toponimia

¿Sabes por qué muchos pueblos de Cádiz se apellidan 'de la Frontera'?

Hasta siete municipios gaditanos tienen en su nombre esta denominación con siglos y siglos de historia

Vejer de la Frontera la voz

L.V.

CÁDIZ

Arcos, Castellar, Chiclana, Conil, Jerez, Jimena y Vejer... de la Frontera. Siete municipios de Cádiz comparten apellido, una denominación histórica que no es exclusiva de la provincia gaditana y que se refleja también en señales de entrada o salida a localidades como Cortes de la Frontera (Málaga), Morón de la Frontera (Sevilla), Aguilar de la Frontera (Córdoba) o Rosal de la Frontera y Palos de la Frontera (Huelva).

Tal y como recuerda Turismo de la provincia de Cádiz esto es así porque durante la época de la Reconquista estos municipios, durante dos siglos, formaron una frontera natural entre los reinos cristianos y árabes. De aquella época, estos vestigios...

Los municipios onubenses Rosal de la Frontera y Palos de la Frontera, a diferencia del resto, no están relacionados con esa histórica frontera. Y toman el apellido de la frontera con Portugal.

A raíz de las conquistas castellanas desde comienzos del siglo XIII, el ámbito andaluz quedó dividido por un límite cambiante que separa el dominio cristiano del baluarte musulmán del reino de Granada. Una frontera política y cultural se mantuvo hasta finales del siglo XV con hondas repercusiones en el territorio y el poblamiento.

Fueron dos siglos con los límites entre los reinos medievales de Castilla y Granada muy marcados, una situación que llevó a que a algunos pueblos de la provincia de Cádiz se les colocara esa terminación: 'de la Frontera'.

Las reconquistadas Jerez, Chiclana, Arcos, Conil, Vejer, inicialmente, y Castellar y Jimena, más tarde, bien entrado ya el siglo XV, tienen esa huella. Todas incorporan la citada característica a su nombre.

La frontera del reino de Granada con el reino de Castilla fue a veces una tierra de nadie, peligrosa, llamado por algunos autores como la Banda morisca o 'La Frontera' (siglos XIII-XV).

Arcos, Castellar, Chiclana, Conil, Jerez, Jimena y Vejer se apellidan 'de la frontera' porque fueron una frontera castellano-nazarí, territorios fronterizos de la llamada Banda morisca.

Durante su duración, este territorio de frontera tuvo una gran importancia militar, política, económica, religiosa y cultural. Fueron más de dos siglos de luchas, intercambios culturales y comerciales, legales e ilegales, que justificaron cargos militares exclusivos para la zona como el Adelantado Mayor de la Frontera.

Alfonso X el Sabio

Alfonso X el Sabio tuvo que reconquistar toda la campiña gaditana usando la fuerza. En cuanto iba entrenando en las distintas locales, tomemos el ejemplo de Arcos, actuó como tenía por costumbre. Expulsó a sus habitantes, repobló la ciudad con tropas leales e inmigrantes del norte peninsular y le cambió el nombre. En este caso, Arcos por Arcos de la Frontera en clara referencia a su situación en la frontera del reino nazarí de Granada. Dicho reino musulmán era aliado de las tropas cristianas y luchaba contra los demás reinos moros, terminando por ser destruido cuando fue el último.

Así, pues, Alfonso X el Sabio desterró a los habitantes de esas ciudades y las repobló con foráneos. Este hecho es el que se homenajea en algunas estatuas como la que puede verse en Arcos en honor a su figura. En el lema municipal se alude al cambio de nombre y a la expulsión de la población nativa.

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