Antonio Rivero, fundador del museo, junto a unas de las antiguas máquinas chocolateras
Antonio Rivero, fundador del museo, junto a unas de las antiguas máquinas chocolateras - B.M.
SIERRA SUR

Estepa, el pueblo de Sevilla que alberga el mayor museo del chocolate de España

Chocomundo cuenta con diez salas temáticas que recorren la historia del cacao desde el Descubrimiento hasta ahora

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Faltan diez minutos para que abran las puertas del despacho de La Despensa de Palacio y ya hay algunas personas esperando. Una pareja que vive en Galicia son los primeros en ser atendidos. Mientras por una puerta se puede ver a varias de las trabadoras de la fábrica envolviendo con mimo sus mantecados, una de las dependientas trae al mostrador siete latas de gran tamaño con los dulces estepeños. La pareja ha hecho una parada en su visita a Andalucía para recoger el pedido que encargaron hace un mes.

La tienda se va llenando poco a poco con los últimos afortunados que podrán llevarse más de una lata de dulces este año. Y es que la fama de esta empresa le precede, y cuando se acerca la Navidad se tiene que poner un límite de venta de una lata por persona. Los 100.000 kilos de mantecados, polvorones, galletas y chocolates siempre se agotan.

Las fotografías autografiados de actores y directores de cine, políticos y famosos que cuelgan en la pared demuestran que la fama no puede evitar que alguien sea goloso.

Pero si La Despensa de Palacio es bien conocida por los amantes de los dulces, o por sus bonitas latas inspiradas en las que realizaban las fábricas de chocolate en el siglo XIX, hay que decir que todavía guarda una sorpresa más.

En concreto se trata de una sorpresa de 1.300 metros cuadrados que da vida a uno de los proyectos más ambiciosos de Antonio Rivero, crear el mayor museo del chocolate de toda España, y uno de los mayores del mundo. «El museo es el doble de grande que la fábrica», sonríe orgulloso Antonio. Dentro descansan 35 años de coleccionismo, de viajes y vivencias alrededor del mundo y el deseo de compartir todos sus conocimientos sobre el chocolate y sus orígenes.

Encuentro de dos mundos

Figuras de Chocomundo
Figuras de Chocomundo - B. MORENO

En una visita privilegiada, previa a la llegada del primer autobús de visitantes, Antonio Rivero explica cómo ideó esta propuesta museística «bajo dos columnas principales, que sea ameno y a la vez didáctico». En este aspecto hay que destacar el importante espacio, tanto histórico como documental, que este museo dedica al encuentro entre dos culturas que supuso la llegada de los españoles al continente americano.

«El museo está preparado para todo tipo de público, y los guías pueden personalizar la ruta ya sea para niños, para el mundo empresarial o de la investigación, para historiadores o para los que quieran ver cosas curiosas».

Distribuido en una decena de salas temáticas, una parte importante del contenido del museo se apoya en las miles de piezas de todo tipo relacionadas con el mundo del cacao y del chocolate. Desde piezas arqueológicas de las culturas Maya y Azteca; a las herramientas y útiles que surgieron con la difusión del cultivo del cacao y su introducción en Europa por parte de españoles y portugueses; la popularización del chocolate en Francia; el gran impulso industrial chocolatero de la mano de empresarios suizos y alemanes; y todo tipo de trabajos en publicidad y envasado del chocolate con cajas de regalo y cromos.

«La magia del chocolate es que quizás sea el único alimento que surge del encuentro de dos mundos. Del viejo mundo que aporta su caña de azúcar y del nuevo que aporta el cacao, que era mucho más amargo» señala Antonio Rivero.

Para poder visitar el museo es necesario reservar previamente por teléfono: «Al ser Navidad tenemos prácticamente ocupado todos los turnos, pero está abierto el resto del año», en horario de 10 a 14 horas y por la tarde de 16 a 19. Los más pequeños pueden además convertirse en chocolateros por un día dando forma a sus dulces con moldes con forma de animales y recibiendo su propio diploma.

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