Madre e hija se tatuan lazos rosas para celebrar el fin del tratamiento contra el cáncer

Ambas esperan no tener que ver los tatuajes nunca más

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Durante la segunda lucha de la texana Verónica Quintanilla contra el cáncer de mama, su hija se afeitó la cabeza en solidaridad con ella. Tras el último tratamiento de quimioterapia de Quintanilla, su hija, Victoria Vargas, sugirió que se hicieran tatuajes a juego en sus cabezas rapadas.

Los lazos rosas fueron tatuados en sus cabezas a finales de junio. Quintanilla «espera y reza» para que nunca vuelva a tener cáncer y le crezca el pelo, manteniendo así los tatuajes ocultos para siempre.

«Estos tatuajes son algo especial entre mi hija y yo, para no ser vistos de nuevo», explicó Verónica Quintanilla a Today. «He estado calva dos veces en mi vida a causa de cáncer. No planeo volver a estar calva nunca más».

«El cáncer deja cicatrices internamente, externamente y en el alma», añadió. «Esto es algo bonito, una marca que he elegido añadir a mi cuerpo por el cáncer y el punto es que nunca vuelva e verlo de nuevo».

«Es un símbolo de mi lucha contra el cáncer de mama dos veces y del profundo amor de madre e hija», dijo Quintanilla. «Me recuerda la fuerza de mi hija cuando yo la necesitaba allí conmigo, y me recuerda lo mucho que la amo.»

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