronta dicha situación y se pone empeño en seguir adelante, los síntomas anteriormente citados pueden derivar en cuadros depresivos o de ansiedad.

Consejos para superarlo

Las recomendaciones que aportan los expertos para hacer frente al síndrome del nido vacío y pasar página están relacionadas con cómo se afronta el momento de crisis y la posterior situación familiar resultante. Son las siguientes:

Prepararse para el momento . Aunque aún no haya llegado, hacerse a la idea de que llegará el día en que los hijos abandonen el hogar familiar ayudará tanto a los padres emocionalmente como a que los retoños crezcan valorando la independencia y el esfuerzo.

Admitir que se está triste . De nada sirve no reconocer los sentimientos o tratar de ocultarlos. Sentirse apenado por la emancipación de los hijos y echarlos de menos una vez se hayan marchado es natural.

Alegrarse por los hijos . Es una grata noticia que sean capaces de vivir de forma autónoma e independiente, especialmente en un momento como el actual, cuando de la emancipación cada vez es más tardío por factores económicos y de estabilidad laboral. Apoyarlos en todo lo que emprendan y/o necesiten desde ese momento ayudará a forjar nuevos lazos y a que la relación paterno-filial adopte una nueva dimensión más madura.

Mantener el contacto . En relación con lo anterior, seguir hablando con los hijos de forma regular, mensajearse, hacerse visitas mutuamente y realizar actividades que los unen en común también ayuda a seguir potenciando una relación estrecha y madura con ellos.

Dedicarse a nuevas ocupaciones y disfrutar de las aficiones . Al igual que ocurre en el momento de la jubilación, la independencia de los hijos deja mucho tiempo libre, un tiempo que se puede aprovechar para hacer cosas para las que antes no se encontraba hueco: practicar algún deporte o actividad artística, viajar más, quedar con amigos...

Hacer más vida de pareja . Aunque ambos progenitores se sientan vacíos ante la marcha de los hijos, es un momento propicio para recuperar hábitos de hace años, cuando solo había dos personas en casa. Hablar de los sentimientos de cada uno, hacer planes juntos... puede ayudar a superar el síndrome del nido vacío y a que la pareja vuelva a vivir un segundo noviazgo.

Buscar apoyo profesional . Si aun así la tristeza permanece, es complicado encontrar nuevas metas e ilusiones o hallarse en el hogar sin los hijos, los psicólogos están ahí para ayudar a gestionar las emociones y a seguir adelante.

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