Tribunales

Confiesa que preparaba y guardaba barcos para los narcos en una nave de El Puerto

La Audiencia de Cádiz condena a este acusado y a otros cuatro investigados más a penas de entre tres y cuatro años de cárcel

Una vez lista una de las embarcaciones, fue trasladada hasta otra nave en Granada y luego usada en un alijo en Almería

M.. aLMAGRO

Para llevar a efecto una plan de narcotráfico la cadena debe de contar con diferentes eslabones. Para que la droga, en este caso hachís, desembarque desde Marruecos a España, es necesario contar con los medios para ello y con la gente que los suministre. De ahí que siempre se hable de organizaciones ya que uno solo o pocas personas son insuficientes si lo que se pretende es hacer grandes alijos y que éstos no sean interceptados.

Y así lo demuestra una nueva sentencia emitida por la Audiencia de Cádiz en la que (otra vez) los procesados y ante las evidentes pruebas que había contra ellos han decidido confesar la autoría de los hechos, colaborar y disminuir algo las penas que solicitaba para ellos la Fiscalía.

Cuatro imputados, dos de nacionalidad española y otros dos marroquíes, se sentaron en el banquillo para reconocer ante el tribunal su implicación en la operación que los detuvo, bautizada como 'Jarcho'. Esta compleja investigación arrancó en El Puerto y fue efectuada por el entonces Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de la localidad, posteriormente desmantelado, y Udyco Cádiz.

Sobre el procesado al que el Ministerio Público le pedía un mayor castigo por considerarlo el motor o cabecilla de este grupo, no conformó y tras ser juzgado, ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel. El resto a algo más de tres años. Y todos ellos, a multas millonarias que de no ser abonadas pueden ser resarcidas por algún tiempo más en prisión.

Pues bien, según considera la sentencia como hechos probados, en junio de 2018, A.G., tenía dos naves situadas en el polígono El Palmar de El Puerto. En ellas guardaba diversas embarcaciones «destinadas al transporte de hachís con origen en Marruecos y las adaptaba para tal fin, dotándolas de combustible, instalándoles motores de mayores potencia y cilindrada de las que tenía de serie, y preparándolas para albergar una mayor capacidad de carga para los fardos».

Además, indica el fallo, llevaba una agenda de control de todo lo que había cambiado en la embarcación, de la cantidad de combustible que debía albergar en los depósitos para el transporte o de los pagos que se habían realizado a los mecánicos que habían verificado el buen funcionamiento de los motores fueraborda o que habían llevado a cabo la instalación de motores con mayor potencia. El acusado, «a cambio de una remuneración económica, ofrecía las lanchas a distintos grupos dedicados al narcotráfico.

De El Puerto a Manilva pasando por Granada

Y así, en octubre de ese mismo año entregó a J.P., otro de los acusados, una embarcación tipo Yamaha de 15 metros de eslora y tres motores que había preparado para que le sirviera para transportar droga, actividad que conocía que iba a llevar a cabo.

J. P. recogió el barco y se lo llevó en un camión hasta una nave de su titularidad en Albolote (Granada) donde lo guardó hasta unos veinte días después. Posteriormente lo llevó hasta otra nave más, esta vez en Peligros y de ahí fue trasladada hasta Almayate donde se lanzó al mar para acudir a Marruecos a por la droga.

A los pocos días, los otros tres procesados, se desplazaron hasta la playa de El Sabinar en la localidad almeriense de El Ejido a la espera de que llegara la lancha ya cargada con los fardos. Iba tripulada por entre tres y cinco personas.

Pero la embarcación fue detectada por efectivos de Vigilancia Aduanera cuando se acercaba de madrugada al punto que habían concretado. Los acusados comenzaron a descargar la mercancía pero ya fueron sorprendidos por el helicóptero y aunque se escondieron entre unos matorrales fueron detenidos. El barco fue días más tarde localizado abandonado en la costa de Manilva.

Por otro lado durante los registros efectuados se intervino diferente material informático y documental y en la nave de Albolote un cultivo de marihuana con más de mil plantas.

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