Naturaleza
La vía verde de la Sierra: ruta por el pulmón de Cádiz
Este sendero de 36,5 kilómetros, para hacer en bicicleta o caminando, discurre a la vera de los ríos Guadalete y Guadalporcún y permite la visita a la imponente Peñón de Zaframagón
La Vía Verde de la Sierra de Cádiz es uno de los parajes más bellos de la provincia de Cádiz. Reconocido y desconocido, a la par. Un sendero de obligatorio recorrido para los amantes de la naturaleza y que guarda siempre algún secreto para aquel que desea descubrirlo. Un rincón, una imagen, un detalle... ¿quién sabe lo que se revelará al paso de quienes despiertan bien sus sentidos?
El programa Vías Verdes recupera a nivel nacional los kilómetros de infraestructuras ferroviarias en desuso, que ahora han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas y senderistas. La gaditana-sevillana (atraviesa parte de la provincia vecina) es una de las más representativas de todo el país por la belleza del paisaje.
Comprende 36,5 kilómetros que unen las localidades de Puerto Serrano y Olvera, y atraviesa la antigua estación de Coripe (es parte del antiguo trazado de tren Jerez-Almargen). 30 túneles, cuatro viaductos y cinco estaciones para tomar un receso, reflexionar sobre lo acontecido o, simplemente, descansar para seguir adelante.
Una buena forma de completar el recorrido es a bicicleta, y son numerosos los ciclistas aficionados que cada fin de semana pedalean por la vía verde. Además, se ofrece la posibilidad de alquilar la bicicleta y el casco obligatorio: Cuatricicletas, rodando en grupo (675 950 468 / 615 914 808, www.cuatricicletas.es) es la mejor opción partiendo desde Puerto Serrano. Un consejo: es interesante salir desde este punto para que la vuelta se haga más relajada ya que el desnivel de unos 400 metros hasta llegar a Olvera.
Salvando un primer descenso pronunciado debido a que no se pudo recuperar el antiguo túnel, pronto se llega a la vera del río Guadalete, la arteria hídrica de la provincia de Cádiz. Desde la altura se observa el discurrir fluvial, y en su remontada se puede atisbar la junta de los ríos, cuando se cita con el Guadalporcún.
En las piernas apenas se percibe ese ligero desnivel hasta la capital rural olvereña. A los 15 kilómetros, muy cerca de la estación de Coripe, se abre un desvío hacia la derecha que desemboca en el monumento natural Chaparro de la Vega. Junto a la ermita, este ejemplar de encina de más de 200 años y de grandes dimensiones (13 metros de altura y 30 de diámetro) es el lugar ideal para cobijarse. No en vano cuenta con un récord Guinness pues bajo su copa dio cobijo a 2.000 personas. Es centro de peregrinaje en la Romería de Fátima, a mediados del mes de mayo.
De vuelta a la Vía Verde, se abre el carril para encontrar los servicios necesarios. Hidratación, avituallamiento, las urgencias fisiológicas... Hay restaurante y alojamiento, para quienes sueñen con pernoctar justo en el corazón de la sierra. Tras su paso, el sencillo paseo se 'complica' y emerge la faceta más deportiva, pues al tiempo y las pedaladas ya realizadas se le suma un ligero desnivel, porcentualmente insignificante para los ciclistas pero notable para los inexpertos. La naturaleza es más tupida, se nota el frescor natural que ofrece el follaje y el paso por túneles refresca si el tiempo es caluroso. Todos los túneles de cierta longitud cuentan con luz artificial para permitir el paso de bicicletas y senderistas y reducir el riesgo de accidentes.
Al margen de los miradores que salpican el camino, el siguiente punto de parado es el Peñón de Zaframagón, declarado Reserva Natural de Andalucía, con el cañón del Guadalporcún conocido como El Estrechón. Alberga una nutrida colonias de buitres, el principal atractivo del observatorio, en la estación del mismo nombre.
Queda el final, el tramo más duro, plagado de túneles (el de mayor longitud es el túnel del Castillo, de 1 kilómetro). Más de la mitad se ubican en esta última aventura. Se abandonó el Guadalete y ahora es el Guadalporcún el líquido compañero de viaje.
La estación de Navalgrulla es la última antes de iniciar el ascenso hasta Olvera, uno de los pueblos más bonitos de la provincia, donde se erigen las incomparables figuras de su iglesia y su castillo. En la localidad se visita el Centro de Interpretación 'Vía Verde de la Sierra', junto a la estación, que recopila la información necesaria sobre esta ruta con soportes interactivos y proyecciones en 4D para facilitar la inmersión.
A partir de aquí se plantean varias opciones: el regreso a Puerto Serrano, ya en un pequeño descenso aunque con la obligación de repetir los 36 kilómetros y medio de la ruta, o tomar el transporte público para volver de forma descansada si no se ha dejado otro vehículo en este punto. Comienza entonces la otra ruta: la gastronómica y/o la social. Comer y conversar, descansar y comentar. Y pensar cuándo será la próxima vez.
