Semana Santa 2024

La lluvia trunca los planes de las seis cofradías el Domingo de Ramos con decisiones de todo tipo en Jerez

Pasión salió al completo y se tuvo que volver una hora después; el Perdón sacó su cortejo, pero antes de que saliera el misterio se volvió también; el Transporte pidió una hora y decidió no salir; Borriquita, Coronación de Espinas y Angustias se decantaron por no salir desde el primer momento

Miguel Guerrero

Jerez

El calendario cofrade se pone a cero y el tiempo parece detenerse. Se respira un ambiente distinto en las calles. La luz natural y la de la Santa Iglesia Catedral brillan con un color distinto, con un tono hasta cierto punto mágico. Es Domingo de Ramos.

Lo es a pesar del tiempo, que lleva generando quebraderos y dolores de cabeza entre los cofrades desde hace días. De hecho, durante la jornada previa y la misma mañana, los hermanos mayores del día y la Unión de Hermandades se reunieron en distintas ocasiones con objeto de poner en común partes meteorológicos y contemplar distintas opciones. Finalmente, los malos augurios, tras muchos vaivenes en las previsiones de los días y horas antes, se tornaron en realidad. La ilusión de los más pequeños y de los que ya peinan alguna que otra cana se diluyó con la temida lluvia. Hubo decisiones de todo tipo, y es que en días como este, con tantos partes y previsiones actualizados casi al minuto y que iban variando constantemente, era complicado decidir.

Y eso que la jornada comenzó con la primera cofradía saliendo a las calles. Con unos 15 minutos de retraso, la cruz de guía de la hermandad de Pasión salía de su sede en busca de la Carrera Oficial y con todo Jerez pendiente del cielo. El resto de las juntas de gobierno de las demás hermandades se reunían entre sí y estaban expectantes de lo que hacía cada una.

La segunda que debía echarse a las calles y la que debía abrir la Carrera Oficial, la hermandad de la Borriquita, decidió desde un primer momento suspender su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Todas las hermandades tienen sus realidades y preocupaciones, y en el caso de la corporación lasaliana cabe destacar la enorme cantidad de niños que forman parte de su cortejo. Las palmas no relucieron y los más pequeños tuvieron que guardar su ilusión para el año que viene esperarlo con más ganas si cabe. Aún con el regusto del majestuoso 14 de octubre del año pasado, iba a ser el primer Domingo de Ramos con la Virgen de la Estrella Coronada tras tan importante hito.

La noticia llegó a la ermita de Guía cuando su junta de gobierno estaba decidiendo aún si salir o no. Un cuarto de hora antes de la hora de salida, se escuchó al capataz del misterio citar a la cuadrilla alta para introducirse bajo las trabajaderas del Santísimo Cristo del Perdón: la noticia era entonces era feliz, pues era la segunda cofradía que quería llegar a la Catedral. Se consensuó con la Unión de Hermandades una modificación en el itinerario en vista de que, si fuera necesario, poder acceder a Capuchinos y refugiarse si la lluvia les sorprendía. De esta forma, se cambiaba el itinerario de ida, cogiendo por delante de la capilla de San Juan de Letrán en lugar de Porvera y San Juan de Dios. No obstante, esto no llegó a producirse.

La cruz de guía avanzaba por los aledaños de la ermita y un hermano de edad muy avanzada llamaba a unas puertas que se abrían entre aplausos y que mostraban ambos pasos de la cofradía con todo dispuesto para salir. Fue justo entonces cuando comenzó a chispear.

Se conoció al instante otra noticia: la Coronación de Espinas no salía. El portentoso misterio y la dulce Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción se quedarían en casa, privando a la Albarizuela y a todo Jerez de una jornada magnífica en torno a tan preciada cofradía. La pena era mayúscula para estos cofrades, pero la realidad se estaba imponiendo a la voluntad.

Entretanto, la cruz de guía del Perdón, que se encontraba a la altura de la puerta anexa por donde salen los pasos, avanzó y, con ella, el cortejo del misterio. Caían cuatro gotas, pero estaba chispeando. La cofradía, valiente en su decisión, trataba de avanzar.

No obstante, la realidad seguiría imponiéndose a la buena voluntad. Cuando la cuadrilla del misterio estaba lista para salir, la lluvia apretó. Se consultaron de nuevo los partes y se decidió suspender la estación de penitencia en las calles. El cortejo que estaba fuera se volvía para retroceder sobre sus pasos entre una sonora ovación y lágrimas de emoción de los presentes. Ambas formaciones musicales, la banda de CC.TT. de los Remedios de Castilleja de la Cuesta y la banda de música Virgen del Castillo de Lebrija dedicaron varias marchas cada una bajo la lluvia.

Fue entonces cuando la Hermandad del Transporte pidió una hora para ver si el tiempo mejoraba. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la cofradía que estaba en ese momento en la calle, Pasión, decidió volverse también. Fue a las 17:24 h., cuando llevaba algo más de una hora en la calle y en vista de que la jornada no iba a mejorar, sino más bien todo lo contrario.

La vuelta de Pasión fue ejemplar. San Pedro y el Señor se resguardaban bajo sendos capotes. En el caso del Señor de Pasión, el capote fue cedido por algún miembro del Cuerpo Nacional de Policía, luciendo su escudo en una de las hombreras. La cuadrilla comandada por Ezequiel Simancas sacó músculo y en prácticamente dos chicotás –una la dio la alta y otra la baja- se plantó desde el Parque Atlántico hasta su capilla de Santa Ángela de la Cruz. Un regreso épico que fue efusivamente aplaudido por quienes le acompañaban en su transitar de vuelta y por los vecinos que salían desde sus casas para contemplar la gesta. La lluvia, tan temida por los cofrades y que tanta desilusión genera entre los mismos, es también parte de esto. Y aunque a ningún cofrade le gustaría verse nunca en esa situación, también deja momentos y estampas de mucho sabor y, sobre todo, emocionantes. Así fue la recogida de esta corporación.

Tras ello, se confirmaba lo evidente: la hermandad del Transporte, tras decidir esperar, optaba finalmente por no salir. No estaba el día para ello. Se trasladó el misterio desde el altar hacia la puerta de salida para arriarlo junto al palio de la Reina del Transporte. En el interior del templo, sonaba la banda de CC.TT. de la Centuria Romana Macarena, y el misterio comandado por Manuel Monje 'Pau' se recreaba, haciendo soñar a los hermanos emocionados con lo que podría haber sido esa misma mano en la calle Merced.

En la plaza de las Angustias, bajo la lluvia que ya sí era contundente y entre las campanas del Humilladero, se conocía la noticia: las Angustias tampoco salía. Sus hermanos rezaron en el interior de la capilla a la hermosa dolorosa de los Siete Cuchillos y, al término, se abrieron las puertas para que, durante varias horas, todo aquel que quisiera pudiera contemplar tan majestuosa escena de una Madre que sostiene a su hijo, al Hijo de Dios. Los cofrades, paraguas abiertos, recorrían los distintos templos para, al menos, contemplar a las imágenes en sus pasos en el interior de los templos y rezar ante ellas.

El tiempo privó de las palmas de la Borriquita, de las elegantes revirás de la Coronación de Espinas, de la hermandad de Pasión llegando al centro, del Perdón por el Arroyo, del Transporte llegando a Santiago entre costeros e izquierdos o de las Angustias haciendo el silencio a su paso por Alameda Vieja y San Miguel. Pendientes de si las precipitaciones permitirían el resto de días que las cofradías salga a las calles, los cofrades del Domingo de Ramos sueñan ya con el de 2025.

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