CÁDIZ

Medio siglo profesionalizando la hostelería

La Escuela Fernando Quiñones celebra este curso su 50 aniversario de formación ininterrumpida con varias actividades que incluye visita de grandes profesionales y antiguos alumnos

Esther Macías

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Más de 5.000 profesionales y medio siglo de historia. La Escuela de Hostelería Fernando Quiñones, el centro de convenio entre la Diputación Provincial de Cádiz y la consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, se viste de gala para festejar su cincuenta aniversario de formación ininterrumpida. Porque desde 1973 no ha habido pandemia, ni mudanza, que haya parado las ganas de cuidar y profesionalizar el sector.

Hay muchas cosas que envidiarle a Cádiz, entre ellas está la gastronomía. Por eso hay que mimarla, apoyarla, celebrarla, no abandonarla. Y allí, en el último punto de la ciudad, en Zona Franca, se cuece -valga la redundancia- lo más importante del sector: la labor del profesorado y el resultado de formar a varias generaciones de camareros, cocineros y personal de sala y alojamientos turísticos.

Medio siglo de historias, éxitos, retos y, sobre todo, profesionalidad. Antes de llegar al despacho del director, Carlos Goicoechea, este periódico pasa por la zona de la cocina. «Oído cocina», se escucha entre los pasillos. Los alumnos ponen en práctica los conocimientos. Esta vez se trata de tortillitas de camarones, chocos fritos y postres. Desde la zona del comedor, a través de un visible ventanal, se puede notar a la perfección la ilusión. Las ganas de aprender. Y la familiaridad. Porque en Fernando Quiñones también conocen eso de trabajar en equipo y crecer juntos.

El director Carlos Goicoechea llegó a la dirección hace un año, aunque su paso por la escuela cuenta ya con casi dos décadas. Así que para él ésta celebración significa mucho. Nos recibe en su despacho y uno de los detalles que más llama la atención es el inmenso cuadro a sus espaldas. Un cuadro que ilustra toda una generación de profesionales de la hostelería posando en Valcárcel, su original ubicación. «Han sido 50 años de formación ininterrumpida. 50 años de trabajo incansable por parte de un excelente profesorado. Nos sentimos muy orgullosos de nuestro destino turístico Cádiz y desde la escuela queremos aportar nuestro granito de arena formando a grandes profesionales para que sea un destino de referencia por su calidad«, asevera.

Pero también hay retos. Como en cualquier lugar que tiene como objetivo principal perdurar en el tiempo y dejar huella. Goicoechea señala que bajo su dirección estará presente «asentar la implantación de la formación DUAL en los ciclos de Servicios en Restauración y Gestión de alojamientos turísticos. También extender esta modalidad a los ciclos de Cocina». Y puestos a hablar de desafíos, Carlos menciona una posible posibilidad de mudanza. «Me gustaría que la escuela estuviera más céntrica. Podría estar entre mis propósitos. De momento, afronto esta responsabilidad con ilusión y adaptándome a las nuevas exigencias de la sociedad«.

Corren tiempos difíciles para cualquier profesión, pero para este sector aún más. El director vela por sus alumnos, los futuros hosteleros. «Trabajo hay y quiero que mis alumnos vean que esto sí es posible. Sí es posible vivir de la hostelería. Pero eso sí, hay que cuidar las pésimas condiciones que a día de hoy nos seguimos encontrando. Respetar el contrato y cuidarlos para no cansarlos. Porque estoy seguro que muchos dejan este sector por las trabas laborales que se encuentra», relata.

Junto al director, está Santiago Cordero, profesor de Formación, Orientación Laboral y Empresa, que nos enseña las instalaciones de la Escuela de Hostelería. «Nos comprometemos a formar a muchas generaciones más y a que salgan de aquí listos para destacar en tantos establecimientos repartidos por países de todo el mundo», asegura Cordero.

Referentes gaditanos en el mundo de la gastronomía

A propósito, el director reconoce a todos los antiguos alumnos que hoy no solo tienen nombre y apellido, también reconocimiento en el mundo gastronómico.

Desde que ha comenzado el curso, se han desarrollados diferentes actividades en la escuela para que los presentes alumnos conozcan su experiencia. «Hemos tenido la oportunidad de compartir una jornada con el chef gaditano Alejandro Alcántara, a Jesús Colorado, Darío Parada o Alberto Ramírez. También a José Manuel Cantero, alumno de la escuela que ha sido jefe de sala de El Faro y que hace nada se ha jubilado. A Enrique García de Dionisio. Y, por supuesto, no nos hemos olvidado de otras áreas de la hostelería como es la Gestión de Alojamiento. Han venido Susana Pérez y Daniel Calvo y otra visita especial como la de Alberto Fernández, el gaditano que está triunfando en Madrid por su buena coctelería», relata.

«De Alberto Ramírez, jefe de cocina de Musalima, tampoco me olvido. Un gran alumno. También tengo el enorme placer de poder mencionar a alumnos que están triunfando en el extranjero, como es Álvaro López Camarena. Y otros tantos como Sergio Salcedo, Antonio Solano, Esperanza Oliva, Javier Bocanegra, Rocío Corbalán y Andrea Pascual», describe Carlos.

«En esta escuela se preocupan por tu crecimiento y cuidan de ti desde que entras hasta que sales»

La ruta por la escuela continúa y en ella nos encontramos a una alumna que llaga del Hotel Parador de hacer sus prácticas en servicio de mesa. De lejos se le nota la ilusión. Se palpa que está en el lugar correcto. «Estoy muy contenta por el trato recibido en Fernando Quiñones. Me cuidan como algo más que una alumna. Como una futura profesional. Me escuchan y me apoyan todo el rato. Lo más importante de aquí es los instrumentos que te dan para enfrentarte a la realidad», cuenta esta chica que con apenas 20 años lo tiene claro. «Me gustaría seguir creciendo y no conformarme hasta aquí. Pero claro, el grado superior de Sala está en San Roque. Ojalá pudiese continuar mis estudios en esta escuela», concluye.

La profesora de Servicios en Restauración subraya la función del personal de sala. «La gastronomía tiene que resaltar por su calidad, pero se valora muchísimo la calidad también del personal. Por eso en esta escuela hacemos especial hincapié en valores fundamentales como profesionalidad, disciplina, inclusión, igualdad y rechazo de conductas violentas. Una buena experiencia tiene que ir acompañada de un buen servicio».

Alba y Manuel son otros dos alumnos de cocina de Fernando Quiñones. Entre fogón y fogón cuentan su experiencia y ambos coinciden en lo mismo: esta escuela es más que un lugar donde se viene a aprender la profesión porque también se crece como persona. Y eso importa. Y suma. «Los profesores son la caña. Te comprenden y te acompañan en este viaje», afirma Alba. «Yo pensaba que no me iba a gustar y me ha gustado tanto que mi objetivo es ser profesor», dice Manuel.

Acto institucional en el Palacio de Congresos

En el Edificio Europa de Zona Franca se está celebrando todo esto. Y todo lo que está por venir. Unos cien jóvenes de los diferentes grados (Cocina y gastronomía y Servicios en Restauración, Dirección de Cocina y Gestión de Alojamientos Turísticos) tendrán la suerte de vivir un curso diferente que difícilmente se les olvidará.

Será el próximo 28 de mayo cuando la Escuela de Hostelería Fernando Quiñones celebre de manera oficial e institucional su aniversario en el Palacio de Congresos. Dependiente en su funcionamiento del área de Planificación, Coordinación y Desarrollo Estratégico de la Diputación, con el vicepresidente Germán Beardo al frente, el acto será la clausura de una celebración que ha tenido hasta ahora como protagonistas a algunos de los estudiantes más destacados de este medio siglo y que, a día de hoy, continúan el legado de la primera escuela hostelera de Cádiz.

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