«No hay vacunas para las pandemias para la salud mental»
El XXI Congreso Salud Mental España advierte que la crisis de la atención a la salud mental es una crisis humanitaria
La crisis de la atención a la salud mental es una crisis humanitaria. Así lo ha señalado José Leal durante el Congreso de Salud Mental en el que comentó además que las desigualdades sociales como «la peor de las pandemias», para la que, a día de hoy, «no existen vacunas» y alertó de que «la crisis de la atención a la salud mental es una crisis humanitaria”.
«Las discriminaciones a las que cada uno de nosotros se enfrenta, son distintas. Cada persona nace con una serie de condicionantes y vive factores externos y ambientales que condicionan lo que luego será su salud, tanto física como mental», aseguró durante la inauguración Nel A. González Zapico, presidente de Salud Mental España.
González Zapico reivindicó «que se tenga en cuenta la situación individual de cada persona para poder ofrecer una atención a la salud mental adecuada, y sobre todo que se trabaje en la prevención».
Además, quiso poner de relieve la necesidad de no vincular «los problemas de salud mental con factores exclusivamente cerebrales, e ignorar otros, como el rechazo, el estigma y la ausencia de cuidados suficientes para las personas y su entorno».
la necesidad de aplicar la salud emocional desde las aulas, de escuchar a la infancia y atender a las necesidades específicas que nos manifiestan y de promover la psicoeducación de la sociedad al completo.
Durante el congreso se denunció la reducción en la inversión en salud mental, la saturación de los centros de salud mental en zonas de rentas bajas, las desigualdades por áreas geográficas en España y la pérdida general de accesibilidad, que afecta en mayor medida a quienes menos tienen.
Frente a ello, se ha reivindicado la accesibilidad plena y directa a los recursos en este ámbito.
Otra de las conclusiones a la que llegaron, es la necesidad de aplicar la salud emocional desde las aulas, de escuchar a la infancia y atender a las necesidades específicas que nos manifiestan y de promover la psicoeducación de la sociedad al completo.
Asimismo, las participantes denunciaron la generalización, transversalidad e invisibilidad de la violencia de género ; la falta de especialización para la atención de personas mayores con trastornos de salud mental, especialmente de mujeres.
También se puso sobre la mesa la lacra del racismo estructural que impacta en las personas migrantes y racializadas y que repercute directamente en su salud mental y las expulsa a la periferia de la sociedad.
Un punto de partida para acabar con estas realidades es reconocer los privilegios para enfocar nuestra mirada en este tipo de discriminaciones y aplicar soluciones concretas.
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