Provincia de Cádiz

«Los casos de bullying suelen ser puntuales»

La delegada territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Cádiz, María Isabel Paredes, analiza el protocolo existente ante un posible caso de acoso escolar

Niños a la entrada de su colegio en Cádiz L. V.

Jesús Mejías

Cádiz

El bullying, o acoso escolar, es la exposición que sufre un niño en su colegio a daños tanto físicos como psicológicos de forma intencionada por parte de otro alumno de la misma escuela. Según un estudio elaborado por la Universidad de Alcalá de Henares, el 9,53% de los niños que cursan primaria en España afirma sentirse acosado. Un problema real, ocurre en las aulas, y que en muchas ocasiones el alumno lleva en secreto por el miedo que tiene a su acosador o acosadores ante posibles futuras represalias.

Existe el acoso, y ahora también el ciberacoso. En un mundo en el que los jóvenes cada vez tienen un acceso más temprano a la tecnología, las administraciones competentes reconocen que actualmente el ciberacoso tiene una mayor presencia en el día a día en los colegios. Grabaciones a niños mientras son maltratados físicamente, envíos de fotos sin permiso, llamadas amenazantes... son solo algunas de las situaciones que se sufren.

Desde la Junta de Andalucía, como cualquier administración pública con competencias en educación, y como ocurre en otros ámbitos como la violencia de género, busca erradicar esta lacra social como es el bullying. María Isabel Paredes es la delegada territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Cádiz, y señala que el acoso en las clases «suelen ser casos más puntuales que una tónica general», aunque para tratar y evitar cualquier caso «se han tomado medidas al respecto», siendo «una de las más novedosas el Programa ADA (Alumnado Ayudante Digital Andaluz), que tiene como objetivo impulsar la ayuda entre iguales».

Para prevenir el bullying en las escuelas «hay distintos programas» y «luego están las Escuelas Espacio de Paz. Todos los centros cuentan desde su proyecto educativo con un plan de convivencia con medidas concretas, y el objetivo es la promoción de la convivencia, la prevención, la detención y la resolución pacífica de los conflictos que puedan surgir en ese ámbito».

La figura de los profesores es clave, ya que pueden detectar cualquier tipo de situación anómala que el alumno no les haya comunicado. «Ellos están contantemente encima de los alumnos, tenemos también el Plan de Igualdad en los centros, y dentro del proyecto educativo se recogen todas las actuaciones a llevar a cabo para actuar en prevención y actuar lo antes posible ante el acoso y el ciberacoso«, que »en estos momentos quizás es hasta más llamativo«.

Por otro lado existe la herramienta conRed Andalucía «en la que participan los alumnos y familias que está también a disposición de los docentes para la prevención del acoso y del ciberacoso, que promueve la formación y sensibilización de toda la comunidad educativa».

El protocolo a seguir ante un caso de bullying

En el momento en el que un alumno le comunica a su profesor o tutor que está siendo acosado por un compañero o un grupo de niños «se hace un seguimiento muy puntual de la situación que el alumno denuncia de alguna forma y se presta especial atención, y se pone en conocimiento de la administración educativa los hechos que se han detectado, si se han detectado esos hechos».

«Ante cualquier situación, no cabe duda que se pone en conocimiento del tutor si no se produce en su clase, y hay reuniones periódicas de tutoría para poder identificar determinados problemas en el alumnado», señala.

Los padres son informados al instante, y «otras veces no se detecta, el alumno lo está sufriendo en silencio y no hay signos llamativos y son los propios padres los que se dirigen a los centros educativos», y también se notifica a los padres del alumno acosador.

«Hay un protocolo que se tiene que seguir y que nos dice si estamos ante un caso de abuso o no, y ese protocolo nos lleva en función del problema a una serie de actuaciones a seguir», afirma la delegada.

Si la situación no cambiase y continuase el acoso, podría producirse un intercambio de centro. «Los colegios cuentan desde el curso pasado con el coordinador de bienestar y protección del alumnado de los centros docentes, que es el encargado de coordinar con la dirección del centro educativo el plan de convivencia», y el posible cambio de centro «se valora en el momento, y depende de muchos factores».

«Se cuenta con un registro de situaciones de acoso y ciberacoso en nuestro sistema Séneca en el que automáticamente se comunica el registro y cada caso se comunica a la inspección educativa como máxima autoridad de la educación, y digamos que todo está validado por el inspector o inspectora de zona, y se asesora automáticamente a los docentes, a los padres, a quien procesa, que es quien se encarga del asesoramiento a los padres, y el control de todos los protocolos«, asegura.

Las tecnologías han otorgado a los acosadores una nueva forma de acosar a sus víctimas, aunque también perduran otros comportamientos inapropiados por parte los niños como pueda ser que le levante la falda a una compañera. Todas estas cuestiones «están enmarcados en el programa de convivencia escolar y de prevención de la erradicación de los posibles casos de violencia de género, y de los cambios de identidad de género... todos estos casos están contemplados en el proyecto educativo de centro».

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