El «stent» es una malla, una prótesis que mantiene abierta el interior de la arteria para evitar que se obstruya
El «stent» es una malla, una prótesis que mantiene abierta el interior de la arteria para evitar que se obstruya - ABC

La nueva terapia que reduce las secuelas tras ictus confirma sus resultados

Un nuevo estudio en «NEJM» obligará a revisar las actuales guías para el tratamiento del infarto cerebral

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Un trabajo publicado en el « The New England Journal of Medicine» (NEJM) confirma resultados anteriores sobre la eficacia de tratamiento para el ictus que podría cambiar las actuales guías internacionales. El procedimiento, llamado terapia endovascular (ET), está especialmente indicado para el accidente cerebrovascular isquémico y sería la mejor opción de tratamiento para muchos pacientes: los resultados positivos ascienden de un 35% con las terapias actuales hasta un 60%.

«El tratamiento endovascular mediante stent se convertirá en el estándar para los pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo», señala Mayank Goyal, de la Universidad de Calgary (Canadá).

El ensayo clínico SWIFT-PRIME asignó al azar a 196 pacientes a recibir ya sea tPA, un medicamento anticoagulante que elimina los trombos, o tPA más tratamiento endovascular.

En el estudio participaron 39 centros de EE.UU. y Europa Occidental.

Disolver el trombo

El tratamiento endovascular se realiza mediante la inserción de un tubo delgado dentro de la arteria en la ingle y, a través del cuerpo, hasta las arterias cerebrales donde esta el coágulo. Todo ello se hace guiado por imagen con una placa de rayos X. El trombo se retira mediante un stent recuperable y así, se restaura el flujo sanguíneo al cerebro.

En este sentido, otro estudio publicado en febrero, denominado SCAPE realizado sobre 316 pacientes mostró también que la técnica lograba resultados positivos en los pacientes en cuanto a su calidad de vida. En muchos de ellos se evitó una invalidez neurológica, los que les permitió reanudar sus vidas. También se reduce la mortalidad: de dos de cada 10 pacientes para el tratamiento estándar a uno de cada 10 pacientes, una disminución del 50%.

Estos datos, señalan los investigadores, obligarán a una revisión de las guías internacionales para la atención clínica del paciente con ictus.

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