Coronavirus en Sevilla
Estado de alarma en los pueblos más pequeños de la provincia: confinados, sin luz y sin mascarillas
El Madroño, Castilleja del Campo, San Nicolás, Villanueva de San Juan o Las Navas multiplican sus esfuerzos ante la pandemia del coronavirus
Acostumbrados a ver cómo está afectando en el día a día la pandemia del coronavirus a los grandes municipios de la provincia, nos resulta casi imposible conocer cómo lo afrontan los municipios menos poblados de Sevilla , aquellos que raramente salen en los medios. Por ello, ABC quiere hacer de altavoz para que sus alcaldes radiografíen sus inquietudes, que no son pocas.
En El Madroño , con 278 habitantes, el regidor, Antonio López Rubiano, es el primero que se pone los guantes y la mascarilla. «Me pillas justo cuando acabo de limpiar con lejía el cajero y la parada de los autobuses», explica, para continuar señalando que «gracias al vertedero de Nerva hemos conseguido que nos preste una cuba con líquido desinfectante que llegará este lunes».
La poca gente que sale es para comprar en las tiendas del pueblo o ir a la farmacia. Donde hay algo más de actividad es el campo, porque los agricultores y ganaderos «tienen que dar de comer a diario a los animales». En las aldeas que forman parte del municipio «apostamos por que siguiera la venta ambulante ya que muchos vecinos no tienen coche para acercarse al núcleo principal».
Asegura que con sus vecinos no hay problemas porque están cumpliendo a rajatabla el confinamiento, pero «lo que no es de recibo es que suframos cortes del suministro eléctrico », como por ejemplo el pasado martes «cuando estuvimos cerca de veinte horas sin luz. Incluso hoy mismo —por ayer— se acaba de ir otra vez. Nos encontramos sin calefacción, sin frigorífico para mantener los alimentos en un estado óptimo, sin oxígeno aquellos enfermos que lo requieren para seguir viviendo, sin poder llevarse a la boca algo caliente. Todo por el hecho de caer, literalmente, dos gotas de agua. Basta de ningunearnos, basta de tratarnos como ciudadanos de tercera, basta de añadir sufrimiento a la incertidumbre que vivimos por la crisis sanitaria que ahora mismo nos azota».
Castilleja del Campo
Otro de los pueblos más pequeños de la provincia es Castilleja del Campo (629 habitantes), donde su alcalde, Narciso Luque , afirma que la tranquilidad es la «nota predominante». En sus calles, «gracias a los vecinos que tienen tractores realizaremos una fumigación a fondo este lunes, ya que al tener un núcleo pequeño vamos a fumigar todo, la plaza, los bancos, las calles..., pero lo que nos preocupa es la población de más edad . Hemos contratado los servicios de una empresa para que nos eche una mano con la dependencia municipal. Además, vamos aprovechar que no hay niños ahora en el cole para hacer una limpieza a fondo de la guardería».
Cuestionado por si hay desabastecimiento, Luque comenta que «por ahora las dos tiendas del pueblo tienen de todo ». Explica el regidor que no existen controles de la Guardia Civil de momento y eso que no contamos con agentes de la Policía Local. Las dependencias municipales está con las puertas cerradas pero atendemos desde el interior las llamadas de teléfono y funcionamos telemáticamente», concluye.
San Nicolás del Puerto
Más al norte de la provincia se halla el municipio de San Nicolás del Puerto, enclavado en plena Sierra Morena. Allí, sus cerca de seiscientos habitantes «cumplen las normativas del confinamiento», explica el alcalde, Juan Carlos Navarro . En el momento de la conversación con ABC, el regidor socialista detallaba que «estamos buscando tractoristas para empezar con la desinfectación con un producto que nos ha facilitado la Mancomunidad de la Sierra Morena a los diez pueblos que formamos parte de ella». Esta fumigación finalmente se realizó ayer gracias a la labor «de las dos personas que tenemos en el Ayuntamiento y que forman parte del mantenimiento».
Eso sí, Navarro criticó «la gran cantidad de información de nos mandan todas las administraciones con respecto a las normas a seguir. No digo que no sean necesarias; todo lo contrario, pero nos facilitaría la labor por ejemplo que nos la seleccionaran en función de si somos un pequeño municipio o una gran ciudad. Al final lo que tenemos es un embudo de información que nos retrasa mucho».
La farmacia, el consultorio y las plazas son las zonas que priorizaron ayer para llevar a cabo la desinfección, una labor en la que se implica el propio regidor y sus concejales: «Aquí tenemos que ayudar todos».
Villanueva de San Juan
En Villanueva de San Juan , sus 1.120 habitantes aprovechan las primeras horas para «ir a comprar o al banco a sacar dinero; por las tardes el pueblo se queda desierto porque los comercios de primera necesidad permanecen cerrados, como señala a este medio el alcalde José Reyes . Además de la Policía Local, donde trabajan dos agentes, Villanueva de San Juan cuenta con una de las comandancias de la Guardia Civil más antiguas de la provincia.
«La coordinación entre los cuerpos es magnífica. Tenemos también un grupo de protección civil de ocho personas. Las fumigaciones se realizan continuamente : a diario en las zonas más concurridas y dos veces a la semana de manera integral, gracias a la labor de los tractoristas, que nos prestan sus vehículos». Reyes asegura que su pueblo tiene activado el plan de emergencia municipal y que la poca actividad que hay es la de las personas que van a las granjas de cerdo y pollo para darles de comer.
Las Navas de la Concepción
Donde la situación se encuentra más complicada es en la vecina Las Navas (1.559 habitantes), donde su regidor, Andrés Barrera , explica con preocupación la falta de mascarillas y equipos de seguridad «que tenemos, especialmente en un pueblo que cuenta con una residencia municipal de mayores con 28 usuarios, a los que hay que unir otras 58 personas de la ayuda a domicilio que son atendidas por 16 trabajadores. Por favor, que nos traigan mascarillas, que no tenemos, que las tenemos que hacer de forma artesanal gracias a nuestras vecinas costureras ».
«He hablado con la Subdelegación del Gobierno en Andalucía, con la Junta y con la Diputación y les he dicho que la situación es límite », comenta Barrera, para quien «la gripe que pasamos hace dos años y que afectó mucho a nuestros mayores nos ha servido para sobrellevar esta pandemia ahora. El miedo no te lo quita nadie. Tenemos una población con muchas personas mayores », finaliza.
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