Marcelo e Isco, cabizbajos
Marcelo e Isco, cabizbajos - efe
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La mayoría de los jugadores desean que Ancelotti continúe

Marcelo fue claro: «El míster es un ganador y por mí debería seguir». Sus compañero piden calma para juzgar el futuro del técnico

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Dolor, vista pérdida, meditación, lamento. La sensación de tantos partidos maratonianos en la Champions para nada. La afición cantó a capela el Himno de la Décima, animó como es habitual en la Copa de Europa y el Real Madrid cayó. Ha sido una de las peores noches para Ramos, para Casillas, para Cristiano, para estos jugadores del Real Madrid. Ellos han vivido muchos días de gloria y gloriosos fiascos, porque su equipo siempre juega al borde del mayor éxito o de la gran decepción. Este club no admite medias tintas ni resignaciones, es todo o nada. Ayer fue nada. Y los futbolistas más importantes de la plantilla estaban dolidos porque sabían que habían fallado y que Ancelottio estaba en el disparadero

de un fútbol que solo juzga resultados.

Ellos, los pupilos de Carlo, tenían que vencer en el Bernabéu para llegar a la final de Berlín y no fueron capaces, apoyados por ochenta mil seguidores que sufrieron una decepción similar a la de sus ídolos.

Unos jugadores de su nivel asumen que no estuvieron acertados. Desperdiciaron muchas ocasiones de marcar y volvieron a cometer fallos que costaron un gol, otro de Morata, que fue decisivo. Lo que más les molesta es que eran favoritos en esta eliminatoria y no supieron hacer valer su calidad. Tenían otra final de Copa de Europa a noventa minutos de distancia y no fueron inteligentes en el césped para saber clasificarse.

«Después de superar tantas eliminatorias, caer a las puertas de estar en la final es un duro golpe», indicaba Sergio Ramos, el capitán de campo. Los líderes del equipo en general entonaron el «mea culpa» en el vestuario. Antes, se quedaron tumbados en el césped del Bernabéu, pensativos, con la vista perdida. Habían desperdiciado una oportunidad histórica.

Los futbolistas del Real Madrid escuchaban que se ponía en duda el futuro de Ancelotti y saltaron a la palestra: «Hoy no es el día de hablar de esto. Hay que acabar bien la temporada». Ellos desean que su jefe siga, pero ya no solo depende de los jugadores. Habrá un análisis pausado de los dirigentres de la entidad para tomar una decisión.

Marcelo sí abordó el litigio. Para el brasileño era el momento de defender a su inmediato superior: «Por mí, que siga Carlo. Desde mi punto de vista, el míster es un ganador. Por mí, el míster seguiría, es un gran entrenador».

La defensa al técnico surgía mientras sus compañeros continuaban su reflexión sobre lo que pudo ser y no fue. Centraban su autocrítica en los fallos propios: «Hemos caído porque hemos cometido errores y no aprovechamos nuestras oportunidades. Perdonamos. Y la Champions no perdona». Les duele decirlo porque tienen experiencia, saben que es así y esta vez tropezaron en todos los puntos rojos que la Copa de Europa señala como sinónimo de fuera de combate.

Reconocidas las deficiencias del equipo frente a la Juventus, centraron su diana en la Liga. En realizar un último esfuerzo por ella: «Tenemos que intentar ganar los dos partidos de Liga restantes, lucharemos por ella hasta que matemáticamente podamos». Y en el ambiente quedaba un aura de tristeza. Las grandes paradas de Casillas y los aplausos quedaban en un segundo plano ante la eliminación.

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