Íker Casillas toca madera

Casillas tiene la tradición de tocar el travesaño antes de comenzar cada partido. Le suele dar suerte. Su carrera corrobora que así es. Después de sufrir cuatro goles en contra en el derbi madrileño, el capitán blanco ha vuelto ha exhibir su fortuna con dos partidos imbatido en los que la madera jugó a su favor. Como siempre.

Silbado por un sector de la afición en el encuentro del sábado frente al Deportivo (2-0), como recuerdo de su mala actuación en el Calderón (todos jugaron mal, desde Ronaldo a Íker), Casillas realizó después tres buenas intervenciones que terminaron por silenciar a sus críticos irredentos, esos que esperan cualquier ocasión para pitar en su contra. Y cuando no detuvo los disparos del conjunto gallego, ahí estuvo un poste para salvarle a él y al Real Madrid del empate cuando el marcador expresaba un mero 1-0, marcado por Isco.

Acabada la jugada, Íker continuó con su tradición: acudió al poste precioso y le tocó. Tocó madera. Luego, el líder de la Liga anotó el segundo tanto de la tranquilidad, obra de Benzema, tras una jugada creada por Arbeloa con asistencia letal de Cristiano Ronaldo.

La historia se repitió en el Veltins Arena de Gelsenkirchen y con el mismo resultado. Vencía el campeón de Europa por 0-1 en su retorno a la Champions y el conformismo blanco permitió que el Schalke optara a la igualada en un trallazo de Platte que repelió el larguero. Despejado el balón, Casillas saltó para tocar el travesaño en el mismo sitio donde el balón había impactado.

Posteriormente, Marcelo rubricó el 0-2 que aseguraba la victoria. En ambos enfrentamientos, Casillas se mantuvo imbatido e invicto, con sendos triunfos del Madrid por dos goles y esos dos postes de la fortuna. El guardameta blanco disputó en Alemania su partido 150 en competiciones europeas.