Los implantes dentales también deben cuidarse
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No te olvides de tus implantes dentales; también deben cuidarse

Una deficiente salud periodontal previa a la colocación de implantes dentales puede reducir la eficacia de este recurso terapéutico y acortar sustancialmente su vida media

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Además de la necesidad de que haya una correcta salud bucodental previa, la utilidad y funcionalidad de estos implantes dentales puede verse amenazada por la aparición de infecciones que afectan a los tejidos periimplantario. Estas enfermedades periimplantarias, con la mucositis periimplantaria y la periimplantitis al frente, se han convertido en un reto para odontólogos y periodoncistas, dado que amenazan la salud bucodental de los pacientes que cuentan con implantes dentales, y los tratamientos disponibles hoy en día no son suficientemente efectivos.

Advertencia

Como destaca Juan Blanco, profesor titular de Periodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela y expresidente de SEPA, «los implantes dentales pueden perderse a lo largo del tiempo si no se realiza un mantenimiento periódico, tanto de los componentes de la prótesis como de los tejidos que rodean el implante (encía y hueso subyacente)».

A lo largo del tiempo, será necesario realizar la prevención de las enfermedades periimplantarias, entre ellas la conocida como periimplantitis, producida por bacterias situadas en la encía que se halla alrededor del implante y que acaba causando la pérdida del hueso que sujeta el implante (del mismo modo que la periodontitis destruye el hueso que sujeta a los dientes).

Un problema de primer orden

«La periimplantitis es un problema muy serio, que tiende a aumentar su prevalencia en nuestro país», según destaca Blanco, que participa próximamente en Barcelona en el Simposio Europeo SEPA de enfermedades periimplantarias.

A pesar de la ausencia de datos en España, y de la escasez de información epidemiológica a nivel mundial, se ha llegado a apuntar en los estudios con resultados más optimistas que hasta el 28% de los pacientes con implantes sufren periimplantitis, afectando al 12% de los implantes que portan; los estudios con resultados más negativos sitúan la tasa de periimplantitis en un 56% de los pacientes con implantes, afectando al 43% de los implantes.

Se estima que al menos 1 de cada 4 personas con implantes dentales podrían sufrir periimplantitis

El informe de consenso del sexto Workshop Europeo de Periodoncia definió periimplantitis como una enfermedad infecciosa que afecta tanto a la mucosa periimplantaria como al hueso alveolar de soporte. Se caracteriza por el sangrado/supuración al sondaje junto con la pérdida de hueso de soporte. La lesión de la periimplantitis tiene características histopatológicas comunes con la producida en periodontitis, pero es más agresiva y profundiza más en los tejidos.

Prevención

El tratamiento rehabilitador, utilizando implantes dentales, se considera como un procedimiento de tratamiento seguro y predecible en pacientes desdentados y parcialmente dentados. Sin embargo, «este tratamiento no está exento de complicaciones», según apunta Jan Derks, especialista en Periodoncia por la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y que también participa en este simposio europeo; a su juicio, «la complicación más importante es la aparición de periimplantitis»

Un conocimiento profundo de la extensión e impacto real de este problema en la población es fundamental para desarrollar estrategias adecuadas de prevención, siendo razonable tener en cuenta fundamentalmente «los factores modificables (tabaco, higiene,…), además de la susceptibilidad innata del individuo para desarrollar la enfermedad», afirma Derks.

Mediante la identificación de factores de riesgo asociados a la mucositis periimplantaria y a la periimplantitis, así como con la implementación de estrategias clínicas apropiadas, «esperamos prevenir las formas progresivas de la enfermedad, permitiendo el éxito clínico a largo plazo», resalta el especialista sueco.

La mala higiene bucodental, el tabaco y tener una historia previa de periodontitis son los principales factores de riesgo para sufrir una periimplantitis. Junto a ellos, según detalla Giovanni Serino, Director del Departamento de Periodoncia en el Servicio Público Dental del Hospital de Boras (Suecia), «la falta de asistencia odontológica regular después de la colocación del implante es un importante factor de riesgo de enfermedad periimplantaria»; igualmente, añade, «cualquier enfermedad sistémica que disminuya la defensa inmunitaria podría considerarse como posible factor de riesgo, sin embargo, hay todavía poca información al respecto porque los estudios epidemiológicos se basan más en el implante colocado en sujetos sanos».

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En los últimos años se está progresando en la identificación de factores de riesgo de la patología perimplantaria, lo que permite detectar antes y mejor a los pacientes con más probabilidad de desarrollar la enfermedad. Por otra parte, están apareciendo cada vez más productos e instrumentos de higiene oral que facilitan el control de la placa por parte del paciente.

Según los expertos, el abordaje preventivo que más se va a desarrollar en el futuro es el control químico; sin duda, el uso de un control químico del biofilm (placa dental) en pacientes con implantes es fundamental. Se están investigando moléculas y formatos de productos que permiten llegar a esas zonas donde no se accede fácilmente con las técnicas habituales.

Detección precoz

Las enfermedades periimplantarias son procesos inflamatorios. El síntoma clínico principal es el sangrado. En algunos casos, los implantes afectados pueden exhibir supuración (pus). La pérdida de hueso es lo que distingue a la periimplantitis de la mucositis peri-implantaria.

La colonización bacteriana de la superficie del implante conduce a la presencia de cambios inflamatorios reversibles de los tejidos blandos circundantes (mucositis), y cuando este proceso inflamatorio afecta a nivel del hueso que soporta al implante en función surge la denominada periimplantitis. A fin de evaluar realmente la pérdida de hueso, pueden usarse radiografías en dos momentos de tiempo diferentes. Pero, por encima, de la radiografía, el examen clínico (principalmente, el sondaje periimplantario) y las evaluaciones de la inflamación son esenciales para detectar tempranamente este problema.

Actualmente, se cree que la inflamación en los tejidos blandos está causada por una biopelícula bacteriana que se adhiere al implante, el pilar o la reconstrucción protésica. Esta inflamación puede o no conducir a la pérdida de hueso. Por lo tanto, no es sorprendente que la ausencia de un control adecuado de la infección se considere como un factor de riesgo importante.

En palabras de Jan Derks, «la clave para prevenir las complicaciones biológicas en nuestros pacientes es el diagnóstico precoz», afirma. Tal y como añade este experto, »debemos diagnosticar la mucositis periimplantaria y, lo más importante, ofrecer un tratamiento periodontal adecuado, previo a la colocación de implantes».

Tratamiento

La planificación del tratamiento es esencial. Los pacientes necesitan ser tratados de cualquier enfermedad periodontal existente antes de iniciarse cualquier terapia reparadora con implantes. Las restauraciones deben hacerse cuando ya se siguen adecuadas medidas de higiene oral.

Si ya se ha producido la periimplantitis, el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son igualmente importantes, aunque «los resultados del tratamiento para las lesiones periimplantitis avanzadas son menos predecibles», reconoce Jan Derks. En cualquier caso, después de la aparición periimplantitis, el tratamiento quirúrgico es inevitable.

La mala higiene bucodental, el tabaco y tener una historia previa de periodontitis son los principales factores de riesgo para sufrir una periimplantitis

Estudios clínicos a largo plazo han documentado que los pacientes que después de la terapia periodontal continúan en un programa de mantenimiento supervisado profesionalmente exhiben una pérdida mínima de hueso en comparación con los pacientes no incluidos en este programa. De hecho, apunta Serino, «la falta de seguimiento de estas terapias de mantenimiento se asocia con un mayor riesgo de fracaso del implante, así como la pérdida ósea en los implantes y con un aumento en la incidencia de la enfermedad peri-implantaria».

La literatura muestra que la existencia de un tratamiento de apoyo después de la inserción del implante podría disminuir el riesgo de periimplantitis. Como explica Giovanni Serino, que también participa como ponente en el Simposio Europeo SEPA de Periimplantantitis, «el tratamiento periodontal de mantenimiento consiste en el control profesional de la placa bacteriana e instrumentación subgingival en sitios seleccionados que presenten signos clínicos de inflamación durante las visitas programadas de acuerdo a las necesidades individuales».

La curación de la periimplantitis después del tratamiento se relaciona con la cantidad inicial de pérdida de hueso respecto a la longitud de los implantes, por lo que los resultados se relaciona inversamente con la gravedad de la pérdida de hueso.

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