Bronca en el pleno de el puerto

El Puerto, entre la indignación y la vergüenza por el «lamentable espectáculo» de sus políticos

Vecinos de la localidad muestran su rechazo al violento episodio vivido este jueves en el pleno, un «lugar en el que se supone que se mira por el bien de la ciudad»

Momento del altercado en el pleno de El Puerto.

M. Almagro

El Puerto

En El Puerto no se habla de otra cosa. La Ciudad de los Cien Palacios, el pueblo que resiste y que quiere mirar a su Guadalete, ver a su gente emerger, borrar desconchones, quitar andamios, reanimar su casco histórico, recuperar Barrio Alto, abrir comercios y no cerrarlos, mantenerse limpia y más segura, tener a su Policía Local en la calle y sin enfrentamiento, Pozos Dulces acabado, esperanza para los desempleados, un turismo de calidad... en esta ciudad que quiere vida, presente y futuro, desde hace unas 48 horas solo se repite una cosa: «¡Qué lamentable, qué vergüenza!». Y es que así dicen sentirse los portuenses al ver a sus políticos (de un lado o de otro) en bronca. «Encima en un pleno, en nuestro Ayuntamiento, que se supone que está para que consigan y luchen por aquello para lo que les hemos votado».

Indignación, rabia, pudor, enfado, incomprensión... son algunas de las sensaciones que han trasladado a este periódico después de ver como El Puerto de Santa María, ha saltado a todos los titulares por un episodio que tildan de «lamentable», de «dantesco». No entienden cómo se puede llegar hasta ese punto, no le encuentran justificación alguna y no quieren que su pueblo se ensucie por cuestiones que, según manifiestan, son más secundarias sobre sus intereses. La bronca entre concejales y cargos de confianza en la última sesión plenaria, difundida y viralizada por todo el país, ha retratado un ambiente de tensión entre sus políticos y creen que esto no les beneficia «en absoluto».

Y así se manifiesta de forma clara y directa Milagros Muñoz, presidenta de la Federación de Vecinos Flave que aglutina a todo el colectivo vecinal de la localidad. «No debe de ocurrir que en un salón regio como es un salón de plenos pierdan de esa manera la compostura», afirma. «Ahí debe de cumplirse a rajatabla el reglamento y el alcalde como presidente plenario tiene que marcar los tiempos y no permitir que nadie tenga esas actitudes. Nos representan pero cada vez más parecen más egocéntricos y partidistas y nosotros no tenemos la culpa de nada de eso». «Lo que ha pasado es lamentable y no debe de repetirse», afirma.

Milagros Muñoz insiste en el daño que se puede llegar a hacer cuando de las palabras, del debate y la disparidad de posiciones, se pasa al conflicto más bronco y violento. «Las imágenes llaman mucho la atención y no podemos estar saliendo en los medios por cosas que son malas. No estamos precisamente para algo así». Y añade: «Da pena porque además justo en ese pleno se iba a poner sobre la mesa contratos que están en precario, el tema de la Policía Local... las necesidades de El Puerto la saben ellos mejor que nadie y no pueden llegar a esos extremos».

Por ello la representante vecinal cree que esas discusiones «que no conducen a nada» se pueden llevar ya solucionadas o al menos habladas. «Mantienen reuniones y comisiones antes; que se aclaren y se pongan de acuerdo por el buen funcionamiento de la ciudad y que no se pongan a pelear como si fueran niños... parece que no se dan cuentan que son servidores públicos y por eso están ahí».

La presidenta de la Flave muestra su indignación ante episodios como el sucedido. «Para mí El Puerto es muy grande y por eso llevo años defendiendo que tengamos una ciudad digna. Me siento avergonzada. Yo quiero que mi ciudad suene por cosas bonitas y no por esto. Deberían de pedirle perdón a los vecinos y decir que no va a pasar más, que haya de verdad un propósito de enmienda».

En la misma línea se manifiesta Julio, otro vecino de El Puerto. «No veo normal que con una población con veinte mil problemas, no sean capaces de solucionar entre ellos estos temas y terminen a tortas», afirma este trabajador autónomo. «Me parece de república bananera, parece como si estuviéramos en Venezuela. Me da igual qué partido sea. Tienen que hablar todos, pensar con cabeza y olvidarse de qué siglas son. Al final lo que tienen que decidir es por El Puerto y por su beneficio. Algunos tendrán unas ideas y otros, otras, pero lo que tienen que hacer es llegar a puntos de encuentro y no a las manos. Es vergonzoso».

En este sentido también se pronuncia Cristina, vecina de siempre de la localidad y trabajadora de una importante empresa internacional. «Me parece lamentable que algo así suceda en un pleno, cuando un Ayuntamiento debe ser reflejo de diálogo donde hay que llegar a consensos para la mejora de una ciudad. Pero, lejos de eso, parece que la predisposición desde el principio ha sido los propios egos de los partidos. El entender los diferentes puntos de vista de cada uno y la disponibilidad de escuchar debería ser el ejemplo para la ciudadanía», afirma.

Y mientras pasea por la calle Larga, Manuel, un portuense ya jubilado también se manifiesta al respecto. «Entiendo perfectamente que haya discrepancias, el debate puede ser a veces acalorado, vehemente en las formas, pero llegar hasta el punto de encararse e insultarse me parece desfasado. No dan ejemplo ni de comportamiento ni de nada que les acerque al ciudadano. Y menos aún de gestión. Ahora que tendremos de nuevo que votar, ¿cómo vamos a confiar en quien se pelea de esa forma y no cuida a los portuenses porque sus intereses están por encima de los nuestros? Un político y más de pueblo tiene que llegar a acuerdos y más ahora que no consiguen mayorías y si no, pasa lo que pasa, la ciudad se queda parada».

Rosa está despachando en su comercio. «Sí, sí... no se habla de otra cosa... qué pena, qué vergüenza que salgamos en todos sitios por algo así», afirma. «Pero la verdadera pena no es solo que se enfrenten y den esa mala imagen sino que quienes lo hacen o lo hace es quien se supone que tiene que velar por El Puerto. Estamos como estamos, saliendo de una pandemia, resurgiendo, intentando ser una ciudad en condiciones, limpia, segura, controlada... ¿de verdad que esa es la forma de que nos sintamos tranquilos en sus manos? Yo creo que no».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación