La crisis del Covid-19 deja al descubierto las carencias de los sistemas de salud en el manejo del VIH

La revista «Nature Communications» publica un documento de consenso sobre las acciones para mejorar el bienestar a largo plazo de las personas con VIH

Profesionales sanitarios Archivo

R. Ibarra

¿Qué es la salud? Cada vez está más claro que no se trata de la ausencia de enfermedad sino que se asocia con la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Y ello es especialmente importante en las enfermedades crónicas, como el VIH, donde las personas que son portadoras del virus afrontan desafíos únicos y específicos.

Ahora, un equipo multidisciplinar de 44 personas expertas en VIH publica en la revista « Nature Communications » un documento de consenso sobre las acciones para mejorar el bienestar a largo plazo de estas personas.

Coordinado por Jeffrey Lazarus, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el texto busca guiar a los actores globales, regionales, nacionales y locales en el desarrollo e implementación de una atención sanitaria integral y centrada en las personas, que garantice el mejor desenlace para las personas que viven con VIH.

«La crisis causada por el Covid-19 ha arrojado luz sobre problemas que han sido evidentes durante mucho tiempo», señala Lazarus quien destaca que los sistemas de salud deben alejarse del « paradigma de la atención aguda » y adoptar un enfoque de atención a « largo plazo ».

Además, añade, «la compartimentación y la fragmentación de la atención evitan que los sistemas de salud analicen la salud y el bienestar del paciente de manera integral, teniendo en cuenta las posibles comorbilidades y el impacto de una enfermedad en el bienestar general de una persona».

Por ello, tal y como se subraya en el documento, el enfoque centrado en el paciente y la CVR» son «conceptos cruciales» en este cambio de paradigma tan necesario hacia un enfoque de atención multidisciplinario, holístico y a largo plazo.

Explica Lazarus que la CVRS cubre aspectos relacionados con el «bienestar general» de una persona y trasciende los simples resultados clínicos.

Porque, como señala la investigadora María José Fuster, de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), «la eficiencia en los cuidados del VIH no se puede medir únicamente con resultados biomédicos».

La calidad de vida relacionada con la salud es un aspecto central para garantizar la salud a largo plazo de las personas con VIH

Fuster, que forma parte de un equipo multidisciplinar de 44 personas expertas en VIH que han elaborado el consenso, destaca que «la calidad de vida relacionada con la salud es un aspecto central para garantizar la salud a largo plazo de las personas con VIH, puesto que influye en los resultados de salud directa e indirectamente».

En el caso del VIH, apunta por su parte Lazarus, la CVRS abarca aspectos «biomédicos (como la multimorbilidad, el manejo del dolor y la fatiga), cuestiones relacionadas con el bienestar personal en general (como la salud mental, el estigma y la discriminación, incluido el autoestigma y la culpa), y salud y derechos reproductivos, aislamiento social, marginación y denegación de atención médica».

En circunstancias en las que se dispone de tratamiento y prevención eficaces y, sin embargo, persisten múltiples barreras, «»la CVRS proporciona una herramienta para evaluar completamente el estado de salud y un medio para apoyar la prestación de atención integral», asegura.

La introducción de las terapias antirretrovirales en 1996 redujo la incidencia de las patologías y muertes ligadas al VIH y el sida

No hay que olvidar que la introducción de las terapias antirretrovirales en 1996 redujo la incidencia de las patologías y muertes ligadas al VIH y el sida. A finales del 2019, el 67% de las personas que vivía con VIH había comenzado el tratamiento antirretroviral (ART) y el 59% había logrado la supresión viral. Sin embargo, a pesar de ello, las personas que viven con VIH tienen, a menudo, una menor calidad de vida y bienestar.

Las recomendaciones del consenso, que se pueden ver en este enlace, incluyen un abordaje integral del bienestar de las personas con VIH mediante la eliminación del estigma y la discriminación relacionados con el VIH en el contexto sanitario y el abordaje de la multimorbilidad como parte de los cuidados a largo plaz o.

Según Mª José Fuster, «se necesita un avance en el modelo de atención a las personas con VIH que incluya el manejo de los problemas relacionados con la calidad de vida relacionada con la salud».

Junto con la estrategia del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA/UNAIDS), esta declaración consensuada propone una visión sobre la manera de transformar la atención al VIH en los próximos años.

La declaración aboga que, además de seguir trabajando en un acceso universal y e quitativo al tratamiento antirretroviral , se hace necesario que los sistemas de salud también deben ampliar el foco de atención para garantizar que las personas con VIH alcancen el máximo estándar de salud física y mental posible, más allá de la simple supresión viral.

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