Coronavirus en Sevilla

Viaje a la Sevilla sin Covid

En la provincia ya sólo queda un pueblo sin presencia del coronavirus en estos casi ocho meses de pandemia: El Madroño, con 278 habitantes

Vecinos de El Madroño hacen cola para entrar en un establecimiento ABC

Martín Laínez

Con apenas 278 habitantes, El Madroño -el pueblo más pequeño de la provincia- puede «presumir» de ser el único de Sevilla que permanece libre de coronavirus en estos casi ocho meses de pandemia por el Covid.

En la primera ola quedaron «limpias» diecisiete localidades , pero en esta segunda han ido «cayendo» poco a poco hasta quedar uno solo, lo que demuestra que en esta ocasión el coronavirus se ha extendido con mayor fuerza que en la vez anterior.

Precisamente, en este mes de octubre se conocieron los primeros casos positivos entre las últimas poblaciones que quedaban: La Puebla de los Infantes (día 5), Castilleja del Campo (11) y esta misma semana, Almadén de la Plata (martes) y Pruna (viernes), que eran, junto con El Madroño, los únicos cinco pueblos que quedaban sin virus en el mes de octubre.

Los vecinos del pueblo de El Madroño llevan cruzando los dedos desde marzo para que el Covid no haga acto de presencia allí. Y desde que comenzó la segunda ola, lo han logrado de momento, quizá, por «la dispersión al estar formado el pueblo por un núcleo y cuatro aldeas y por un poco de suerte », explica Antonio López Rubiano, alcalde socialista de esta localidad lindante con el municipio onubense de Nerva.

En cuanto a las medidas que ha tomado el Ayuntamiento para evitar la entrada del Covid en la primera ola destacan la desinfección completa del pueb lo, «hasta en ocho ocasiones la hicimos, si bien ahora no hemos hecho ninguna de momento. Hasta hace un mes hemos mantenido cerrados los parques , porque no teníamos personal para hacerlo pero ahora contamos con más personal y podemos desinfectarlos a diario. La gente sale con mascarillas siempre y guardan las distancias de seguridad en los establecimientos», pone de manifiesto el regidor, quien se atrevió a abrir la piscina este verano , la única que ha funcionado en esta comarca sevillana.

«Fue un éxito total, el pueblo estaba lleno de visitantes, vecinos que emigraron y que mantienen aquí sus viviendas. Los alojamientos rurales a tope. Yo me ponía una mochila que pesaba 30 kilos en la espalda y me encargaba de desinfectarla a diario, tal es así que acabé lastimado de la rodilla. Ha sido un verano como los de antaño . La gente, quizá por predominar aquí los mayores está muy concienciada con el uso de las mascarillas, sobre todo porque somos un pueblo con muchas relaciones con Nerva y El Castillo de las Guardas , donde hay mucho Covid ahora. Es un milagro que estemos sin casos».

Una vecina camina por la avenida principal de El Madroño Vanessa Gómez

Pero hay una cosa que le preocupa al regidor desde el inicio de esta segunda ola, la orografía del terreno y las carreteras que llevan hasta el municipio, con muchas curvas y pequeñas subidas y bajadas que hacen de los amantes de las bicicletas de montaña y motocicletas un «circuito» ideal para hacer deporte o disfrutar de las vistas. « Lo que sí empieza a ser preocupante ahora es la cantidad de ciclistas y motoristas que pasan por aquí, donde se paran a desayunar y quieras o no tenemos que estar alerta. Cada vez vienen más personas que no sólo cruzan el pueblo, sino que hacen una paradita en el bar. Esto se ha desbordado. Tengo el alma en los pies. Vienen de todas las partes de las provincias de Sevilla y Huelva, como Aznalcóllar, Gerena, Sanlúcar la Mayor, Almonte...».

« El pueblo parecía Puerto Banús este verano . Ha sido bárbaro», explica Juan Francisco, propietario del Bar Marcelo, quien comenta a ABC que prefiere no leer la prensa ni ver la televisión estos días «ni tengo redes sociales». «El negocio ha estado muy bien en verano. Han venido gente de fuera, gente de aquí que emigraron pero mantuvieron sus casas en el pueblo y eso que no hemos tenido feria en agosto. El alcalde me ha dicho que tengo que tener la puerta siempre abierta para que haya ventilación».

«Yo abro muy temprano, antes de las siete de la mañana para servir los primeros desayunos a las personas que entran a trabajar y cierro cuando se va el último, sobre las once de la noche. En general, la gente se está portando de maravilla , respetando las medidas de seguridad», comenta este empresario local.

«El pueblo parecía Puerto Banús este verano. Ha sido bárbaro»

Para Reyes, una vecina de 73 años, que vive junto a su marido Antonio y dos hijas, Ana y Sara, el día a día «empieza a ser ya algo normal. E ste verano hemos tenido en casa a los nietos y se lo han pasado tan bien que no se querían marchar . Yo no soy mucho de salir, pero tampoco nos vamos a quedar en casa todo el tiempo. Solo salgo para comprar y para ir al campo. Aun así, me he apuntado a los talleres para mantenerme entretenida, acabo de finalizar uno de memoria y ahora mi hijo me ha apuntado a otro de empoderamiento de la mujer», resume.

Tres positivos en Pruna

El pasado viernes por la noche, el alcalde de Pruna, Francisco Sánchez, anunciaba los tres primeros positivos en el pueblo. Dos chicas que estudian en Málaga y la madre de una de ellas , que se encuentran en sus respectivas casas aisladas en Pruna: «Se encuentra activado el protocolo sanitario para localizar a los contactos estrechos para que se aíslen y hacer la prueba. Los próximos días van a ser muy importantes».

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