Chiclana se consolida como un destino turístico de calidad

El barómetro Exceltur sitúa a Chiclana entre los cinco destinos vacacionales con mayor rentabilidad de España durante el verano. Es un punto de partida interesante, y el primero en atacar el asunto es el propio regidor chiclanero, José María Román:

«Esto es fruto de muchos años de trabajo, no es algo coyuntural», asegura el alcalde. Y prosigue: «Tiene que ver con una trayectoria basada en la mejoría y el incremento de la hostelería y del comercio». Antes de ceder la palabra apunta que la temporada estival de Chiclana «es un largo verano».

Por su parte, la responsable del restaurante y anfitriona, Ana Gómez habla desde su experiencia personal: «Ha sido nuestro primer verano con el restaurante abierto y nos ha ido genial». Y matiza que: «Y eso que estamos en el pueblo, no en la playa».

La presidenta de la plataforma de comerciantes locales, Ana Belén Mota se refiere a su ámbito empresarial: «En el sector comercio hemos tenido un verano espectacular. Ha venido mucha gente a conocer todo el atractivo que tiene la ciudad. Ha durado hasta octubre ‒el largo verano‒». Y «en números ha sido muy bueno», especifica.

Javier Delgado, encargado del apartahotel Novo Resort, comienza reivindicando Chiclana «como destino turístico saludable». Él, que viene de fuera, asegura que lo conseguido en el municipio «es un logro increíble».

Y apunta a que al desarrollarse más tarde como destino turístico, «ha sabido mantener estructuralmente todos los elementos más demandados: buena temperatura, buen entorno, buen paisaje», contraponiéndolo así con el modelo de la Costa del Sol o el Levante. Y saca a colación un término que vertebrará la conversación: «La excelencia turística».

Ante las flores echadas sobre el mesa, el alcalde no duda en recogerlas y sacar pecho: «Se han hecho inversiones muy reconocidas: la conexión de la playa con la ciudad ha sido fundamental. Ahora en vez de por carretera vas por una avenida. Ese era un reto importante que ha dinamizado la economía local», señala.

«Eso se va a notar mucho», replica Javier Delgado. Y vuelve a insistir en lo saludable: «porque resulta cómodo, agradable, ir andando de un lado a otro». A colación, vuelve de nuevo a dejar sobre la mesa otro concepto fundamental para el desarrollo del diálogo: «La unidad territorial».

Ana Belén Mota asegura que dicha unidad territorial «repercute para las dos partes, turista y chiclanero». Y a renglón seguido loa las virtudes de Chiclana, que «tiene un patrimonio cultural muy bueno: como el Museo del Vino y la Sal».

«Se va a poner en marcha el centro de interpretación fenicio y otro museo de hasta 600 muñecas de toda la vida que ha donado una señora: la adecuación de ambos será a primeros de año», aprovecha el primer edil para tirar del hilo. Y reflexiona que «todo eso son elementos que van sumando. No hay ninguna fórmula mágica, son pequeños sumatorios». 

De nuevo es el alcalde quien rompe el hielo, esta vez en relación a las obras que se realizarán en la Alameda del Río del centro de la ciudad, para dejar este espacio más amable para el peatón, el paseante, el visitante y, cómo no, el chiclanero.

«El de la Alameda es un elemento interesante», asegura el alcalde. Y aquí elabora una frase muy elocuente y con gracejo castizo: «Era de ver y no de vivir». Y abunda en que «En una ciudad con muchos niños, preparamos la zona para juegos infantiles, quitamos barreras arquitectónicas. A partir de ahí queremos hacer una ciudad de los niños: donde hay niños hay mayores y todo eso se llena».

Sostiene José María Román que «eso va a permitir que el centro se haga más grande». Y lo explica a continuación: «Ahora, con la nueva Alameda va a hacer que el centro se incremente: Mercado de Abastos, Centro Fenicio, Alameda, Museo del Vino y la Sal. Tendremos un triángulo muy importante», asegura mientras dibuja con su índice un mapa invisible sobre la mesa.

«La Alameda es una zona fundamental de paso y ahora está cortada; pero como todo cambio positivo tiene que tener un poco de sacrificio», asegura la responsable de la asociación de comerciantes. «Pero va a ser un pelotazo», añade a continuación.

Y la propia Ana Belén Mota abunda en cómo puede repercutir esta mejora en su sector: «El tejido comercial está creciendo en Chiclana: se van sumando grandes marcas como Ale-hop, Stradivarius, Springfield. Eso va a ser positivo, va a hacer que la Alameda sea una zona donde la gente va a luchar por poder poner su negocio allí. Va a ser positivo con todo lo que se aúna y con ese centro neurálgico».

«Ahora puedes decir, vamos a Chiclana, nos quedamos en el centro en el parque este nuevo y ya luego vamos a los comercios y a comer por ahí», se expresa con campechanía y claridad Ana Gómez.

Cierra el bloque temático Javier Delgado quien, certeramente, califica a la Alameda de «ágora, un elemento vertebrador» . Tener todo el comercio en calles peatonales, a su juicio, «hace que la gente socialice y le da mucha actividad a la ciudades. Es un buen camino, esos elementos, que te salen al paso te llaman la atención. Al final, acabas utilizando todos los servicios de la zona».

Es el propio alcalde, impaciente y deseoso, quien se adelanta a la moderadora a la hora de proponer el siguiente elemento a debatir: el Trambahía.

José María Román, optimista, habla de 300.000 potenciales habitantes en Chiclana con la suma de los que vienen de Cádiz y San Fernando. «Más los turistas», añade. «El tranvía es un eje vertebrador», sentencia, para, sin solución de continuidad, afirmar que «el tranvía ha venido a retirar tráfico rodado del centro de la ciudad».

La anfitriona le toma el testigo y, al hilo, asegura que «el que vive en el centro de Chiclana no tiene que coger el coche para nada». Mientras que la representante de los empresarios, en esta apología común del transporte público, aprovecha la ocasión para pegarle una puyita al regidor: «Yo vengo en coche porque vivo en El Marquesado, pero si hubiese una línea regular de autobuses vendría en este». Y remata mirando a su derecha, donde está sentado Román: «Faltan buses, Alcalde».

El regidor se defiende: «Estamos con el contrato del nuevo pliego urbano. Ahí habrá nuevas líneas e incluso autobuses eléctricos». «Se va a construir una nueva economía con el tranvía. Cada vez hay más interconexiones en la Bahía. Se trata de una fuerza muy potente en el que la movilidad en términos económicos y personales es muy buena».

Ana Gómez gusta de abordar los temas desde las experiencias personales. Así, cuenta que «Dos o tres grupos, de San Fernando y Cádiz, ya nos han llamado para preguntarnos cómo se llega a nuestro restaurante desde la parada del tranvía».

El representante de Novo Resort, por su parte, señala «La interdependencia de la movilidad». Y se refiere también a la conurbación en la Bahía de Cádiz: «Al final no sabes cuándo termina un municipio y empieza otro. Mientras tanto estás en un tránsito mancomunado».

Con la venta de las dos últimas parcelas hoteleras por construir en el Novo Sancti Petri, la compañera de LA VOZ pone sobre la mesa de debate un tema interesante y que apunta al auge del municipio a nivel de inversiones tanto internas como externas.

«Turísticamente hablando hay movimiento», taja el alcalde. «Hay señores que han comprado terrenos, por valor de entre 50 y 100 millones de euros, para hacer hoteles. Y esto va a generar más de 200 puestos de trabajo», afirma.

Ana Belén Mota, desde su sector, comenta que «A nuestra asociación nos consta que se han abierto comercios nuevos. Gente de Madrid, alemanes incluso. Que apuestan por abrir su negocio aquí en Chiclana. Gente que ve que ahora es el momento, porque más adelante no van a poder».

Y prosigue, diferenciando que dentro de los que han apostado por el municipio, «está el de teletrabajo y el que ha dejado lo que tenía y ha abierto en Chiclana un nuevo comercio. Gente que viene con ideas nuevas».

Pasado el ángelus, Verónica Sánchez cambia de tercio y dirige la conversación por los senderos de la gastronomía:

‒La hostelería también ha cambiado mucho: ¿Cómo ha beneficiado eso al destino Chiclana y a la gente de aquí?

La más apropiada para tratar el asunto es la responsable del restaurante Hormaza 19, quien asegura que «Se están haciendo aquí las cosas bien. Nosotros nos adaptamos a los comensales y ellos a nosotros. Hay unas sinergias».

José María Román comenta que «hemos pasado a bares y restaurantes cada vez más especializados, con productos de la tierra. El turista sin salir de Chiclana tiene cocinas muy distintas. Quienes venían para cenar hace años preguntaban por ir a Cádiz y demás. Chiclana ha dado un salto ahí muy potente, y la hostelería ha sabido leer el momento», se congratula el regidor.

Al hilo de la demanda de los productos de la tierra, la anfitriona Ana Gómez, pone el ejemplo de los langostinos de Chiclana: «Los pusimos fuera de carta y duraron dos días».

El alcalde corrobora lo dicho por esta: «La gente viene preguntando por lo de aquí. Las bodegas han hecho un esfuerzo. Hay muy buenos vinos. El que viene quiere excelencia y la excelencia también la quiere ver en el mantel».

«Chiclana tiene una buena despensa, una gran variedad. Sólo le faltaba la elaboración de manos expertas y poner en alza algo que ya estaba allí», apunta, de nuevo conciso y certero, Javier Delgado. Y continúa: «Eso se tiene que convertir en algo que hay que mimar. Genera una serie y un recorrido de actividad económica increíble. Como el despesque de los esteros».

‒Y no hemos hablao de los chicharrones…‒, interviene para sacar unas risas el alcalde.

Hay consenso en que la pasada campaña navideña de Chiclana fue un éxito, a pesar de las restricciones heredadas de la pandemia. A las puertas de otras fiestas los parlamentarios vuelcan sus vaticinios sobre la campaña navideña de 2022. Un diálogo que termina desembocando en el verano:

De nuevo, José María Román toma la palabra: «Se ha dado un salto con la iluminación. Vamos a tener distintos pases de luz y sonido», anuncia. «Esto es un revulsivo». El año pasado, pese a todo, «Al final salió una magnífica campaña de Navidad y este año esperemos que también», expresa su deseo.

«Mucha gente baja a ver la iluminación», cuenta la copropietaria del restaurante Hormaza 16. «Mi sobrino lleva tiempo preguntando cuando empieza el calendario de adviento», ejemplifica, una vez más, desde la experiencia en primera persona.

Apunta con acierto la dirigente de la asociación de comerciantes Vive Chiclana al «Black Friday como pistoletazo de salida». «Desde el comercio engalanamos nuestras tiendas. Para que el que venga, disfrute la Navidad», relata.

«Este año hemos cambiado la decoración. Hemos apostado por el blanco y el dorado. Desde el comercio le damos cariño al cliente, un detalle, una bolsa que se sepa que es comprado en Chiclana pero que quede fino. Intentamos ser lo más especializado y profesional posible», relata. Habla además Ana Belén Mota de «customizar» y de «socializar» a la hora de comprar en pequeños negocios. «Esas mijitas se van juntando y son un plus», concluye.

Ana Gómez, desde Hormaza, habla de lo que conoce: «Es nuestro primer año, pero la agenda está a tope. Llevamos dos semanas con comidas de empresa y Navidad». Y confiesa que los días claves «no podemos coger más reservas y tampoco queremos saturar. Si ves que ese día no se puede abarcar más, nada. Queremos dar un buen servicio». Y augura también que esta que viene va a ser una campaña muy buena.

En hotelería, sin embargo, «estas fechas son más introspectivas: de arreglar, mantenimiento, preparar por ejemplo para Semana Santa», dice Javier Delgado. «Esperemos que en el futuro solo haya un mes así», expone mientras guiña un ojo al alcalde.

El regidor recoge el guante verbalizando que «en turismo de playa estamos entre los 8 y 9 meses. Juan Lluch (un hotelero mallorquín) me decía: «No te quejes, que allí estáis muy bien». Pero estamos siempre con el látigo de la desestacionalización. La palabrita…».

«Mientras estamos aquí hablando se han agotado las entradas para el concierto de Alejandro Sanz», bromea Verónica Sánchez, desatando por momentos el pánico entre las dos parlamentarias que acudieron raudas a comprobarlo en sus móviles, para introducir el penúltimo tema a tratar: El Concert ha hecho que Chiclana sea más todavía.

«En el calendario hay una acumulación de artistas bestial. Lo que mueve eso y la proyección nacional e internacional de Chiclana es incalculable». El que abre fuego es el representante de los apartamentos Novo Resort.

‒Se está cerrando otro artista que es una bomba‒, se limita a comentar José María Román, dejando eso ahí como si nada.

La anfitriona pone el acento en que «los propios artistas que vienen a cantar, a través de sus redes sociales anuncian Chiclana. Sebastián Yatra cuando vino, estuvo jugando al golf, comiendo y publicitando Chiclana».

Seguidamente hay un impás de distensión en el que los contertulios hablan del Concert y de la marca Chiclana entre anécdotas y bromas.

Para finalizar el coloquio, se les pide a los participantes sugerencias de cara al futuro, para seguir avanzando en esta línea de crecimiento.

José María Román indica que «es importante seguir el guion». Y establece la clave en «no volvernos locos ni pasarnos de ambiciosos». «El objetivo es ofrecer un turismo de calidad y excelencia a los 200.000 que ya vienen habitualmente, no querer ir a por los 300.00, que nos desborde y ofrecer un servicio más mediocre». Y lo concreta en que «hay que lograr que se aumente el gasto medio por turista: si está en 130 euros por día, pues que suba hasta los 160 o 170».

«Seguiremos trabajando para poder dar cada vez más especialidades», promete Ana Belén Mota, quien aprovecha para hacer una sugerencia al regidor: «Sí pediría una infraestructura educativa de todo lo que va enfocado al turismo. Muchos chiclaneros van a formarse a Cádiz, como mi hijo: en la escuela de hostelería Quiñones. Sería importante tener una escuela de hostelería aquí, por ejemplo».

El alcalde se defiende: «Ahora hacemos nosotros cursos con dinero propio». «Si la Junta no ayuda, proyectos como el de la escuela de hostelería son imposibles».

Por su parte, Ana Gómez es partidaria de «seguir haciendo las cosas como hasta ahora y no querer abarcar más». «Eso sí ‒comenta‒, me gustaría que hubiera más oferta hostelera de este tipo. Cuando estamos llenos tampoco sé dónde mandarlos». Quiere competencia, algo que le honra.

Ana Belén Mota acompaña a su tocaya: «Eso es, que el dinero se quede aquí. Si en mi librería no tengo un libro lo mando a otra de la ciudad», asegura.

«Esto es una bombonera», sostiene Javier Delgado. «Hay que ser muy celoso, muy escrupuloso con las cosas. Preservar lo que se tiene». Para ello, según él, «es necesaria una ordenación buena del territorio. Un Plan Municipal, muy importante para diseñar el futuro de Chiclana. Hay que afinar. Estamos en el mejor sitio para vivir, y hay que buscar que la gente que ya viene deje un poquito más en turismo», concluye.