con 'c' de cádiz

Maricarmen Picón: «Tengo clientela desde los 18 a los 83 años»

maricarmen picón borrego. propietaria de un sex shop

Regenta la mítica tienda erótica New Fantasy de la calle Doctor Fleming y a lo largo de su larga trayectoria ha vivido múltiples anécdotas gracias a unos clientes que han ido creciendo a base madurez, 'taper sex' y 'satisfyers'

Maricarmen lleva 18 años al frente del sex shop New Fantasy. nacho frade
Alfonso Carbonell

Esta funcionalidad es sólo para registrados

De profesora de Religión a propietaria de un sex shop. Tracatrá. Y porque ella lo vale. Ella es Maricarmen Picón Borrego (Cádiz, 1970), una viñera que opositó para ganarse la vida con la docencia y lo consiguió. Eso sí, varió un poco el camino y las aulas de primaria las cambió por las legendarias cabinas del New Fantasy de la calle Doctor Fleming, mítica calle de reunión de las Brigadas de antaño con Juan Sinfrío a la cabeza.

Antes de abrirse paso en un sector para mayores de 18 años, Maricarmen probó fortuna entre fogones, donde no le fue mal del todo hasta que tuvo que decidirse. Y apostó por un negocio que lleva en pie lo justo para decir que ya es mayor de edad. El secreto de esta longevidad empresarial no es otro que la extraordinaria calidez de un sitio donde prima el buen humor y la empatía con la que Maricarmen trata a todos sus clientes. Ponerse en manos de Maricarmen y Miguel Doval, su pareja y socio, es ante todo, asegurarse unas risas que luego ya vendrán acompañadas de una compra para el placer. El fenómeno del famoso satisfyer ha vuelto a poner de moda un sector que en la última década ha dado pasos agigantados para huir de ese tabú en la que muchas conciencias siguen aún atadas. Pero, para qué engañarnos, ¿en qué suele pensar más el personal? Pues eso.

Y a eso se dedican Maricarmen y Miguel, a asesorar a parejas o solteros con juguetitos del amor que ayuden a mejorar las relaciones. Y si es con unas risas, mejor que mejor. Anécdotas tienen para parar un tren de consoladores y Maricarmen las cuenta con la misma gracia con la que tiene encandilada a una clientela que va de los 18 añitos a pasados los 80. ¡Viva el amor y viva el sexo! Ah, y Feliz Navidad desde el New Fantasy, un rincón para los sentidos. ¡Para los cinco! Y sin premio. ¡O sí, aquí prima la libertad de circulación!

-Antes que nada Maricarmen, veo que en vuestras anteriores tarjetas para repartir a domicilio que el negocio se llamaba Telepisha. ¿No habéis tenido problemas con la pizzería como el MenocDonald's con la hamburguesería americana?

-Ya la hemos cambiado. Eso fue en la pandemia, que comenzamos a repartir a domicilio. Y sí que los tuvimos. Nos llamaron hasta desde Madrid para obligarnos a cambiarlo; a nosotros nos pasó lo mismo. Nos llamaron de Madrid y se quejaron hasta de las motos rojas. Por eso ahora el reparto a domicilio lo llamamos Fantasy Express.

-O sea que tuvieron una pandemia movidita, ¿no?

-Bueno, no fue mal del todo. De hecho. me llamaron hasta de la radio para hablar sobre si se vendía más el satisfyer con el confinamiento. La llamada fue a la hora de comer y me entró un ataque de risas porque, por la hora que era no era plan de explicarme al cien por cien (jajaja). Sí que me acuerdo que me preguntó el de la radio, ¿pero el satisfyer no es un enemigo para el hombre? Y le respondí: '¿Qué enemigooooo, ni enemigoooooo! ¡Si eso lo que nos deja a la mujer es con ganas de carne, carne!

-Antes de meternos en harina, conozcámosla antes un poco. ¿Estudió con monjas?

-(Jaja) No, no. Estudié en Argantonio, pero lo curioso es que cuando acabé el COU hice Magisterio de Educación Infantil y cuando lo acabé estaban las oposiciones congeladas. Entonces, para coger un poco de experiencia antes de prepararme la oposición y como había cogido de asignatura extra la Religión, presenté el currículum en el Obispado, que por aquel entonces era quien asignaba el profesorado de Religión. Aquello sería el 91, y el visto bueno para dar las clases de Religión lo daba el Obispado. Y en el Carlos III di clases de Religión desde 1º a 8º de EGB.

-Lo que es la vida, eh. O sea que es profesora.

-Pues sí. Saqué la oposición pero no obtuve plaza. Yo siempre he querido ser muy independiente.

-Entiendo que no encuentra plaza y comienza a ganar dinero por otro lado. ¿Qué hace?

-Trabajé en la cocina del Hospital San Rafael. Y hace 18 años inicié el negocio de esta tienda erótica que acaba de ser mayor de edad.

-¿Cómo era como profesora de Religión?

-Pues normal. Es verdad que al manejar un margen tan largo de edad pues a los más pequeños les inculcaba los valores cristianos como no puede ser de otra forma, que conocieran un poco la Biblia, la vida de Jesús... Era un nivel muy distinto a las clases que llevaba con los de octavo, que ya era más difícil ponerme a explicarles la vida del Papa. En el Carlos III me llevé cuatro años, pero como era con el Obispado no tenía un sueldo fijo mensual y pagaban de aquella manera un sueldo muy reducido. El mes de enero igual se cobraba en septiembre, por lo que esos años que estuve como profesora y opositando estuve haciendo más cosas. Cuando aprobé la oposición no cogí plaza y como lo que yo quería era independizarme pues presenté el currículum en el hospital San Rafael y allí me llevé muchos años. Eso hizo que después tuviera varios negocios de hostelería.

-¿Por qué negocios de hostelería pasó?

-Empecé como encargada de chiringuitos de playa, aquellos míticos de madera. Estuve en el Pasarela, que estaba pasado el Hotel Playa, y en La Gola, frente al cementerio. Los dueños de ambos también tenían el restaurante Cortadura.

-Vamos, que se fue olvidando de ser profesora.

-Sí y no, porque justo el año en el que se iba a hacer cargo de los profesores de Religión la administración y se iba a pagar ya por derecho, el Obispado me llamó para decirme que ya no podía seguir en el Carlos III porque metieron a un familiar del obispo de entonces. Las cosas... Fue por eso que me fui al hospital San Rafael. Eso motivó que me olvidase del tema de Magisterio.

-Y comienza a hacer carrera en la hostelería.

-Sí. Una vez que dejo de ser la encargada de los chiringuitos cojo lo que fue el mítico Letrán, en frente del hospital.

-Hooombre, un mítico de la noche gaditana donde muchos íbamos a reponer fuerzas o a seguir perjudicándonos. Grandes personajes pasaron por ahí. Entonces después de El Letrán entra su negocio.

-Lo llamé El guisito y lo tuve durante dos años. Eso fue el 2001 aproximadamente. Tuve mala suerte porque después de fumigarlo y demás, porque no vea lo que había ahí...

-Fumigarían hasta algún cliente que otro, ¿no? Jajaja

-También, también... (jaja) Ni te cuento lo que había allí. Después de fumigarlo varias veces y adecentarlo aquello fue yendo estupendamente poco a poco. Cuando ya estaba eso funcionando a base de menús y el desayuno, que funcionaba espectacularmente, tuve la mala suerte que el Banco Santander, que está pared con pared, le llegó al casero con dinero por delante para ampliar la oficina y ¡hasta luego Maricarmeeen! Con ese 'hasta luego, Lucas', me volví a ver fastidiada y abrí en la Curva otro bar, Casa Picón. Fue a raíz de aquí que conocí a un chico que se dedicaba a llevar pandillas a mi bar para despedidas de solteras/os. Allí organizaba las cenas, con su correspondiente show del boy o la striper de turno, y entre una cosa y otra me propuso abrir una tienda erótica. Total, que me lanzo y llegamos aquí, al sex shop New Fantasy. Inicié el negocio con esta persona pero tuvimos problemas como socios y a los dos meses me quedé con la tienda. Estuve un tiempo sola y al poco se incorporó Miguel, mi pareja. Y es mejor porque al ser dos nos podemos repartir la tarea de asesoramiento. Este es un negocio que no es como una tienda de ropa de que tú vas y coges un jersey.

-Hombre, pues no. La verdad es que estaría feo probárselo...

-Jajajaja Independientemente de ello, aunque si yo te contara de probar... Pero bueno, me refiero a que a nosotros nos gusta trabajar explicando a la gente. Por ejemplo, el famoso satisfyer, al que se le conoce como succionador. Ahora ya no tanto, pero al principio, con el boom del juguete, la gente venía con la idea de que eso chupaba. Y no, eso no es un juguete que chupa sino que emite unas ondas que nos van atravesando todas las terminaciones nerviosas de la zona íntima.

-Se me están empañando las gafas, Maricarmen.

-Jajajaja Bueno, pues eso, que estimula desde las partes externas a la zona interna y nos hace tener además la estimulación doble; consigue al mismo tiempo tanto el orgasmo clitorial como vaginal.

-Mira qué bien.

-Claro, porque muchas mujeres aún no tienen muy claro qué es eso del orgasmo vaginal. La cuestión es esa, que nos gusta asesorar a los clientes para que sepan claramente lo que están comprando. Hacer una venta personalizada, por decirlo así. A lo mejor vienen con la idea de comprar una cosa y tras informarles pues nos dicen que no era lo que tenían en mente. Lo típico de que 'mira, que vengo a comprar un regalo para un amigo', pero al final se abren y nos cuentan realmente lo que quieren, qué están buscando o a qué quieren jugar. Porque esto al fin y al cabo se trata de juegos mientras los dos estén de acuerdo, siempre y cuando estemos hablando de una pareja. Y ya digo, ninguno de estos productos va a quitar lo que es la sensación de un beso, un abrazo o una caricia. Es imposible que lo sustituya un juguete.

-No se me olvide de los solteritos y las solteritas.

-Claro que para ellos también hay juguetes que ayudan y mucho. Además, hay muchos chicos o chicas que están solos pero a los que no les gusta el aquí te pillo, aquí te mato de una sola noche y estos juguetes les ayudan. Incluso en el covid se notó muchísimo más la venta a solteros y solteras o a personas sin una relación estable por el hecho de que les da más confianza estimularse con un juguetito que con otra persona que hayan conocido recientemente.

-Voy a dar un paso al pasado porque aún estoy ahí pillado con lo de que fue profesora de Religión. ¿Cómo se tomaron sus padres que abriera una tienda tan modernita?

-Desgraciadamente, mi padre ya había fallecido cuando yo abrí la tienda erótica, pero con mi madre me hartaba de reír porque le decía a las amigas que su hija trabajaba en una tienda de guarrerías. Como buena viñera que es, le iba diciendo a todo el mundo eso. Al carnicero, al de la frutería, a todo el mundo, a todo el mundo. Yo me reía, ¿qué le iba a hacer?

-Jajajaja. Bueno, si el Obispado llegó a enterarse se diría que qué bien lo hicieron, ¿no? jajajajaja

-Jajajajaja No sé lo que dijo, pero como anécdota puedo decir que muchos alumnos de los que tuve vienen a la tienda y hay reacciones de todo los tipos. Pero la típica es esa de que me digan '¡Miraaaaaaaaaaa, la profe de religión!'

-Jajajajajajaa

-Una coincidencia que me pasó con una chica a la que le di en octavo fue que resultó ser striper a los años. Sería de lo bien que le daba religión (jajajajajaja).

-Jajajajajajaja Una cosa, ¿la clientela es mayormente femenina?

-Es verdad que hay muchos más juguetes para mujeres, pero realmente hay varios juguetes que se consideran para mujeres pero que...

-... también vale la canasta para hombres. Explíquese.

-Por ejemplo, está un juguete que aunque se le conozca como estimulador de clítoris, realmente es un masajeador tanto para chicos como para chicas. Imaginemos que atamos al chico o lo vendamos para estimular los cinco sentidos y se le comienza a pasar por las piernas hasta llegar a la zona íntima del hombre; está estudiado que cuando se le pasa por la zona del glande, justamente en el frenillo, surge una estimulación potente gracias a que la vibración activa el riesgo sanguíneo y facilita la erección y le da más placer. También hay productos específicos para la pareja pero que también sirve para los dos. Por ejemplo, hay algunos multifunción que sirven, al llevar dos motores, como masturbador para el chico. Se pueden utilizar para estimular todas las partes del cuerpo aparte de que se puede usar mientras se tiene la relación. O sea, que eso de que solo son juguetes para chicas es muy relativo.

-Bueno es saberlo. ¿Y quiénes son más valientes a la hora de comprar cositas?

-Los chicos, es verdad, que son más reacios. Además, aún quedan esos que dicen a sus parejas eso de 'si ya tienes lo mío, para qué quieres más'. Pero quitando esa parte, no todos ellos se animan a probar la estimulación de la próstata. Hay muchos juguetes dirigidos a ellos para estimular esa parte y no por ello tiene que significar que es gay. Sólo es un punto más de estimulación masculina al igual que nosotras tenemos otros. Después también está el apartado de sado, pero no como la gente se imagina de las películas. Son cosas sencillitas que van desde un simple antifaz a unas esposas.

-Ya que entramos en este mundo, ¿le vino bien al sector la fiebre de 50 sombras de Grey?

-La verdad que sí, pero nos pasó algo parecido a lo que nos ocurrió con el satisfyer, que venía la gente con la idea equivocada de lo que es el sado. Ciertos juguetitos que salían en la película, como las bolas chinas, se creía mucha gente que era para dar placer cuando en realidad son para fortalecer el suelo pélvico. Es un juguete terapéutico, no erótico. Estuvo bien, pero no fue tanto como el boom del satisfyer; el alemán fue el que mejor se lo montó.

-¿El alemán?

-Sí, el que creó el satisfyer.

-Ahhhh, ¿cuándo se inventó el satisfyer?

-A ver, se creó en el 16.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡En 1916?????????

-No, hombre, no. En 2016.

-Ahhh. Es que soy de los antiguos y a esos años del siglo XX aún los nombro así. Me había asustado un poquito. Ok, ok.

-El juguete como tal lo crearon en 2016 y me hace gracia porque según leí, hasta que sacó al mercado el juguete, se llevó tres o cuatro años experimentando con su mujer (risas). La mujer tenía que estar ya la pobre mía que no vea.

-Tendría allí montado un parking... ¿Y por qué tardó 'tanto' en explotar el satsfyer?

-Al principio el juguete parecía una centrifugadora y no llamaba la atención del público porque una de las cosas que buscan los clientes es que no sea ruidoso. Y en ese sentido han variado mucho los productos porque antes hacías funcionar un juguete y parece que estabas poniendo una centrifugadora antigua. Eso fue así hasta que en el 2019, en el programa La Resistencia de Broncano, la actriz Carolina Yuste habló de su buena experiencia con el aparato. A raíz de ahí, y sin quererlo el alemán, comenzó a vender gracias a la publicidad gratuita que le acababan de hacer. El aparato seguía haciendo ruido, pero comenzó a venderse de maravilla. Recuerdo que en las navidades del 2019 se agotó totalmente en España y tuvimos que buscarnos la forma de hacernos con él y lo conseguimos contactando con una empresa en Holanda que nos los mandó. ¿Recuerdas la época antigua que se veían colas larguísimas en las panaderías para los roscones de Reyes?

-¿En serio? ¿Han llegado a tener colones a la puerta del sex shop?

-¿Que si llegamos a tener? Esas Navidades fue tremendo. Y fue por el satisfyer.

-Esa precisamente era otra de las preguntas. Aunque todos pensemos en lo mismo, manda bemoles que sea tan tabú el asunto. ¿Hay mucho cliente que le da cosa entrar en la tienda o que entra de aquella manera, con nocturnidad y alevosía o ha habido una evolución en cuanto a la madurez y libertad para hacerlo sin tapujo alguno?

-Noooo, qué va, ha habido una evolución grande. Para que eso se diera ayudó mucho en su día que se pudiera de moda los 'taper sex'. Al principio esto era un negocio al que acudían las mujeres más a escondidas, por decirlo así, mientras que el hombre era el que más venía para comprar los juguetes a su mujer o a sus amigas (risas). En aquella época también estaba aún el alquiler de películas; ya luego no, ya después llegó el internet y aquello quedó eliminado. Con las reuniones del 'taper sex' para las mujeres pasó como con el satisfyer, que fue otro boom. Todo el mundo quería una reunión 'taper sex' y hoy en día seguimos haciéndolas. Esas reuniones le quitó a la mujer un poco ese tabú de ir a la tienda. Y claro, ya iban viniendo a la tienda y viendo que esto es un lugar muy iluminado, una tienda normal y en donde tratamos de hacer ver que lo que vendemos son juguetitos con mucha variedad de productos.

-¿Qué momentos sirvieron para que el sector notase un auge al mismo tiempo que el personal se fuera desinhibiendo?

-Ha habido tres momentos gordos. Lo primero fue lo del 'tuper sex', que se puso de moda entre muchos grupos de amigas. Luego fue '50 sombras de Grey', donde salían muchos juguetitos que inspiraba a la gente. Y el boom del todo, que ya ha sido exagerado, el satisfyer.

-Sí que lo ha sido. Hasta el punto que yo he llegado a escuchar a señoras de avanzada edad hablar de él.

-Bueno (silencio roto en risas). Voy a contar porque la gente ni se lo imagina. Yo tengo clientela desde los 18 años hasta los 83. Anécdotas tengo unas cuantas. Precisamente, una señora con más de 80 años se ha quedado viuda no hace mucho. Pues bien, no para de soñar con su marido.

-Mira qué bonito.

-Resulta que ella se despierta todos los días con ganas. Entonces, lo que quiere es disfrutar esos sueños con su marido y vino y se compró un juguetito.

-Qué arte. Cuéntese otra.

-Tengo de todo los tipos. También de las que te hacen encoger el corazón y me dan muchos pensamientos. Sería una señora de 70 años que venía llorando. Yo me asusté y le pregunté si se había caído o algo en la calle. Y me dice: 'No hija, lo que pasa es que no quiero que mi marido me deje'. Pero qué le pasa, señora. 'No, que yo ya soy muy mayor, que yo ya estoy muy seca y a mí me duele muchísimo...'. Y le animé diciéndole: 'pero mujer, eso con un buen lubricante y 'lubricaíta' se soluciona tooo'. Descubrió la pócima, vino a los días siguientes a la tienda súper agradecida. Y eso después, quieras o no, le gusta a una saber que ha ayudado. Son cosas que en la época antigua se daba por hecho y se malacostumbraban a sufrir con esas mentalidades. Por eso digo que lo del tabú es muy relativo. Es bueno que se corra la voz de que aquí ayudamos y asesoramos, incluso hay chicas que prefieren que sea Miguel el que las asesore, o que sea yo o los dos. Siempre tratamos de que las explicaciones sean simpáticas y con humor. Cuando nos ponemos los dos con el cachondeo hay veces que parecemos Avelino y Pepa, como el matrimonio ese que salía en la tele.

-Jajaja. ¿Alguna que otra de personas mayores que se le quede en el tintero?

-Muchas veces han entrado señoras de 70 años que preguntan: '¡Chiquilla, esto es la peluquería?' (risas). Y les digo, no señora, la peluquería está un poco más hacia delante.

Imagen principal - Maricarmen Picón: «Tengo clientela desde los 18 a los 83 años»
Imagen secundaria 1 - Maricarmen Picón: «Tengo clientela desde los 18 a los 83 años»
Imagen secundaria 2 - Maricarmen Picón: «Tengo clientela desde los 18 a los 83 años»
1. Una parte de la estantería de New Fantasy. 2. Nuevas tarjetas de reparto a domicilio tras el cambio de nombre. 3. Antigua tarjeta antes de la queja de Telepizza.

-Jajaja ¿Y se quedan algunas o se van después de ver tantos 'secadores'?

-No, no. Se van (jajaja).

-¿Siempre habéis repartido a domicilio o ha sido más a raíz de la pandemia? Igual, y volviendo al tema del tabú, para el cliente es más cómodo pedir a domicilio que presentarse en la tienda.

-No, qué va. Eso igual sería antes, pero no es por el tabú. En realidad, siempre tuvimos la página web (www.newfantasycadiz.es), aunque ha estado más enfocada a ser un escaparate de la tienda que a otra cosa, pero también vendíamos algo, pero cuando nos pusimos por derecho fue en la pandemia. Esos días de encierro me llamaban clientas desde casa diciéndome 'Maricarmen, por favor, quiero un satisfyer que estoy muy aburrida' o chicos pidiendo masturbadores.

-Es que estaba la cosa chunga, Maricarmen.

-Digo. Aumentó tela la venta de masturbadores para chicos durante la pandemia.

-Hombre, la gente respetaba el confinamiento. Eso dice mucho de cómo se portó el personal durante el controlavirus.

-Y nosotros también, porque el Gobierno sí nos permitía entregar los productos en casa pese al cierre de la tienda. Las entregas las hacía Miguel si era en Cádiz capital y un mensajero en el caso de ser fuera. Aprovecho para decir que hacemos envíos inmediatos en Cádiz, pero también lo hacemos a toda España por el módico precio de cinco euritos a través de agencias de mensajería. Cuando son envíos fuera de la provincia, nos pueden llamar a través del 'wasap' o de la web y hacer una videollamada como parte del asesoramiento personalizado que hacemos también en la tienda.

-A raíz de aquel problema con Telepizza fue cuando modifican el nombre.

-Exacto, nos cambiamos a Fantasy Express y sigue funcionando actualmente muy bien, incluso nos han llegado a pedir el disfraz de Satisfyer.

-Espere, espere. ¿Lo que viene siendo un disfraz de satisfyer?. Explíquese.

-Lo tenemos, lo tenemos. La idea era repartir los encargos en moto con el disfraz de satisfyer puesto, pero no lo hicimos para no tener problemas. Muchos clientes nos lo han pedido también para dar una sorpresa a un amigo/a y que se presente alguien disfrazado de satisfyer, pero ante todo preservamos la intimidad de todos ellos; tenemos que tener mucha discreción. Imagina que vas a repartir un juguete a un bloque donde haya personas mayores o niños... No estamos en Carnaval. Por hacer se podría hacer, pero no lo vemos muy ético a pesar de la gran publicidad que sería.

-A pesar de tener web, vuestro fuerte es la tienda. ¿Por qué?

-Lo normal es que la gente prefiera otras webs de casas grandes como 'platanomelón' o similares. Pero por ejemplo, venir a la tienda supone siempre una ventaja. Por ejemplo, con el satisfyer, que hay de muchos tipos y precios. Y lo que ocurre es que de año en año, Satisfyer saca la misma versión pero mejorada por dentro; le quitan el ruido y le meten más potencia. Por ejemplo, el de pilas, que antes apenas lo quería nadie por lo que dije que parecía una centrifugadora, ahora en su última versión viene totalmente sumergible. No tiene nada de ruido y tiene mucha potencia, nada que envidiarle al recargable, que es el más conocido y más caro.

-¿Cuánto empezó costando y por dónde va ahora?

-El más conocido y más caro es el Pro 2, que es recargable. Ese empezó costando en el año del boom 39,95 euros y actualmente su edición nueva, que siempre la sacan en Navidad...

-Una fecha entrañable.

-Claro, pues ahora está en 69,95 euros.

-¿Y dónde están sus consejos?

-Pues es lo que le comento a los clientes, que está también el de la versión con pilas que es 39,95 y no tiene nada que envidiarle al Pro 2; se llama Satisfyer One. Además, el problema es que hay casas que lo tienen todavía de los antiguos y lo siguen vendiendo a 40 euros y engañan a la gente con los juguetes que tienen acumulados. Después llegan a casa y ven que originan mucho ruido cuando creían que estaban comprando el nuevo. Vamos, que es mejor usarlo cuando estén haciendo la mayonesa. Jajaja. Por eso, a la hora de comprar el juguete consideramos que la persona vea la textura, el material, si es silicona médica, que lo pueda tocar, que pueda notar tanto la vibración que tiene el juguete como el ruido que hace y todo eso se puede hacer aquí. Para eso tenemos muchos juguetes abiertos e invertimos en ello aunque, lógicamente, no sean para vender. Muchas veces cuando se compra por internet llegan aparatos más pequeños de lo que se creía o con un material reciclado de caucho parecido a la goma que no es lo que se pensaba. Nos pasa mucho con 'Arturito'.

-¿Arturito?

-En realidad el juguete se llama 'Arthur', pero se ha ganado cariñosamente el apodo. Este es para chica porque tiene estimulador de clítoris y vaginal, pero en la zona clitoral ayuda al que chico no tenga tendinitis (jajajaja) Su precio es de 34,95. ¿Qué ocurre? Pues que venía gente diciendo que en Amazon lo había visto a 15, ante lo que yo respondía que era imposible que le costase menos de lo que a nosotros nos cuesta en el proveedor. Pero claro, si nunca lo has visto y lo ves por internet te crees que es el mismo, pero si lo compruebas aquí verás que es de silicona médica y que el otro es de caucho. También aprecias el acabado de los botones y por último, compruebas el motor de la vibración, donde el original tiene dos y el otro, que es de los chinos prácticamente, tiene uno solo y no vibra ni parecido. Aquí tenemos los dos, pero apreciamos las diferencias y las explicamos al cliente. Tampoco nos olvidamos donde estamos y eso también creo que nos hace diferentes porque tenemos productos adaptados a Cádiz por el precio, que lo intentamos ajustar. Invertimos en productos abiertos para que la gente los pueda tocar antes de llevárselo, cosa que en internet obviamente no se puede. Y lo más importante, el asesoramiento, por eso llevamos abiertos 18 años. Si vemos a un cliente dudoso, preferimos no vendérselo porque una mala compra perjudica a los dos. El cliente lo va a utilizar una vez, lo va a guardar en el cajón y cuando quiera comprar otro con la pareja dirán que para qué si no lo usan. Vendemos a gente convencida.

-¿Cuáles son las temporadas altas de venta de la tienda?

-San Valentín, en verano, porque viene mucha gente de la provincia y de fuera, y en Navidades.

-Llevan casi dos décadas abierto y siempre un sex shop centra muchas miradas de los curiosos. ¿Alguna anécdota además de las señoras que se piensan que es una peluquería, que tenga como referencia la vistosidad del escaparate?

-Hay una cosa que me hace mucha gracia que suele pasar los viernes por la tarde noche y los sábados, que aunque no abrimos durante el año sí que lo hacemos en el mes de diciembre, que incluso abrimos los domingos de Navidad. Bueno, pues los típicos grupitos de niños de 12-13 años pasan por aquí gritando '¡Guarra, asquerosa!' (risas). Lo que son los niños de hoy en día, cuando yo a su edad estaba jugando a las Nancy en casa y ellos ya están haciendo otras cosas.

-Jajajajaja Miedo me da ya la extensión de la entrevista, pero mi deber es escuchar alguna que otra anécdota que me da que aquí han pasado unas pocas interesantes.

-Puff. Si contara todas... Contaré dos. Una de las primeras que me pasó aquí al poco de abrir la tienda, fue que me llega una chica que resultaba haber venido al hospital a hacerse unas pruebas sin importancia pero para las que le acababan de decir que debía quedarse ingresada todo el fin de semana. Y se me cuela aquí, con su bata y sus patucos de papel verde, y me suelta. 'Mira hija, que quiero un juguetito para pasarme al menos algo entretenida el fin de semana'.

-Jaja. Otra.

-Otra muy buena de aquella época en la que aún no estaba Miguel y yo estaba sola al frente del negocio, me pasó con un cliente. Entonces teníamos las películas para alquilar y también las cabinas, donde podían venir clientes, incluso parejas; seleccionaban su película y hacían dentro lo que quisieran. Teníamos cinco cabinas y el peep show. Esto es grandísimo. Ahora todo aquello es un almacén y un trastero.

-Peep show... Me lo imagino por el contexto pero qué era exactamente.

-Era un cristal trasparente desde el que se podía ver a la chica o al chico que estuviera haciendo el striptease o lo que fuera.

-Ok, ok. Sigamos con la anécdota. La última, eh.

-Vale, vale jeje. Yo en esos primeros seis meses del negocio no trabaja físicamente la tienda como tal porque tenía el bar y era el chico con el que empecé el que se encargaba. Una vez que nos separamos y me quedo con el negocio, como había deudas, tenía que ir por la tarde a trabajar a una heladería del Paseo. Total, que yo estaba aquí por la mañana y me iba a las dos y media a la heladería y volvía a las seis para abrir el sex shop ya hasta las nueve. ¿Y qué pasó? Pues que entró a eso de las doce de la mañana un cliente a las cabinas.

-No me diga más.

-Jajajajajajajajajajajaa A las doce entró... Eran las dos y media... Me vino a recoger una compañera del trabajo, yo cierro la tienda y me voy a la heladería. Y al tiempo, me llama un amigo al móvil diciéndome que me había dejado encerrado a un cliente en el sex shop.

-Uffff. ¿Saldría con una bajada de tensión de tanto darle al muñequito, no? Bueno, y a todo esto. ¿Cómo dio con el teléfono de su amigo?

-Hombre, el chaval no iba a llamar a la policía y el único número que vio por aquí por el mostrador lo encontró en un papel que había por la mesa. Entonces sí había móviles, pero no tenía por aquí yo ni ordenador ni tarjetas con mi número. Me llama mi amigo y me dice: 'Maricarmen, ¿tú no te has dejado nada olvidado en la tienda?'. Y le respondo que 'no, que yo sepa no me he dejado nada'. 'Cómo que no, tú te has dejado a un hombre dentro de la tienda' -me contesta (jajajaja). '¡Ay, David. Por favor vente para la heladería ya mismo que te dé la llave y lo sacas cuanto antes!' Aún lo recuerdo con mi amigo y seguimos riéndonos. No es para menos jajajaa Era verano. Cuando abrió a ese hombre, se lo vio blaaaanco y con sudores.

-Hombre, si hubiera estado la striper podría haber 'luchado' algo, pero solito... (risas)

-Jajajajaja Ya ves, podrían haberse entretenido, pero no. Se quedaría dormido en la cabina. Yo que sé qué haría ese hombre dos horas y media.

-Jajajajajaja Lo dejamos ya. Un placer Maricarmen, nunca mejor dicho.

-Bueno, vale, como quieras, pero entonces te vas a perder la de la monja...

-¿De verdad! Me voy a ca. ¡Venga, la de la monja!

-Jajajaja. Resulta que en la época de verano compramos una máquina para hacer camisetas personalizadas para las despedidas de solteras. Y en eso que una amiga mía, que trabaja en un geriátrico..

-Ojú.

-Jaja Bueno, me dice mi amiga que aprovechando que yo me dedico a hacer camisetas impresas ella quería hacer un regalito en Navidad para los trabajadores del geriátrico. Al final fueron unas tazas personalizadas. Total que viene a llevárselas pero un día después me llama diciéndome que se le había olvidado dos compañeras y que si tenía problemas en hacerle dos más. No hay problema le digo. Y al día de recogerla, estábamos aquí los dos (Miguel y yo), y vemos salir de la puerta del Don Pan a una monja, pero una monja de las antiguas. Con su hábito, su cofia y sus gafas 'culobotellas'. Y me dice Miguel: '¿Te imaginas que viene la monja para acá?' Y para acá que venía. ¡Había mandado mi amiga a la monja del geriátrico para recoger las tazas! Nosotros no lo sabíamos y eso era para verlo. Miguel se puso en la puerta como el que no quiere la cosa para obstaculizarle la entrada. Y yo, con él, en plan barrera de fútbol.

-Jajajajaja ¿Y llegó a entrar?

-Sí, sí, sí. Tuvimos que recular, pero la mujer venía a por sus tazas. Estábamos nosotros más apurados que ella, que pidió sus tazas y se fue muy religiosamente. Pero yo pensaba, 'verá como entre un cliente y se vea a la monja'. jajajaja

-O un periodista mismo, que ya tendría tema para un mes. Jajaja. Como servidor por ejemplo, que ya sí que se va. ¡Felices fiestas y buenas ventas!

-Gracias. Y aquí estamos para cualquier cosa.

-Ya veo, ya. Jajaja

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación