Tres comportamientos habituales que te hacen engordar sin que lo sepas

Si eres de los que engorda sin saber por qué, puede que el nuevo estudio realizado por la Universidad de Birminghan (en el Reino Unido) te ayude a quitarte esos «kilitos» de más que tanto molestan a la hora de recuperar la ropa de invierno del armario. Concretamente, los datos desvelados por este centro de investigación han determinado que existen tres comportamientos que hacen que, aunque estemos ingiriendo alimentos, nuestra sensación de saciedad no se vea satisfecha: comer mientras andamos, realizamos cualquier actividad sentados o hablamos con alguien.

Así lo ha determinado, al menos, la versión digital de la BBC, donde también se ha señalado que las personas que realizan las actividades anteriormente explicadas tienen riesgo de ganar una mayor cantidad de peso.

«Revisamos unos 24 estudios en los que se comparó a personas que comían sin realizar ninguna otra actividad, y otras que lo hacían mientras hacían otras actividades como ver la televisión o trabajar con el ordenador. La conclusión fue que, cuando las personas estaban distraídas tendían a comer una mayor cantidad de alimentos», afirma la doctora Suzanne Higgs, psicóloga del apetito por la Universidad de Birminghan, en declaraciones a la BBC.

Con todo, esta no fue la única conclusión a la que llegó el estudio, sino que también determinó que las personas que se distraían con alguna actividad mientras comían solían ingerir más alimentos en las horas posteriores. En palabras de la doctora Jane Ogden (de la Universidad de Surrey) la causa está en que, si no se está atento a la ingesta, el cerebro no la procesa y no hace que el cuerpo tenga sensación de saciedad.

Curiosamente, este estudio se ha sumado (y ha corroborado) otro elaborado por la Universidad de Surrey que, hace algunas semanas, determinó que comer mientras se camina (algo que se realiza habitualmente en las ciudades para llegar a tiempo al trabajo) no provoca sensación de saciedad. Como solución, los expertos aconsejan sacar tiempo para sentarse a la mesa. Algo que cada vez hacemos menos pero que es básico para lograr que no no alimentos más de lo debido.

Para llegar a todas estas conclusiones, los investigadores hicieron que varias personas ingirieran una tableta de chocolate mientras caminaban o realizaban alguna actividad como conversar con otra persona o ver la televisión. Posteriormente, se ofrecieron a todos los voluntarios cuatro alimentos entre los que había dulces, patatas fritas y verduras. Los datos fueron determinante: aquellos que hicieron otras actividades comieron hasta cinco veces más que el resto. «Caminar es una forma de distracción muy poderosa. Mientras andas no estás pensando en la comida. Tu cerebro no reconoce lo que comes, el cuerpo se siente menos lleno y consumes más», destaca Ogden.