Los ISRS en el embarazo pueden tener efectos negativos sobre el futuro bebé
Los ISRS en el embarazo pueden tener efectos negativos sobre el futuro bebé - ARCHIVO
EMBARAZO

Los antidepresivos en el embarazo aumentan el riesgo de trastornos del lenguaje del niño

Administrados durante la gestación, los ISRS atraviesan la placenta y penetran en el torrente circulatorio del feto

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son una familia de fármacos comúnmente utilizados en el tratamiento de la depresión. Unos ISRS entre los que cuentan el citalopram, el escitalopram, la fluoxetina, la fluvoxamina, la paroxetina y la sertralina, cuyo uso se ve notablemente incrementado durante el embarazo a pesar de que pueden llegar a duplicar el riesgo de desarrollo de un trastorno del espectro autista (TEA) en el futuro hijo. Y es que administrados durante la gestación, los ISRS atraviesan la placenta y entran en el torrente circulatorio del feto. Un efecto que podría explicar, tal y como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.), que los niños cuyas madres tomaron ISRS en el embarazo tengan una probabilidad significativamente mayor de padecer un trastorno del lenguaje.

Como explica Alan Brown, director de esta investigación publicada en la revista « JAMA Psychiatry», «hasta donde nosotros sabemos, este es el primer estudio en el que se examina la relación entre el uso maternal de antidepresivos y los trastornos del lenguaje, motores y del aprendizaje escolar en la descendencia».

Dos o más recetas

Para llevar a cabo el estudio, los autores realizaron un seguimiento a 845.345 niños mayores de 3 años nacidos en Finlandia entre los años 1996 y 2010 y los dividieron en tres grupos en función de su grado de exposición fetal a los ISRS: aquellos cuyas madres –15.596– tomaron al menos una vez los ISRS antes o durante el embarazo; niños cuyas madres –9.357– fueron diagnosticadas de un trastorno psiquiátrico en la gestación o durante el año anterior a la concepción pero que no tomaron ISRS; y aquellos cuyas progenitoras –31.207– no fueron diagnosticadas de ningún trastorno asociado a la depresión ni tomaron los antidepresivos.

Es más; los investigadores también evaluaron el número de tomas de ISRS –una, dos, o más– por las madres para determinar si el grado de exposición fetal a los fármacos tenía algún efecto sobre el riesgo de desarrollo de trastornos del lenguaje. Y llegados a este punto, ¿cómo sabían los autores si las gestantes habían tomado o no los fármacos, y cuántos? Pues, simplemente, porque contaban con un registro en el que constaba el número de veces en que las madres habían adquirido los ISRS –siempre con receta– en las farmacias, lo que si bien no asegura que los acabaran tomando –ni tampoco que las de los otros grupos, que no contaban con recetas, los obtuvieran por ‘otras vías’–, sí aumentó la probabilidad de que se adhirieran al tratamiento.

La gravedad de la depresión maternal podría explicar el aumento de trastornos del lenguaje en los niños cuyas madres tomaron ISRS
Alan Brown

Como refiere Alan Brown, «creemos que nuestros hallazgos sobre los niños cuyas madres hicieron efectivas al menos dos recetas de ISRS durante el embarazo son particularmente significativos porque, frente a aquellas que solo ‘canjearon’ una receta, estas mujeres tuvieron mayor probabilidad de tomarse los fármacos y de exponer a sus fetos a niveles mayores, y durante más tiempo, de ISRS».

Y exactamente, ¿qué dicen estos hallazgos? Pues que comparados con aquellos niños cuyas madres que no tenían un diagnóstico de depresión ni medicación, los nacidos de mujeres que tomaron ISRS o que habían sido diagnosticadas de un trastorno psiquiátrico tuvieron un mayor riesgo de padecer un trastorno del lenguaje. Y lo que es más importante, los descendientes de las mujeres que tomaron dos o más veces los ISRS durante el embarazo tenían, frente a aquellos cuyas madres tenían un trastorno psiquiátrico pero no tomaron medicación, un riesgo un 37% superior de desarrollar un trastorno del lenguaje.

Por el contrario, los resultados no mostraron que el diagnóstico de depresión o la toma de ISRS tuvieran ningún efecto sobre el riesgo de trastornos motores o del aprendizaje escolar.

¿No podría ser la depresión?

En definitiva, la toma de ISRS en la gestación aumenta el riesgo de trastornos del lenguaje en el futuro hijo.

Como destaca Alan Brown, «las fortalezas de nuestro estudio son la amplia muestra de participantes basada en una cohorte de nacimientos, los datos prospectivos sobre la adquisición de antidepresivos durante la gestación, y la comparación con un grupo de madres de depresión que no tomaron la medicación».

Sin embargo, como reconoce el propio director de la investigación, «la gravedad de la depresión maternal no puede descartarse como una explicación para el incremento de la incidencia de trastornos del lenguaje en los niños cuyas madres ‘canjearon’ dos o más recetas de antidepresivos. Hacen falta más estudios».

Ver los comentarios